LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA - CXXXIV

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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA

Aleister Crowley y Evangeline Adams

Si el Sol está bien dignificado, la Disposición es noble, orgullosa, magnánima, generosa, humana y afable, fiel amiga y generosa enemiga. Hace que uno sea demasiado aficionado a la magnificencia. Si el Sol está mal dignificado, el nativo es neciamente orgulloso o vanidoso, arrogante, problemático, testarudo, superficial, inquieto y poco caritativo. Donde el Sol es una influencia dominante en la vida, la Voluntad es fuerte y el Carácter magistral, y la confianza dada por el respeto propio y una perspectiva alegre hacia la vida harán que el nativo atraiga mucha buena fortuna. Puede que le resulte necesario evitar ser demasiado franco y franco y cultivar la cautela y el secretismo. No debe permitir que su afición a la exhibición aliente el "complejo de exhibición".

Está calificado para escudriñar los misterios de la vida, para hacer un estudio de las fuerzas más finas de la naturaleza, y se le da el poder de elevarse por encima de la posición en la que nació; otros, naturalmente, acudirán a él en busca de consejo y ayuda, pero siempre debe tener en cuenta que "hay peligro en el deber de otro". Muchos que ocupan cargos gubernamentales o de carácter puramente ejecutivo nacen fuertemente bajo la influencia de esta lumbrera, y todo depende de la esfera de cada uno en cuanto al grado y tipo de Éxito alcanzado.

EL NATIVO DEL SOL ES FÁCILMENTE CONDUCIDO, PERO PUEDE SER MUY TESTARUDO Y DIFÍCIL DE MANEJAR SI SIENTE QUE ESTÁ SIENDO "MANDADO" O IMPUESTO DE ALGUNA MANERA. El Sol representa la constitución, el Principio de Vida y el Carácter del nativo. Cuando el Sol es fuerte, por sí mismo no implica más que el vigor de la poderosa vida animal, que permite al nativo cosechar las recompensas de los aspectos planetarios favorables y, a la inversa, sufrir y soportar los embates de las influencias adversas. Donde el Sol es débil, ninguna cantidad de beneficios de los otros planetas contrarrestará esa aflicción. Un momento de reflexión revelará la solidez de esta proposición, ya que es evidente que no importa qué capacidad posea un hombre, no podrá emplearla provechosamente si su vida es demasiado corta para desarrollarla, o si está demasiado rota por hechizos o por la enfermedad para que la prosiga con esa continuidad que es necesaria para el éxito.

 EL SOL GOBIERNA LA ESPALDA, EL CORAZÓN, LAS ARTERIAS Y LOS OJOS; TAMBIÉN LA FACULTAD RETENTIVA O MEMORIA. SUS ENFERMEDADES SON DESMAYOS, PALPITACIONES DEL CORAZÓN Y VISIÓN DÉBIL. SIEMPRE DEBE TENERSE EN CUENTA QUE EL SOL RIGE LOS PROBLEMAS ORGÁNICOS Y LA LUNA LOS TRASTORNOS FUNCIONALES.

La influencia del Sol en el individuo

Así como los signos zodiacales forman la base del temperamento humano, así también los planetas poseen las fuerzas magnéticas que, jugando con ese Temperamento, producen esas innumerables modificaciones de las que la humanidad es capaz. Son los generadores cósmicos, por así decirlo, los puntos focales de distintos tipos de energía electrónica.

Los cuatro cuerpos cuya influencia y posición tienen más que ver con el Carácter humano son las dos luminarias, es decir, el Sol y la Luna, y los dos planetas menores, Mercurio y Venus, cuyas órbitas se encuentran dentro de la de la Tierra. La experiencia muestra que estos cuatro reaccionan más directamente sobre la placa sensible del ser del hombre y tienen más que ver con hacer de él lo que es. Tienen un efecto modificado sobre los acontecimientos. Los planetas de las órbitas exteriores, aunque también afectan en cierta medida al Carácter, parecen modificarlo más de una manera evolutiva que primaria.

Desde que el hombre prehistórico se encontraba en la jungla primigenia, con los brazos desnudos levantados en súplica a la luz de la mañana, el hombre ha adorado al sol. NI UNA PLANTA CRECE, NI UNA BESTIA DEL CAMPO NI UN PÁJARO DEL AIRE, SINO QUE VIVE EN REFERENCIA A Y DESDE LA BENEFICENCIA DEL ORBE CENTRAL. Si no fuera por su luz y poder, la misma Tierra dejaría de existir. De no ser por nuestros continuos baños en su calor, nos volveríamos como papas germinadas en un sótano, blancas y sin vida. No por casualidad el adorador del fuego lo adoraba, y los griegos lo glorificaban como Helios-Sol-Apolo, y con otros innumerables nombres. Él es Surya, el dios del sol de la India. La Individualidad, indicada por el Sol, es para la naturaleza del hombre como el Sol para el universo, su misma fuerza formativa y centro de vida.