ANTOLOGÍA DE VETTIUS VALENS LXVII

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ANTOLOGÍA DE VETTIUS VALENS, Anthologies, Book I

Libro I

Si alguien investiga a fondo los lugares y los regentes de las casas, determinará con bastante facilidad la zona en la que la natividad es afortunada y la zona en la que es desafortunada. Siempre que una estrella que tenga una relación con la natividad (es decir, una que controle el sustento, la vida, las lesiones, las enfermedades, la ocupación o cualquiera de las otras áreas de interés) se ve afectada en un aspecto, en ese sentido dañará la natividad. De hecho, encontramos que el compilador no usa (solo) un regente de la casa influyente. Dice: Uno controla las ocupaciones, uno la posesión de los años, uno la estabilidad y el cambio, un declive; o también: Observando las posiciones del sol y la luna en conjunción y sus separaciones después de la luna llena, con respecto a los ángulos y los signos que los siguen, de los cuales depende el (pronóstico) total; o de nuevo: Al comenzar a elaborar un horóscopo, uno debe examinar el Descendente, el signo que precede al Descendente y el signo que sigue al Descendente, porque en estos lugares se encuentra el resultado predestinado. Dice muchas otras cosas similares. Por tanto, es necesario considerar un lugar para la ocupación y el rango, otro para la vida, otro para las lesiones, las enfermedades y la muerte. No todo dependerá de un regente de la casa. Actuamos racionalmente cuando hacemos nuestros pronósticos después de considerar muchas influencias. Más adelante en nuestro tratado aclararemos estos puntos, particularmente en (la sección sobre) la distribución de los cronogramas.

Ahora seguiremos adelante para considerar las muertes violentas. Cuando el regente de la luna nueva o la luna llena en la natividad se aparta de su signo o se sitúa desfavorablemente, con un aspecto maléfico, indica muerte violenta. De la misma manera, si Mercurio está en oposición a la luna llena y tiene aspecto maléfico, trae una mala causa de muerte. Si Saturno, Marte o Mercurio se encuentran en el signo (de la luna) en el cuadragésimo día, indican muerte violenta. Asimismo, los maléficos en el Descendente o en el signo que precede al Descendente traen muertes violentas o la aparición de enfermedades y muertes miserables.

El VIII Lugar desde el Ascendente tiene la misma influencia sobre la causa de la muerte; lo mismo ocurre con el octavo lugar de la parte de la fortuna. Es necesario examinar la parte y su regente para ver en qué signos se ubican, porque la causa de la muerte será predicha por ellos: la luna (que es la Fortuna), cuando en conjunción con el sol en Aries, sufre un eclipse, o pérdida de luz en el octavo signo, Escorpio. Por eso a Escorpio se le llama depresión.

Daremos un breve recorrido por cada signo para que lo que aquí se dice sea fácilmente comprensible: Aries es destruido por Escorpio. Dado que ambos son domicilios de Marte, Marte es un destructor de sí mismo. Por tanto (Aries) provoca suicidios, los que se arrojan desde las alturas, y los que están listos para la muerte; cómplices en el crimen, bandidos y asesinos (es decir, aquellos que traen consigo una causa de muerte), además de los que perecen por ataques de animales, incendios o derrumbes de edificios. (También hace que los hombres mueran) por animales, sangrado o ataques. Tauro es destruido por Sagitario, es decir, Venus es destruído por Júpiter. Los hombres nacidos bajo esta configuración mueren pacíficamente por una vida lujosa, por atiborrarse de comida, vino o sexo, o por caricias mientras duermen o se relajan. No aparecerá ninguna causa angustiosa de muerte, a menos que algún maléfico en conjunción o en un aspecto introduzca e indique una causa de muerte apropiada a su naturaleza. Géminis es destruido por Capricornio, es decir, Mercurio por Saturno. Algunos hombres mueren violentamente perturbados por la bilis negra, son atacados por calambres dolorosos o son lastimados en lugares húmedos por bestias o cosas que se arrastran. Algunos son condenados a muerte, encarcelados o asfixiados. Algunos son atacados por bandidos o el enemigo. Algunos están envenenados, debido a la calidad húmeda (del signo).