Definiendo el Momento XII

La Magia de la Horaria (Lo Mágico de la Horaria - Ebook) Versión en Idioma español autorizada por Geoffrey Cornelius para la Escuela Internacional de Astrología... esté pendiente

Definiendo el Momento XII  by Kirk Little

Desde el estatus ontológico (estudio del ser) y epistemológico (estudio del conocimiento) la astrología está en juego tanto para los astrólogos como para los escépticos por igual, nos corresponde la dirección de algunas de estas cuestiones filosóficas duraderas, lo que hace la naturaleza de la astrología tan difícil de entender. En las secciones siguientes, tomo la situación problemática de la adivinación y examinaremos algunas de las cuestiones claves: la adivinación y la división sujeto / objeto, el símbolo y la actitud simbólica, la importancia de participación y el papel de la metáfora, que Cornelius planteó por primera vez en esta serie de artículos.

Debido a que su pensamiento seguía evolucionando entre el momento de su publicación y la primera publicación de su libro en 1994, examino varios otros supuestos adivinatorios, como los niveles de interpretación y el concepto de la mística de la participación, que no se articularon hasta más tarde. En conjunto, estos temas proporcionan un andamio a la filosofía que sostiene la reinterpretación de la astrología como un estudio de los signos en lugar de las causas.

La situación problemática de la Adivinación

A pesar de la prevalencia de la adivinación como un fenómeno humano, una actividad que parece que trasciende las épocas de la cultura humana e histórica, de acuerdo con Cornelius:

La adivinación no ha sido tomada en serio desde el punto de vista de la filosofía, y no puede ser "observada" por la ciencia. Como la adivinación ha sido un tema reprimido en el cristianismo, es algo que no es parte de la cultura oficial.

Al parecer, la situación actual es que la adivinación no refleja la sensibilidad moderna predominante, que prevalece con su actitud de hostilidad hacia las actividades que no sean de ningún tipo racionalista. Sin embargo, a menudo olvidamos que esta visión relativa del mundo es una reciente adquisición de la mentalidad occidental.

En la era pre moderna, es decir, antes de la revolución científica del siglo 17, las maravillas del mundo fueron interpretadas a menudo como prueba del amor de Dios, de la sabiduría o plenitud de la naturaleza. La obra de Thomas Keith demuestra claramente, que el reino de la magia popular mostró una gama de prácticas adivinatorias, la astrología, entre ellas, que fueron realizadas por astutos hombres y mujeres sabias por siglos.

A un nivel menos popular, Simon Schaffer y otros han indicado que esta visión del mundo no desapareció a finales del siglo 17, e incluso Newton retuvo algunos elementos del ímpetu religioso en su comprensión de los fenómenos celestiales.

En un comienzo este punto de vista no excluía la idea de que Dios y la naturaleza tenían otras formas de revelarse al hombre. Si bien es fácil descartar muchas de las prácticas adivinatorias de la superstición ciega, Jung nos recuerda en sus estudios de de la alquimia, que estas prácticas revelan algo que pasa más a menudo debajo de la superficie.

De hecho, podríamos entretener también la noción que predomina para la mentalidad moderna, que la práctica de la adivinación, revela la posibilidad de expresar la moral, e incluso verdades místicas; esto era considerada como un buen camino con verdades literales y sencillas. Lo Vamos a ver en breve, que en su intento de capturar la presa esquiva, Cornelius busca revivir la hermenéutica cristiana, que es el modelo de significado e interpretación, que encontró aceptación por última vez durante la época medieval. A través de esta hermenéutica medieval, es que la astrología reclama su importancia y estatus como uno de los caminos hacia la sabiduría.

Este camino nos lleva a través del proceso de interpretación astrológica: en el modelo adivinatorio, esto implica un desarrollo, o más bien la resurrección de las actitudes simbolistas / filosóficas.

De esto se desprende de acuerdo con Cornelius, que una vez que se hace el cambio de de una astrología de Causas a una astrología de los signos, se requiere un nuevo modelo de interpretación, o por lo menos una comprensión diferente de cómo llegar a nuestras interpretaciones astrológicas. En efecto, como lo ha sugerido Maggie Hyde, el acto de hacer una interpretación es el momento de la astrología, entonces debemos mirar el proceso más de cerca.

Como la interpretación se encuentra en el corazón de la empresa astrológica, es importante para el modelo adivinatorio distinguir mediante un esfuerzo,  la astrología de las causas según Ptolomeo, de la de los signos.

A diferencia de ese modelo, qué busca Leyes Generales del determinismo, la astrología adivinatoria de los signos se enfoca sobre los significados compartidos. Lo que sucede entre el astrólogo adivinatorio y su cliente es un proceso de entendimiento mutuo que supone que ellos están haciendo lo que de por sí es significativo Esta acentuación en la búsqueda de significado en el contexto de la experiencia única del individuo tiene raíces directas en la comprensión de Cornelius en la filosofía del I Ching y en su reconocimiento de los métodos fenomenológicos de Heidegger.

Filosóficamente, Cornelius invita al lector a suspender muchos hábitos mentales, que son el resultado del dominio del paradigma moderno materialista de la Ciencia. En cierto sentido, él nos pide que desarrollemos una sensibilidad animista más mágica, que requiere del desarrollo de una Actitud hacia el mundo simbólico, no sólo del horóscopo. Esto implica una cierta actitud hacia los símbolos y su papel en la astrología. Para los astrólogos occidentales, esta actitud requiere que suspendamos ciertos hábitos mentales que hemos adquirido por parte de nuestra herencia de Ptolomeo.

Ptolomeo y la división sujeto / objeto

El modelo de la astrología de Ptolomeo representa un profundo cambio, tanto filosófica como técnicamente, tanto que suplantó la práctica adivinatoria de Mesopotamia. En contraste con el Universo ordenado y finito de los griegos, los babilonios tenían una concepción de un universo más abierto, los presagios del cielo se consideraban "como signos o advertencias de lo que era posible".

Michael Baigent ha explicado, que tales presagios del cielo eran una indicación de que los dioses, determinaban un resultado debido a su control del destino. Esta predicción de un evento, sin embargo, podría evitarse a través del ritual mágico, pero nunca fue considerado inevitable. Fue esta concepción de los presagios celestes, la que se transformó y ha perdurado por milenios, debido al racionalismo griego que es inherente en la astrología Ptolomeo codificada en su Tetrabiblos.

Por otra parte, Ptolomeo la infundió el realismo filosófico de Aristóteles en su libro. En consecuencia, el Tetrabiblos, que era a la vez un resumen y un ejemplar de la astrología griega tiene su fortalezas y debilidades de este punto de vista filosófico. Más específicamente, Según Cornelius, es el realismo filosófico implícito del libro de Ptolomeo, el que ha desempeñado un papel para la definición de la tradición astrológica occidental.

Esto que era previsible trae abajo el realismodel lado objetivo de la división Ptolomeo del sujeto / objeto. Muchos ejemplos se podrían aducir, pero toma la discusión planetaria de Ptolomeo como algo de paradigma en su Libro II.

En este caso, se distingue entre "las dos grandes partes principales", es decir relaciona lo universal "para toda las razas, países y ciudades" y " la segunda parte más específica (en parte) ... que se refiere a los hombres individuales, que él llama genethliaca. El "tratado de Ptolomeo subdivide lo geneatlíaco en reinos objetivos y subjetivos. Lo que llama la atención al lector moderno son las diversas descripciones de los efectos de los planetas que proveen las descripciones físicas del individuo como objetivo. Cuando se examinan los elementos más "Subjetivos" en el libro III, se hace desde un punto de vista naturalista. Es decir, que describe la apariencia del comportamiento, en lugar de decirnos como experimenta una persona el mundo.

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