ASTROLOGIA Y DESTINO - XXXVII

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 ASTROLOGÍA Y DESTINO BY LIZ GREENE

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EL DESTINO Y LA FAMILIA

TANTO LAS FAMILIAS COMO LOS INDIVIDUOS SE RIGEN POR PATRONES MÍTICOS. LA SUSTANCIA PSÍQUICA HEREDADA ES UN CONCEPTO CURIOSO, PORQUE, INDEPENDIENTEMENTE DE SI TIENE O NO UNA BASE GENÉTICA O UN PARALELO A ELLA, SE EXPRESA SIN RODEOS MEDIANTE LA AGREGACIÓN DE HORÓSCOPOS FAMILIARES, Y SUS MANIFESTACIONES SE EXPRESAN A MENUDO EN SUEÑOS Y FANTASÍAS MÁS QUE EN CARACTERÍSTICAS FÍSICAS O PATRONES DE CONDUCTA. SÓLO CUANDO ESTAS CORRIENTES PSÍQUICAS SUBYACENTES EMPIEZAN A GENERAR PRESIÓN POR FALTA DE INTEGRACIÓN EN LA VIDA, PARECEN CONVERTIRSE EN LAS COMPULSIONES QUE SON TAN PERTURBADORAS EN LOS INDIVIDUOS, Y A MENUDO ENTONCES NO HAY UNA CONEXIÓN INMEDIATAMENTE RECONOCIBLE CON LOS ASUNTOS FAMILIARES.

Si las imágenes arquetípicas son representaciones de instintos experimentados a través de la psique, entonces los patrones arquetípicos que funcionan dentro de las familias son representaciones de la sangre y los huesos mismos de la familia, el paralelo psíquico de la herencia biológica. En el momento en que consideramos estos patrones desde esa perspectiva, nos encontramos una vez más en el reino de Moira, la hilandera de los tejidos del cuerpo. NUESTRAS FAMILIAS SON NUESTRO DESTINO PORQUE ESTAMOS HECHOS DE LA SUSTANCIA DE ESAS FAMILIAS, Y NUESTRA HERENCIA FÍSICA Y PSÍQUICA SE DA AL NACER.

FRANCES WICKES le da la más profunda importancia a la unidad del inconsciente de la madre y el niño. Sólo a través de una lucha lenta y gradual surge el ego individual del niño, una cosa débil, frágil y desprotegida que puede ser golpeada y marcada con demasiada facilidad por los conflictos no expresados ​​y las energías frustradas que viven dentro de la psique del padre. LOS PECADOS DEL PADRE Y LA MADRE EN VERDAD RECAEN SOBRE LOS NIÑOS, NO A TRAVÉS DE UNA ACCIÓN MANIFIESTA, SINO A TRAVÉS DE LO QUE NUNCA HA SURGIDO DE LA OSCURIDAD PRIMORDIAL. Esta es la Moira del niño, su asignación.

Los conflictos inconscientes que han quedado sin resolver vuelven a anidar en el niño, en forma de herencia psíquica. En la vida posterior, ese vínculo secreto entre el inconsciente del niño, ahora adulto, y la herencia inconsciente de los padres sigue siendo tan potente como siempre. Puede ser que la astrología tenga mucho que ofrecer al analista en términos de la receptividad selectiva que los diferentes niños tienen hacia estos paquetes parentales, a través de las conexiones entre los horóscopos. Veremos más sobre esto en breve. Pero es la experiencia de muchos psicoterapeutas, incluido yo misma, que el trabajo sobre estos temas familiares afecta, de una manera extraña e inexplicable, a los otros miembros de la familia. Es como si la unidad real de la psique familiar se revelara cuando un individuo asume la responsabilidad de trabajar con los complejos familiares. La unidad de sustancia en la familia tampoco muere con la muerte física de los padres, ya que no solo son personas reales sino imágenes dentro de la psique del niño. "Los antepasados" siguen siendo así una herencia viva, al igual que la herencia genética sigue viva dentro del cuerpo y continúa transmitiéndose a las generaciones futuras.

Sin embargo, existe una cuestión bastante problemática en torno a esta "herencia" de factores psíquicos, y comprende un par aparente de opuestos. No estoy segura de hasta qué punto son opuestos estos dos extremos, pero plantean un problema no sólo desde el punto de vista de la «gestión» del trabajo psicoterapéutico, sino también desde un punto de vista filosófico, o, en otras palabras, desde el punto de vista del destino. Si las experiencias dolorosas o que distorsionan la vida son «causadas» por los padres (ya sea por una conducta manifiesta o, como sugiere WICKES, por conflictos inconscientes que llegan al niño a través de la identificación inconsciente con los padres), entonces la responsabilidad más enorme recae sobre los hombros de cualquier individuo que traiga un niño al mundo. Es dudoso que muchos de nosotros tuviéramos hijos si nos diéramos cuenta del impacto total de esta responsabilidad.