sábado, 8 de enero de 2011

Willian Lilly II

Introducción a la Astrología de William Lilly II  by Sue Ward

La pregunta horaria

El análisis astrológico se basa en un solo momento, y decidir en qué momento se debe aceptar el juicio horario puede ser difícil. Sin embargo, no importa cuáles sean las circunstancias, el momento horario (cuando se levanta la carta para dar una respuesta a la pregunta) es el momento en el que el astrólogo tiene claridad acerca de las intenciones del consultante.

Bonatti es una buena fuente porque nos da una explicación clara sobre el momento horario:

Lo primero [consideración] es observar qué es lo que mueve a una persona para proponer o hacer una pregunta a un astrólogo, debemos tomar nota de las tres motivaciones:

  1. La primera, de la mente, cuando los pensamientos de un hombre están agitados y tiene la intención de investigar.
  2. En segundo lugar, está lo de los cuerpos superiores y celestes, de modo que ellos tienen un mensaje para ese tiempo en donde se hace la pregunta.
  3. En tercer lugar, sobre la libre voluntad que permite investigar, pues aunque la mente se dedique a investigar, sola no basta, a menos que los cuerpos superiores simpaticen con el asunto, pero el movimiento de las estrellas no es suficiente, a menos que la persona que consulta esté motivada por una sana y sincera intención.
Esta instrucción ayuda a explicar la naturaleza de la astrología horaria: debe haber una "intención de investigar", y sobre la persona que realmente hace la investigación, también se debe esperar honestidad y un juicio imparcial. El consultante debe tener perfecto acuerdo entre su pensamiento y lo que dice, entre la intención y la acción.

La pregunta debe tener la intención de que se investigue como una cuestión horaria, y él o ella deben acercarse al astrólogo y plantear el problema como una cuestión horaria. El astrólogo requiere el permiso del autor de la pregunta para investigar el asunto y astrológicamente el consultante debe estar seguro que por parte de su mente y por su acción estará en capacidad de conferir una autorización. Por otra parte, por el acto de investigación por parte del astrólogo, el consultante está haciendo claro que su petición realmente se hace a la Divina Providencia. Nosotros no debemos sorprendernos de esto, ya que la astrología sigue siendo un arte sagrado, a pesar de que podría haber sido separada de su madre filosófica - la Hermética. La evidencia de este punto de vista astrológico abunda en la literatura antigua y sólo tenemos que tomar la dirección de William Lilly "Para el estudiante de astrología" como un ejemplo de alguien que tuvo la suficiente experiencia que le permitió un éxito extraordinario en su profesión:

"¿Cómo es que no reconoces las preeminencias, privilegios y ventajas que Dios nos ha concedido? Contempla los cielos y observa el movimiento y la magnitud de las estrellas, habla con los ángeles, y podrás también hablar con Dios”

Bonatti va más adelante en la segunda consideración en la que exhorta a la pregunta "con un espíritu devoto, pedid al Señor, de quien procede el éxito de toda empresa legal, que te conceda el conocimiento de esas cosas, la verdad para que se pueda resolver el asunto. El consultante debe tener una intención seria y la cuestión no debe ser trivial o carente de importancia. Excepto en los casos que demandan una acción inmediata, el asunto debe haber perturbado su mente [al consultante] por espacio de un día o de una noche o por más tiempo."

Es evidente que el fundamento y planteamiento de la cuestión es de la mayor importancia. Lilly destaca:

"Aquellos que toman este curso de acción con sobriedad, encontrarán la verdad después de investigar, pero todo aquel que lo haga de otra manera, se engañará a sí mismo y al artista, un consultante tonto puede hacer que el sabio pueda equivocarse, y esto ocasionará un escándalo en el Arte, entre la gente desconsiderada, mientras que el astrólogo es censurable, el ignorante tonto pasará desapercibido

Una vez que el astrólogo está convencido de la sinceridad y la honestidad de la cuestión y su objeto, el siguiente paso es que el asunto debe ser confirmado por los cielos. Bonatti dice que los cuerpos celestes dejan "huella" en el asunto hacia el curso futuro de los acontecimientos y que los planetas deberían "simpatizar" con la investigación. En esto podría estar aludiendo a lo que habitualmente se denomina Consideraciones antes de Juicio, que no son más que una lista de las condiciones astrológicas que deben cumplirse antes de proceder a juzgar la carta. También es posible que las exigencias de Bonatti estén basadas en las descripciones que ofrecen la carta, del asunto y las partes involucradas, en caso de corresponder. Tales correspondencias son de gran importancia en la práctica, ya que el futuro no se puede describir si el pasado y el presente no han sido estudiados. En lo que sigue, la noción de descripción es planteada en repetidas ocasiones.

Horas Planetarias

Los siguientes ejemplos demuestran lo que pasa cuando el regente de la hora no está de acuerdo con el ascendente en las tres formas ortodoxas.


Figura A: ¿Si él será rico o subsistirá por sí mismo sin casarse?

  • Día: Mercurio
  • Hora: Sol
La Luna se separa de una conjunción de Mercurio y aplica una conjunción a Venus.
Ante todo, consideré la disposición de los planetas en general y me encontré con que la mayoría de estos y, en especial, aquellos que denotaban fortuna, eran muy rápidos en movimiento, se hallaban bien situados y no se encontraban afligidos. También observé que Venus, regente del Ascendente, se hallaba situada cerca de Cor Leonis, una estrella de gran virtud e influencia, así como la Luna aumentaba en luz, y que Júpiter estaba casi en su culminación. Por esto, y en relación a su demanda, pude juzgar que el sujeto ocuparía un alto rango entre sus vecinos y que estaría muy bien considerado por estos, etc.

Luego para saber si sería RICO O NO, CONSIDERÉ QUE EL REGENTE DE LA CASA DOS ESTABA SITUADO EN EL ASCENDENTE. Y que también era regente de la rueda de la fortuna, encontrándose está muy cerca de Spica Virginia, a unos 18º de Libra. Entonces, me fijé en que Júpiter (significador natural de la riqueza), se hallaba en exaltación y angular, proyectando una cuadratura hacia el ascendente, cuadratura que en los signos de larga ascensión se consideraba normalmente como un trígono.

Pude observar así mismo que la Luna estaba separada por un sextil de Marte, quien era regente de la casa dos y significador de aquello que se solicitaba y que se hallaba también en conjunción a Mercurio y a Venus significadores del consultante, y transfería la luz y la virtud de ambos: Marte y Mercurio hacia el propio significador del consultante. El que disponía de la Luna era el Sol, que se mostraba muy fuerte y poderoso y la rueda de la fortuna se encontraba situada en un signo fijo y en los términos de Marte. Por todo ello, y a través de estos testimonios, juzgué que el consultante podía hacerse con una fortuna considerable y disfrutar de una holgada situación económica.

Pero como todo ello se hallaba representado por uno de los infortunios, pude deducir que tan solo podía hacer fortuna. Como Marte regente de la casa 7 (casa del matrimonio), tenía un significado muy material, o sea, de riquezas, le aconsejé, que se casara, asegurándole que si no contraía matrimonio, jamás podría gozar de una situación económica tan desahogada.

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