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Rahu y Ketu a
menudo se tratan juntos y esto ha oscurecido mucho el significado de los dos.
Es cierto que uno está siempre en una cierta relación fija con el otro, pero
eso no elimina las características especiales de estos planetas que se
consideran por separado. Estos dos planetas tienen su propia singularidad. Se
revela muy bien mitológicamente. Después de batir el océano cuando se obtuvo el
néctar y los devas estaban participando del mismo, la unidad Rahu-Ketu entró
entre ellos y compartió algo de lo mismo. Cuando se descubrió este engaño, este
demonio fue decapitado y la cabeza se convirtió en Rahu y Ketu en el tronco. Dado
que son partes del mismo cuerpo, tienen que estar en una relación fija entre
sí, sin embargo, ya que son miembros diferentes del cuerpo, por lo que sus
propensiones y funciones son diferentes.
El tronco del
cuerpo no funcionará de la misma manera que la cabeza de forma dependiente. Por
lo tanto, es útil examinar las características especiales de Ketu para
comprender el funcionamiento de este planeta. Algunas de las características
especiales de Ketu se dan en las páginas anteriores. En este contexto, vale la
pena explorar más las tres palabras: tamash, dwajah y sikhin. Tamash es una de
las tres cualidades de cada cosa en la naturaleza. Así, Ketu es un ingrediente
esencial de todo lo que está presente en el mundo manifestado. Es un rasgo
esencial de la manifestación. En la literatura vedántica, Tamasis no se
considera como la oscuridad ordinaria que sigue todos los días, sino que es
avaran shakti, el poder del velo, que cubre la gloria divina para que no se
perciba la verdadera luz de la divinidad.
De esa manera es sinónimo de ignorancia. Sin
embargo, la ignorancia o la ilusión son creativas en un sentido especial; sin
ilusión nadie puede ver el universo manifestado. Esta ignorancia, sin embargo,
es un atributo esencial de la divinidad. Es como la mantequilla en cuajada o la
vida que impregna todo. Es invisible pero sin ella nada puede ser percibido.
Por eso se le da el adjetivo de dwajah, que no solo significa la bandera o el
estandarte o la marca distintiva, sino que también significa un emblema, un
signo, un símbolo. De esta manera, Ketu es un símbolo de lo que impregna todo,
como resultado de lo cual la gloria espiritual invisible del Supremo se hace
visible como un mundo de manifestación. Ketu hace objetiva la divinidad y
permite que el ego individual la perciba.
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