ASTROLOGIA ESOTERICA CCXXXIV

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DIMENSIONES MÁS AMPLIAS DE LA ASTROLOGÍA

CAPÍTULO 32 TODO ES UNA LEY

Esotéricamente, la Cuarta Casa representa el Hiranyagarbha, el huevo de oro radiante, el útero que se ha descrito en La doctrina Secreta como la “niebla de fuego”; luminosa, la materia etérea a partir de la cual se ha formado el universo. Se refiere a la virilidad, la potencia que podría germinar en el Árbol de la Vida. Además del hecho de que esta casa se ha relacionado con la madre en la astrología exotérica, existe una gran similitud en otras formas entre esta casa y esa etapa de evolución que se describe en el Libro de Dzyan de la siguiente manera: “Solo la oscuridad llenó lotodo lo ilimitado, porque Padre, Madre e hijo fueron una vez más uno y el Hijo aún no se había despertado para la nueva rueda”. La cuarta casa describe el Bythos de los gnósticos que significa el Gran Abismo o el Caos de La Doctrina Secreta; los hindúes lo llamaron Kshira Sagar, el océano de leche, la esencia pura. Astrológicamente, la cuarta es la casa del espacio, la duración y el agua. El hecho mismo de que casi todas las escrituras de las religiones del mundo hayan enfatizado la importancia del agua en relación con el comienzo de la creación y hayan descrito el universo como emergente después del diluvio en el agua, demuestra que el agua es la esencia de la cual todo ha sido creado. Su identidad con el espacio y la duración también es significativa. Akasha, que es la primera diferenciación de la ideación cósmica, se ha considerado como espacio universal en el que reside la ideación eterna del universo en su aspecto siempre cambiante en los planos de la materia y la objetividad. Akasha también está relacionado con el concepto de anima mundi y con el de la luz astral. Todos estos conceptos, como se puede ver en la siguiente declaración de HP Blavatsky, se refieren claramente a los aspectos más profundos de la casa cardinal astrológica que representa al Nadir:

“Esta sustancia primordial se dice que contiene en sí misma la esencia de todo lo que constituye el hombre; no solo tiene los elementos de su ser físico, sino incluso el “aliento de vida” en un estado latente, listo para ser despertado. Esto se deriva de la “incubación” del Espíritu de Dios sobre la faz del caos de las aguas, de hecho, esta sustancia es el caos mismo. De esto fue que Paracelso afirmó ser capaz de hacer sus “homúnculos” y es por eso que Tales, el gran filósofo natural, sostuvo que el agua era el principio de todas las cosas en la naturaleza”

Ahora procederemos a otro paso en la evolución cósmica. Esta etapa se relaciona con la polarización en los principios de padre y madre. Astrológicamente, la Décima Casa que representa al Zenith y está relacionada con el Padre tiene, de hecho, una conexión íntima con la Cuarta. Como se mostrará más adelante. Estas dos casas son dos en una. HP Blavatsky describe esta etapa de la creación de la siguiente manera:

“La última vibración de la Séptima Eternidad se estremeció a través de la Inmitencia. La Madre se expandió desde adentro como el capullo del loto. La vibración se extendió al tocarl con su ala veloz simultáneamente en todo el universo, y el genn que se amontona en la Oscuridad, la Oscuridad que respira (se mueve) sobre las aguas dormidas de la vida. La Luz irradiada por la Oscuridad, y la luz arrojó un Rayo solitario en las Aguas del Espacio Madre. El rayo fructificó (recordó a la vida) el Huevo de la Virgen Eterna”

 

William Lilly - Master Astrologer

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