LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA - CCLXXXVII

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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA

Aleister Crowley y Evangeline Adam

NEPTUNO EN ARIES

Hay muy poca simpatía entre el fuego y la energía duros y prácticos de Aries y el frío y sensible Neptuno. La combinación genera disrupción; su aspecto con otro planeta, en igualdad de condiciones, es probable que sea algo molesto. Esos aspectos que calificamos de buenos, no lo serán tanto cuando Neptuno esté en el signo, como cuando esté en uno más armonioso con su naturaleza. En todos los casos de guerra y otros asuntos que requieran iniciativa y energía, es probable que la influencia sea particularmente desafortunada. Se puede considerar que Neptuno quita todos los puntos buenos de Aries y los reemplaza con las cualidades totalmente opuestas, el pasivo por el activo, el suave por el duro, el sensible por el enérgico. En el caso técnico particular del navegante, las indicaciones no son tan objetables, aunque parece imprudente confiar el bienestar de una flota a un almirante con Neptuno saliendo en Aries. Tal nombramiento sólo podría ser excusado por algunos aspectos extraordinariamente buenos de planetas como Marte y Júpiter.

CUANDO NEPTUNO ES UNA FUERZA DETERMINANTE EN CUESTIONES DE SALUD, TAL VEZ HAGA QUE LA AFLICCIÓN SE PRODUZCA EN LA CABEZA EN LUGAR DE EN OTRA PARTE DEL CUERPO.

LAS PERSONAS QUE TIENEN A NEPTUNO EN ARIES SE INCLINAN A FAVORECER NUEVAS ENSEÑANZAS RELIGIOSAS Y FILOSÓFICAS; TIENEN UN GRAN DESEO DE ENSEÑAR A LA HUMANIDAD A ASPIRAR A IDEALES MÁS ELEVADOS. Aries es demasiado militante, demasiado marcial, demasiado eficiente, temporal y material para que una fuerza tan puramente espiritual como Neptuno exprese sus vibraciones con simpatía. Su poder reside más en la revolución que en la evolución, en la destrucción del mal y el levantamiento del conservador. La posición es espiritualmente radical e inclina las energías espirituales a ser más predominantemente mentales y enérgicas que profundas, emocionales y cósmicas. Esto está bien ilustrado por la diversidad religiosa, así como el escepticismo teológico, entre los hombres y mujeres de la generación de Neptuno en Aries. No hay dos de ellos que parezcan tener las mismas ideas sobre asuntos superiores, o sobre asuntos políticos o sociales. Ha producido una era de diversidad e inquietud, no una era de cohesión y paz, una era en la que se destruyen más viejos dogmas que nuevas verdades avanzadas.

Cuando este planeta está afligido en Aries, presta energía e independencia a todos sus fuerzas turbias para el mal, mientras que su cualidad mental añade iniciativa y cierta inteligencia. Entonces tiende a volverlo fanático, bolchevique y revolucionario.