LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA XVI

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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA

Aleister Crowley y Evangeline Adams

CAPÍTULO I

EL HOMBRE Y EL UNIVERSO
ESPEJOS GEMELOS DE SU HACEDOR
PROLEGÓMENOS AL ESTUDIO DE LA ASTROLOGÍA

UNA COMPRENSIÓN APROPIADA de los planetas y, de hecho, del universo mismo, es sólo lo que debe obtenerse mediante el conocimiento de la doctrina de las correspondencias entre el microcosmos y el macrocosmos.

Dios hizo el universo de la nada y, por lo tanto, como dicen los panteístas, Él está en todo. Pero esto es solo una parte de la verdad; porque también lo hizo todo, y permanece inmune de su creación. En estas altas verdades místicas no es parte de nuestro propósito ingresarlas aquí. Baste decir que el universo debe considerarse como una copia de Dios, una sombra de Dios, o incluso una encarnación o materialización de Dios. Del mismo modo, el hombre está hecho a Su imagen. Recuperar la sustancia de la sombra es tarea del Adepto; pero comparar la imagen menor con la mayor es tarea del astrólogo. Incluso al comienzo de este estudio, ciertas analogías destacadas saltan a la vista. En particular, vemos en los planetas las siete edades del hombre.

-         Primero, la Luna, cambiante, pasiva, fácilmente moldeable, suave, pura, soñadora: el niño.

-         A continuación, Mercurio, el joven en la pubertad, que ya no es cambiante sino que parpadea rápidamente, ansioso por saber, tímido, a menudo lleno de trucos y presunciones.

-         Entonces, Venus, llena de gracia, tierna, la nueva conciencia de nuevo se vuelve pasiva al absorber las impresiones del mundo al respecto, ansioso por encontrar pareja, dedicado al arte o religión.

-         Ahora llega el Sol, el adulto, todavía ágil, pero más firme, activo, brillante y creativo, el joven se regocija en su fuerza.

-         Marte le sigue. El hombre se vuelve menos ocupado consigo mismo, se sumerge vigorosamente en la confusión de la vida.

-          Júpiter simboliza su desarrollo de esta lucha a la victoria y el gobierno. Él es el jefe de su negocio, el padre de una familia.

-         Por último viene Saturno, austero, grave, pesado, la mano de la vejez sobre su hombro, y luego, el final.

¿Qué pasa entonces con Urano y Neptuno? Estos planetas representan partes del hombre que están más allá del tiempo, o al menos más allá de los pequeños ciclos a los que normalmente nos referimos con tiempo. No es suficiente que consideremos la desproporción de humanos y tiempo astronómico. Las distancias de las estrellas fijas son tan grandes que parece que vemos un diferente orden de ser. De hecho, el universo estrellado está casi a 10,000,000,000,000,000,000,000 veces más grande que el nuestro; y, curiosamente, nuestro universo es mucho más grande que el universo de las bacterias.1 Aquí hay tres escalas de creación, y solo tres, apreciables por nosotros en la actualidad; este pensamiento debería servir para simplificar nuestra comprensión.