jueves, 31 de agosto de 2017

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD IV

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y EL ESCUADRON  DE LA ESTRELLA DE LA MUERTE por el Rabino Philip S. Berg

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El Señor de la Obscuridad y su Escuadrón de la Estrella de la Muerte reciben combustible a través de canales cósmicos. Cuando un individuo reencarnado expresa vulnerabilidad, esa condición crea el espacio vacío preciso que ha estado esperando el Escuadrón de la Estrella de la Muerte.
Como un escorpión mortífero, la Estrella de la Muerte aprovecha la oportunidad y se lleva al individuo al Imperio de la Obscuridad. El decaimiento de las defensas corporales, que permite la reproducción celular anormal en forma de un tumor que amenaza acabar con la vida de un individuo, se origina en esos intervalos de vulnerabilidad creados por el factor de espacio vacío. El Escuadrón de la Estrella de la Muerte inhibe el sistema inmunológico del cuerpo y le impide desempeñar las funciones que desde años atrás venía realizando tan exitosamente. Este factor determina porqué, en igualdad de diagnóstico y tratamiento, un paciente fallece y otro sobrevive; y también porqué una persona desarrolla una enfermedad y otra no.
Además del factor de encarnación, existen otras varias causas que contribuyen al ataque sobre el cuerpo humano. Las zonas de peligro mencionadas en mi libro Las Zonas del Tiempo representan un golpe continuo de energía-inteligencia irrestricta e incontrolada sobre el cuerpo humano y el medio ambiente. Al no ser controladas estas fuerzas, nuestras vidas están destinadas al fracaso, el infortunio y el caos.
A través del Zóhar y sus historias y narraciones entrelazadas, uno se hace consciente de que todo nuestro medio ambiente participa en una gigantesca danza cósmica. Sabemos que la atmósfera terrestre continuamente es bombardeada por rayos cósmicos y cascadas de energía provenientes del espacio exterior que destruyen y crean, en una rítmica coreografía cósmica.
El futuro del hombre depende del trato que le deparen los cielos. Su espíritu está casi totalmente dominado por un mundo celestial superior de recursos aparentemente infinitos. Calores quemantes, el efecto de invernadero, relámpagos, tornados, huracanes, por mencionar sólo algunos de estos fenómenos, representan un impredecible ataque de devastación que sobrepasa cualquier cosa que el hombre pudiese imaginar. La idea de una superioridad celestial forma parte de la vida cotidiana. El sol y la luna ejercen una fuerte y profunda influencia sobre nuestras vidas. La luna hace que las mareas suban y bajen. El sol nos calienta durante el verano y se desvanece en los cada vez más fríos días de invierno.
Haciendo una extensión de la idea de intrusión cósmica, el Talmud establece que la invasión del mal de ojo es la causa principal de muchas muertes súbitas sin explicación aparente. Ya hemos explorado el punto de vista zohárico en relación con el mal de ojo y el significado que le atribuye el código bíblico.
Como contraste a la visión mecanicista de occidente, la cosmovisión cabalística es de unidad orgánica. El Cabalista considera que todas las cosas y eventos percibidos o que actúan uno sobre el otro, son energías inteligencia que están siempre interrelacionadas y unidas. Aún cuando aparecen como aspectos o manifestaciones distintas en nuestro mundo, se les considera esencialmente como partes de un todo unificado. Nuestra tendencia a dividir los mundos físico y metafísico en conceptos separados es vista por los cabalistas como algo perteneciente al ámbito de la ilusión. Lo que parece surgir de la revelación del Zóhar es que las formas de inteligencia que emanan de estas Sefirót (las esferas que componen el Árbol de la vida) son las responsables directas de la manifestación de nuestro universo. Lo que es más importante, ellas son las fuerzas que impulsan nuestras actividades día tras día.
 
 
Estos avanzados seres extraterrestres no corpóreos, en un sistema solar similar al nuestro, dirigen las estructuras orbitales de nuestro propio universo y subsecuentemente despliegan los variados grados cuantificados de la Fuerza como Su Fuerza de Luz. Toda la vida danza al son de la música de las influencias astrales, como lo demuestran más claramente los fenómenos cíclicos.
Las fuerzas extraterrestres no visibles afectan y decididamente determinan las altas y las bajas de muchos fenómenos relacionados con la humanidad. Mediante el rastreo de los ciclos de las altas y las bajas de la vida terrestre, y mediante la identificación de estos ciclos, las curiosas fluctuaciones claramente sugieren un patrón metafísico que recuerda muy de cerca lo que el ADN es para nosotros.
Los planetas y signos del Zodíaco imprimen su huella celestial sobre la faz de la Tierra. Esto podría compararse al alma del hombre, la cual hace que cada individuo sea diferente de los demás. El alma es la responsable de la creatividad, el libre albedrío y las emociones — tales como el amor, el odio, el temor y los instintos de guerra — de cada persona. Las siete entidades (Sefirót) no materiales son la causa de la diversidad individual del universo y de la Tierra.
Sin embargo, las siete Sefirót, que son el alma y el corazón de cada planeta, se encuentran recubiertos por una cáscara física, corpórea, observada por los habitantes de la Tierra. La cáscara cognoscible — observable — de cada planeta, de acuerdo con el Zóhar, es un aspecto de la conciencia del cuerpo.
Como tales, las limitaciones usuales, pertenecientes a la conciencia del cuerpo del hombre, también son aplicables al ámbito celestial. La conciencia del cuerpo, ya sea en la humanidad o en el ámbito celestial, es la causa de que alrededor de la persona surja una capa de negatividad. Entre mayor es el Deseo de Recibir para Uno Mismo, más ciego se vuelve uno a la Fuerza de Luz.
 
 
La ilusión de obscuridad que acarrea la conciencia del cuerpo es la causa de los problemas y las dificultades. Colocada en una posición o condición de vulnerabilidad, la humanidad accede entonces robóticamente a la conciencia del cuerpo de la influencia celestial. Cuando las influencias negativas de la región celestial reinan sobre el universo, la humanidad, sin el beneficio de un escudo de seguridad, queda inundada por el caos, el desorden y el infortunio. A veces, incluso su salud puede estar en peligro.
Si, por ejemplo, el Deseo de Recibir para Uno Mismo alcanza a una persona durante el dominio zodiacal de Cáncer, ese individuo está en peligro de contraer cáncer. Desde una perspectiva su origen y principio durante el reino del signo zodiacal de Cáncer.
No es por accidente que el Patriarca Avraham designó al cuarto signo del zodíaco con el nombre de Cáncer. Esto lo hizo con el propósito expreso de compartir información con los lectores de la primera obra cabalística publicada, el Sefer Yetzirá, el Libro de la Formación. Si el hecho de imponer un nombre fuese algo carente de importancia para el objeto que se nombra, entonces Avraham pudo haber determinado muchos otros nombres para este signo del Zodíaco. Lo que es más, el signo del Cangrejo, que es el que se expresa durante el mes hebreo de Tamuz, no tendría el profundo significado que tiene si no hubiese algo detrás de ese nombre. El propósito de la aparición del Cangrejo en la constelación celestial era proporcionar la comprensión de conciencia del cuerpo de este mes. Como se dijo anteriormente “Los cielos declaran la gloria del Creador”.
 
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miércoles, 30 de agosto de 2017

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD III

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y EL ESCUADRON  DE LA ESTRELLA DE LA MUERTE por el Rabino Philip S. Berg


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La conciencia de nuestro cuerpo es un canal motivador para el Deseo de Recibir para Sí Mismo. El cuerpo es una entidad física. Lo que lo hace crecer y funcionar trasciende la operación celular y el componente genético. A esta fuerza se le llama “energía del cuerpo”, la cual, como el Deseo de Recibir para Sí Mismo, es la raíz de todo mal. La razón de ello es que las personas quedan sujetas a las limitaciones de tiempo, espacio y movimiento, como resultado de esta conciencia de fuerza.
Su energía es la misma que la de la tierra, que mediante la fuerza de gravedad desea engullir todo lo que está a su alcance. Únicamente cuando la conciencia del alma domina a la conciencia del cuerpo éste queda integrado al todo, transformándolo en un Deseo de Recibir con el Fin de Compartir.
Cada cuerpo celeste consiste de una formación idéntica de alma interna y conciencia de cuerpo. Dependiendo de nuestra capacidad para establecer contacto con la energía-inteligencia cósmica positiva, así también debemos darnos cuenta de la .afluencia de energía-inteligencia negativa del cosmos. El cosmos canaliza hacia los seres humanos todo tipo de negatividad disponible. Recurrir a métodos que nos permitan repeler sus ataques es de primerísima importancia para asegurar nuestro bienestar físico y mental. Las preguntas que nos hacemos respecto de enfermedades y malestares son las mismas que, en esencia, podemos hacer extensivas a accidentes aéreos o automovilísticos, u otro tipo de infortunios que pudieran acaecernos: ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? Sin embargo, antes de seguir explorando esta liga tan vital de las causas de las tragedias que asolan a la humanidad, perspectiva zohárica de la vulnerabilidad.
La persona debe tener cuidado de no hacerse visible a las fuerzas negativas y destructoras que arremeten contra el mundo, y de no atraer su atención, pues ellas están autorizadas para destruir todo lo que pase frente a ellas. Esto está en concordancia con la observación del Rabino Shimón bar Yojai, de que una persona que mira con mal de ojo trae dentro de sí el ojo de la fuerza negativa destructora, y por lo tanto se le llama “destructora del mundo”, y la gente debe estar en guardia contra ellas y no acercárseles, para no resultar dañada.
Está prohibido acercarse (al que tiene mal de ojo) al descubierto (sin un escudo de protección). Si es necesario cuidarse de la gente con mal de ojo, que puede actuar como canal para la energía negativa, ¡cuánto más debemos cuidarnos del canal de la muerte!
Un ejemplo de un hombre con mal de ojo fue Balaam, de quien está escrito: “Así dijo el varón cuyo ojo está cerrado”. Esto significa que él era un canal del mal de ojo, y al que le pusiera la vista encima le atraía la fuerza negativa destructora. Sabedor de ello, buscó fijar su vista sobre la nación de Israel, de manera que pudiese destruir todo aquello sobre lo cual pusiera su vista.
Por lo tanto, está escrito: “Y Balaam levantó su ojo”, para que su mal de ojo cayera sobre Israel. Israel, sin embargo, era inmune; pues está escrito: “Y vio a Israel morar tribu por tribu”. Esto significa que vio la Shejiná (el escudo protector) rondando sobre ellos y mantenida en posición por las doce tribus, y que su ojo no tuvo poder sobre ellos.
“¿Cómo”, se dijo, “puedo triunfar sobre ellos, si veo que la Fuerza de lo alto descansa sobre ellos y los protege con sus alas?” Números, 24:3.  Lo que parece emerger del Zóhar es que cuando se formulan las preguntas “¿Por qué a mí?” o “¿Por qué ahora?”, la respuesta se encuentra en el umbral de la víctima.
El Zóhar declara que la ignorancia de esta causa principal (la falta de un escudo de protección) es la razón fundamental de todo infortunio y toda enfermedad. No se puede ignorar ni subestimar la necesidad crítica de confrontar el problema de la canalización y las influencias cósmicas. Con el conocimiento correcto y apropiado de la Cabalá y de la cosmología es posible superar la influencia de las estrellas que marcan la influencia cósmica.
En este contexto se encuentra la respuesta a las preguntas anteriores. Para la mayoría de nosotros, un esfuerzo concertado y la concentración y el enfoque de la atención en zonas de peligro cósmico representan las primeras medidas de seguridad a tomar para evitar los catastróficos infortunios que actualmente asolan a la humanidad. Cuando el proceso de Tikún dicta la retribución y el pago por la actividad negativa del pasado, en ese momento el individuo debe estar preparado para enfrentar el embate de sus propias influencias negativas. Si en ese preciso momento no están colocados los escudos de seguridad, entonces seremos vulnerables a los sucesivos factores de tensión, enfermedad e infortunio.
No tenemos a nadie a quien culpar más que a nosotros mismos o a esa gente que se la pasa convenciendo a los desafortunados de que el estudio de la Cabalá “puede ser peligroso para la salud”. El ataque a nuestro sistema inmunológico no es tan “inoportuno” como algunos médicos o científicos les quieren hacer creer.
Nuestra vida presente es simplemente una reproducción en cassette de nuestras encarnaciones anteriores En el preciso momento en que debemos hacer una retribución, más nos vale estar preparados para corregir nuestra actividad negativa de una vida pasada. ¿Cómo podemos saber cuándo esta energía negativa va a asomar su horrible cabeza? Siempre que nuestra conciencia se enfrenta a la oportunidad de cometer un acto inmoral, una acción estrechamente conectada con el Deseo de Recibir para Uno Mismo.
Si en ese momento fallamos en el proceso de Tikún, por esa ocasión habremos creado para nosotros un espacio vacío, donde no puede haber conexión con la Fuerza. Estos puntos son blancos prioritarios para el Señor de la Obscuridad y su Escuadrón de la Estrella de la Muerte. En tales momentos nos volvemos vulnerables a una invasión de ese escuadrón” malévolo. No hay manera de explicar cómo se manifestará su ataque en nuestras vidas personales.
 
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martes, 29 de agosto de 2017

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD II

EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y EL ESCUADRON  DE LA ESTRELLA DE LA MUERTE por el Rabino Philip S. Berg
 
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        Trascender el modelo básico de la sociedad solamente será posible si también estamos dispuestos a cambiar otras cosas. Se requiere una completa transformación social y cultural. ¿Cómo y dónde se puede dar esta revolución educativa?. ¿De quién será la responsabilidad de impulsarla y llevarla a una conclusión exitosa?.
Los propios habitantes del planeta Tierra son los únicos participantes en esta revolución, a la que me he referido como popular y necesaria. En la Era de Acuario no podemos seguir dependiendo de las intervenciones del gobierno o de cuerpos de autoridad para liberarnos de nuestra condición presente y de las múltiples afecciones que nos aquejan.
El individuo es el único que puede liberar a la humanidad del desorden en que nos encontramos. El fracaso de los gobiernos para refrenar la ola de autodestrucción del hombre por el consumo de drogas es más que evidente. El problema del abuso de las drogas es una tarea más que monumental para que m gobierno la emprenda solo. La carga financiera y los recursos humanos necesarios son superlativos como para que un o un grupo de gobiernos se responsabilicen de ello.
El presente marco de referencia de las ciencias sociales es inadecuado. A la luz de las recientes revelaciones en torno a la plaga del SIDA, es evidente que el enfoque médico es cada vez más irreal. El azote de las enfermedades a nivel mundial no ha sido abatido, a pesar de la enorme acumulación de nueva información. Por lo tanto, aún cuando se ha progresado en el esclarecimiento de los factores biológicos implícitos en enfermedades específicas y en el desarrollo de tecnologías para combatirlas, el mero hecho de identificar y clasificar la enfermedad no necesariamente significa progreso en la atención de la salud.
Esto no quiere decir que en las áreas de medicina de emergencia no ha habido un considerable avance en el tratamiento de infecciones agudas, nacimientos prematuros, etc. Los espectaculares procedimientos médicos en el trasplante de órganos y en la cirugía de corazón abierto no nos resuelven la interrogante de por qué aparecen estas condiciones en primer lugar, ni de cuáles medidas se podrían haber tomado para prevenir que se dieran estas enfermedades.
Las investigaciones médicas contemporáneas se han atribuido el crédito por el significativo abatimiento en los últimos cien años en la incidencia de enfermedades infecciosas tales como el cólera, la poliomielitis y la tuberculosis. Hoy en día ya no existe casi ninguna de estas enfermedades. Sin embargo, Thomas McKeown, un especialista líder en el campo de la salud pública y la medicina social, proporciona pruebas suficientes de que el sorprendente abatimiento de la mortalidad no fue resultado de la intervención médica exclusivamente. Hubo otros factores que también contribuyeron, incluyendo las mejorías en la higiene, la salubridad y la nutrición.
Su estudio demostró que todas las principales enfermedades infecciosas habían llegado a su climax y comenzado a declinar mucho antes de que se introdujeran los primeros medicamentos efectivos para combatirlas y las técnicas de inmunización. Muchos otros experimentos en la investigación parecen indicar que la intervención médica por sí misma es incapaz de producir cambios significativos en los patrones básicos de enfermedad.
 
No se pretende condenar a las prácticas médicas, a la investigación o a los facultativos, cuyos ideales los llevaron a preocuparse por el prójimo y mejorar su bienestar físico. La responsabilidad que tenemos por el bienestar de cada individuo quedó expresada en el código universal de la Biblia: “Si dos forcejean, y uno hiere al otro... le pagará su tiempo perdido y hará que lo curen por completo”. Sin embargo, según varios comentarios sobre la Biblia, parece que la comprensión principal por parte del médico debe ser que él es únicamente un canal para los efectos curativos. La capacidad de curar depende del nivel de espiritualidad del médico, y de si practica o no la profesión con un profundo respeto por la dignidad y el sufrimiento humanos.
¿Por qué da la Biblia tanta importancia a la espiritualidad y humanidad del médico?. ¿Por qué enfatiza la percepción consciente como un prerrequisito para el médico?. Desde la perspectiva del Cabalista, necesariamente se debe considerar la capacidad del médico. Sin embargo, en tanto que su habilidad limitada generalmente por el nivel actual del potencial humano (del 5 al 12 %), el Cabalista le exige al médico cualidades adicionales para que se incremente su capacidad de curar.
El Cabalista jala energía de los campos ilimitados, de los agotables manantiales de información disponible, gracias a su atada percepción de la conciencia cósmica. La conciencia cósmica es un derecho divino que todo ser humano tiene por el lo hecho de nacer. El Cabalista explica esta universalidad en términos de la capacidad intrínseca de la mente humana para establecer contacto con dicha conciencia. El término “cósmico” indica e incluye la necesaria información de energía-inteligencia unible para un individuo en un momento determinado.
 
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