LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA - CCXXXIV

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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA

Aleister Crowley y Evangeline Adams

SATURNO EN CÁNCER

Cáncer es el signo particularmente significativo de la domesticidad y el reposo. Es indolente hasta cierto punto y socava la moralidad de Saturno. Su persistencia degenera en pereza, y su austera concentración en mera inercia. A pesar de la galaxia de grandes nombres cuyas natividades muestran a Saturno en este signo, lo que podría llevar al estudiante descuidado a asumir la posición de afortunado, las excepciones a esta regla serán pocas, y un estudio cuidadoso de los casos citados probará que los éxitos no se debieron a, sino a pesar del detrimento de Saturno en Cáncer.

Tenemos como ejemplos de esta posición un trío de asombrosos genios de la literatura y el arte: Shakespeare, Balzac y, en menor grado, Rossetti. Pero la influencia de Saturno, lejos de contribuir en algo a la grandeza de estos hombres, no fue impedida por todos sus buenos aspectos de lograr en cada uno un efecto que no injustamente puede calificarse de libertinaje. Su conciencia se manifestaba sólo en la esfera de su trabajo; el famoso epigrama de Catulo puede estar invertido para ellos. En sus vidas fueron extravagantes y ociosas; el placer los hizo esclavos.! Tan pronto como terminó el trabajo del momento, se hundieron en la disipación.

El Saturno de Shakespeare estaba en conjunción con Júpiter, en cuadratura con la conjunción del Sol y la Luna. Neptuno también está dentro de los 6° del sextil de la primera pareja, y está en conjunción con Venus y en oposición a Urano. El astrólogo tendrá pocas dudas sobre el significado de los muy debatidos Sonetos, o estará dispuesto a encubrir las juergas de la Sirena. No le sorprenderá la precisión del dibujo de las escenas de Falstaff, ni le desconcertará la exquisita ambigüedad de Rosalind y Viola.

El Saturno de Balzac, afligido por la conjunción de Venus y Marte, no tiene más ayuda que el sextil de Mercurio. Aunque libre de perversiones, es evidente cómo estas posiciones lo llevaron a excesos y extravagancias descuidadas.

El Saturno de Rossetti tiene la oposición de Marte y Neptuno unidos. De esto vemos cómo, a pesar de su gran genio, la ira y el capricho interfirieron con su adecuada concentración, cómo la ociosidad y la locura devoraron su Alma (desmoralizando el bien de un trígono del Sol tanto con Marte como con Neptuno) y encontraron su culminación. en locura Como otro ejemplo más, podemos tomar a la reina Isabel I, cuya política se vio muy afectada por su búsqueda del placer. Aquí Saturno en conjunción con Urano está en cuadratura con Mercurio, lo que hace que su temperamento sea excéntrico y poco confiable a pesar de un sextil del Sol, que solo podría salvarla de ir a extremos demasiado grandes. No fue lo suficientemente fuerte para contrarrestar el peligro de la sensualidad de Saturno en Cáncer, y el título de "Reina Virgen de Inglaterra" requiere comillas.

En el caso de Napoleón, Saturno es mucho más fuerte, no solo porque está culminando, sino también porque Libra, el Ascendente, es el signo de su exaltación. La oposición de la Luna no es, por tanto, tan poderosamente desfavorable. Su carácter moral estaba lo suficientemente bien desarrollado como para auto-controlarse contra sus propensiones, aunque, por supuesto, en algunos aspectos era tan sensual como los ya considerados. Pero nunca permitió que el placer interfiriera con su ambición. Nótese bien, sin embargo, que Saturno se vengó del cuerpo, ya que su pérdida de las batallas de Leipzig y de Waterloo se debió en gran parte a su enfermedad a causa de una indigestión, y murió de un cáncer de estómago, órgano que se gobierna por este signo.

El caso de Guillermo III es interesante. Saturno no tiene más ayuda que el sextil de Marte. Su sabiduría era práctica pero no profunda. Saturno, estando en la Casa 12, es peculiarmente inerte en su fdarta Las causas de su buena fortuna se indican en otra parte.

En el caso de Nostradamus, tenemos a Saturno dominando la natividad en el sentido más completo. Está en la Casa 4 en conjunción con Júpiter y en trígono con la Luna, cuyas dignidades superan fácilmente todas las tendencias laxas de la posición de Cáncer. Tenemos aquí una hermosa imagen del famoso astrólogo: siniestro, severo, piadoso, noble, dominando la austeridad dominante en sus modales y la visión en sus ojos. Neptuno elevado en la Casa 10 en oposición a Saturno y Júpiter completa el esquema, agregando cierta distancia al Personaje y provocando historias increíbles alrededor de su nombre, como demonios alrededor del círculo de un encantador.