ASTROLOGÍA - RELACIONES HUMANAS Y EL AMOR VII

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ASTROLOGÍA - RELACIONES HUMANAS Y EL AMOR

Lois Haines Sargent

Capítulo 2

Amor y Matrimonio

Los aspectos entre Marte y Venus o, especialmente, el Ascendente de una  carta y Venus, Marte, el Sol o la Luna de otro nos dirán si la compatibilidad sexual virtual se puede evaluar en la comparación. No todas las atracciones deben o pueden resultar en matrimonio. Algunos de ellos nunca pueden ir más allá del período de citas o pueden resultar en un compromiso roto. En algunos casos, las circunstancias pueden impedir la continuidad del vínculo, o los ideales e inclinaciones individuales pueden romper el vínculo antes del matrimonio. Tenemos que repetir, una vez más, que hay muchas otras cosas en el matrimonio además del amor y la compatibilidad sexual. Si el sexo fuera de primordial importancia en el matrimonio, una mujer educada y culta con hábitos exquisitos, y también muy sensual, podría unirse convenientemente a un hombre viril, sano y atractivo, sin tener en cuenta su ignorancia y falta de cultura.  Pero sabemos que esto nunca podría suceder. Ambos serían infelices, ya que sus necesidades espirituales y mentales básicas entrarían en conflicto. Una mujer culta nunca se sentiría atraída por tales hombres en primer lugar. Ningún hombre o mujer puede casarse con alguien de un nivel de vida más bajo que el suyo sin arrepentimiento. Pero ni siquiera la satisfacción sexual con una pareja del mismo nivel social asegurará en sí mismo un matrimonio feliz. La principal causa del divorcio no es la incompatibilidad sexual, sino conflictos personales serios, dificultades financieras o problemas familiares no resueltos.

Algunas palabras más sobre la atracción: Durante la adolescencia, más precisamente entre las edades de 14 y 19 años (este es el ciclo de Venus en la vida de una persona, que discutiremos con más detalle en el capítulo sobre la relación entre padres e hijos), cuando la naturaleza del amor biológico se está despertando, una niña o un niño pueden tener varios novios o novias antes de finalmente decidirse por una persona en particular. Este es el período de enamoramiento, durante el cual aún no se ha despertado la capacidad más profunda de amar. En general, durante este tiempo la persona es demasiado inmadura para analizar las emociones y puede sentirse engañada por sus sentimientos. Ella ama el amor y tiene a alguien interesado en ella. Está dominado por emociones fugaces. Por eso, hoy, muchos matrimonios entre jóvenes terminan en separación. 

Las cualidades de la pareja que la atrajeron tanto en la juventud ya no seducen a la madurez, y a menos que los cónyuges jóvenes puedan crecer juntos, los intereses y las ideas cambiantes pueden dividirlos. No pueden satisfacer sus necesidades mutuas. Muchos jóvenes se sienten atraídos por sus opuestos, que tienen cualidades que llenan el desequilibrio de su naturaleza. Más tarde, habiendo logrado un desarrollo de personalidad más amplio, las personas se sienten más atraídas por sus compañeros.

El hecho de que el matrimonio antes de los 21 años sea considerado arriesgado por quienes han estudiado el tema está de acuerdo con la enseñanza esotérica de que uno no comienza a conocerse hasta que tiene 21 años, es decir, cuando comienza el ciclo solar de su desarrollo. Por lo tanto, se lo considera adulto y debe (pero no siempre, desafortunadamente) estar listo para asumir la responsabilidad de sí mismo.

 

William Lilly - Master Astrologer

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