LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA - CLXXXIII

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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA

Aleister Crowley y Evangeline Adams

VENUS EN ARIES

Venus en este signo la perjudica, y la posición no es afortunada en general. Hay evidencia de la acción de Marte en cierta impulsividad temeraria en la emoción, pero el efecto rara vez es duradero o profundo, incluso en ese momento. Hay una fuerte tendencia a ser lo que los franceses llaman cerebral, y también a lo que es realmente frialdad, aunque pueda manifestarse en chispas de fuego.

Basta estudiar los escritos de Baudelaire y Swinburne, para ver la actitud adoptada hacia amor y arte por parte de ambos, para comprender esta posición de Venus. Hay fiereza y brillo, pero es el fuego del relámpago más que el del hogar. Entre las mujeres vemos la misma cualidad, modificada en cierto modo, en Marguerite Steinheil y la reina Victoria. El primer ejemplo no necesita comentarios; este último lo hace. Victoria parecía una persona de lo más domesticada, pero no lo era; era simplemente parte de su ambiciosa política parecerlo.

En la música uno ve este brillo irregular de Venus representado por Tchaikovsky, y en la literatura por Bulwer-Lytton. Los asuntos domésticos de este último son bien conocidos —demasiado conocidos— y muestran en vida lo que él también expresó en sus novelas. La tendencia a la falta de estabilidad también se manifiesta en Robespierre.

El problema parece no ser que haya falta de actividad en Venus cuando está en este signo, sino que esa actividad está mal dirigida. No es realmente voluble, pero parece serlo debido a su idealismo. AL NO CORRESPONDER LA REALIDAD A SU CONCEPCIÓN MENTAL, SE SIENTE DESCONTENTA. AL MISMO TIEMPO, DEBE ENTENDERSE QUE NINGÚN CUMPLIMIENTO DE SUS DESEOS, POR CASI PERFECTO QUE SEA, LA SATISFARÍA. ES EN LA CONTEMPLACIÓN DE SUS DESEOS QUE ENCUENTRA PLACER MÁS QUE EN EL DISFRUTE DE ELLOS. Es extraordinariamente imaginativa; la más mínima insinuación la excita. Ama de vista, pero el tacto la decepciona. Cuando una persona con esta posición de Venus descubre que Shelley se peleó con su mujer o que Browning fumaba en pipa o que Matthew Arnold llevaba patillas, le sigue la decepción y la desilusión. La poesía se echa a perder para ellos, porque no está escrita por una criatura que no sólo no existe, y no existió, sino que nunca podría existir. Un ejemplo notable del idealismo de esta posición nos lo brinda Abraham Lincoln, cuya Venus estaba en trígono con su Neptuno ascendente. Esta es una posición insuperable para la devoción inquebrantable a un ideal. Lincoln era tan consciente como cualquier otro hombre, tan clarividente como podría haberlo sido cualquier vidente, de lo que significaba en la agonía inmediata para la humanidad pedir voluntarios, como lo hizo en ese día dramático que cambió toda la historia de los Estados Unidos. Pero su elevado propósito no se vio abrumado por su gran simpatía por los sufrimientos temporales de la humanidad. Para él, lo correcto era lo correcto y debía ser respaldado, sin importar el costo. Si Neptuno hubiera estado en Capricornio y Venus en Tauro, en lugar de Sagitario y Aries respectivamente, habría pensado mucho más en las miserias materiales que inmediatamente amenazaron a su país, y la secesión podría haberse convertido en un hecho consumado. Fue su idealismo el que no sólo evitó la ruptura de la Unión, sino que implantó como un principio, que nunca dejará de ser primordial en Estados Unidos, el de hacer lo correcto sin importar el costo. Uno puede comprender fácilmente cómo esta actitud puede ser malinterpretada por la otra parte como falta de simpatía.

VENUS EN ESTE SIGNO ES EXTRAORDINARIAMENTE BRILLANTE; ELLA ES LA BELLEZA DE LAS CHISPAS QUE BROTAN DE LA ESPADA DE MARTE CUANDO ÉL VA A LA BATALLA, PERO ELLA ES DESPOJADA DE TODA LA IMPORTANCIA QUE TIENE COMO TERNURA Y GRACIA. SE CONVIERTE EN AMAZONA, ATAVIADA Y ESPLÉNDIDA, SIN RASTRO DE HAUSFTAU. Tanto Baudelaire como Swinburne tienen esta posición, y ella está respaldada por los aspectos más formidables; sin embargo, no logra florecer con esa voluptuosidad que encontramos, por ejemplo, con Venus en Piscis. ES DURA, BRILLANTE, SUTIL, APASIONADA, PERO NO PERDURABLE Y POCO INCLINADA A COMPLACER. Ataca y repele, pero todas sus operaciones son operaciones de asalto y agresión. Ella se mueve a la actividad y se cierra. EN LAS MUJERES, ESTA POSICIÓN ES EXCEPCIONALMENTE DESAGRADABLE. PUEDE SER EXTRAORDINARIAMENTE ATRACTIVA PERO, INCLUSO SI GRATIFICA, NUNCA SATISFARÁ. ELLA EXCITA E IRRITA, NUNCA CALMA Y ALIVIA. Incluso en el arte se percibe claramente cuán insatisfactoria, desde el punto de vista de la misma Venus, por así decirlo, es esta posición para ella. Cuando Swinburne escribió "Dolores" estaba tratando de pintar un cuadro de Venus en Libra o en Escorpio; sólo logró pintar una Venus en tipo Aries.

VEMOS LO MISMO EN LA ESCRITURA DE BAUDELAIRE Y EN LA MÚSICA DE TCHAIKOVSKY: SIEMPRE ES IRRITACIÓN SIN SATISFACCIÓN; NO ES ISIS VELADA, SINO ISIS CON ARMADURA. COMO SE INDICÓ ANTERIORMENTE, ESTA POSICIÓN ES MUCHO MEJOR PARA LOS HOMBRES QUE PARA LAS MUJERES, PERO ES BUENA INCLUSO PARA ELLOS SOLO DONDE VENUS ES UNA FIGURA SUBSIDIARIA, NO SOLO EN EL HORÓSCOPO MISMO SINO EN EL CARÁCTER GENERAL DEL NATIVO. DONDE SU BÚSQUEDA GENERAL EN LA VIDA ES EL CARÁCTER DE VENUS, ES MALO, PERO NO ES MALO PARA HOMBRES COMO LINCOLN Y JP MORGAN TENER A VENUS BAJO SUS ARMAS.

        Puede ser de gran valor en el horóscopo de cualquier hombre del mundo del tipo más estudioso y serio para no hacer que Venus florezca demasiado. La encontramos en esta posición en los horóscopos de hombres como Emerson, Alexander Graham Bell, el Dr. Quackenbos y el Excmo. Stephen A. Douglas.s Sin embargo, cuando el nativo es un artista, las limitaciones pueden considerarse problemáticas. Así encontramos a Palmer Cox en el arte ya Frank R. Stockton  en la literatura algo faltos de la gracia y la floritura que parecen apropiadas para el temperamento artístico. Ocasionalmente, el efecto de Venus en Aries es realmente muy malo, lo que implica crueldad, y esto se aplicará particularmente cuando el Temperamento general ya es voluble. Clasificamos la posición como una restricción decidida sobre Venus. Ella siempre falla en alcanzar su pleno desarrollo, y si esto es bueno o malo para el nativo en general, debe depender de consideraciones completamente ajenas a ella. Es evidente, por ejemplo, que a un gran militar no le beneficiará tener a Venus de igual importancia que a Marte, ni a un gran hombre de ciencia tenerla más fuerte que Urano, Saturno y Mercurio. Consideraciones como las anteriores siempre deben tenerse en cuenta al estimar el valor real para el nativo de cualquier posición particular de cualquier planeta en particular. Cada descripción debe considerarse como una declaración aislada,