martes, 7 de junio de 2011

Definiendo el Momento XVI

Definiendo el Momento XVI by Kirk Little

Si seguimos el argumento de Cornelius, es el astrólogo, por supuesto, quien primero debe iniciar una nueva manera de ser, al menos en lo que respecta a su modelo de práctica. Sin embargo, escapar de la atracción gravitatoria de la Máquina de destino no es fácil, ya que el agarre del realismo conserva un sofoco que se agarra de la imaginación. Incluso los más sofisticados astrólogos adivinatorios siguen expresándose de una manera que sugiere que ellos se basan en la interpretación de las leyes causales.

Como resultado de esto, puede llegar a ser seducido por la "verdad" literal de las interpretaciones y atribuir su forma simbólica a un mecanismo causal. Vimos en el ejemplo de la primera horaria de Derek Appleby, cómo decir que un poco de simbolismo parecía ser literalmente verdad, cuando la mujer encontró su anillo en la cocina "escalas de Libra". En tales momentos, sin una guía espiritual, hay que esforzarse para mantener en cuenta el carácter metafórico de todo el simbolismo astrológico. Al igual que cualquier pieza de convencimiento de la interpretación astrológica, este ejemplo nos lleva a la cuestión, ¿se puede aprender acerca de la naturaleza metafórica del simbolismo astrológico, sin pasar previamente por una etapa de literalismo simbólico?

Una respuesta corta parece ser no. Es una experiencia común para las personas nuevas en el estudio de la astrología que ellas creen que el horóscopo refleja con precisión la realidad, de hecho, esta actitud puede ser incluso un factor necesario para que puedan progresar en sus estudios. Pero en la medida que progresa, el estudiante de la astrología, poco a poco llega a entender que no hay una clara correlación entre sus símbolos y las cosas de este mundo.

Para algunos, esto lleva a la desesperación y al abandono de la astrología. Sin embargo, otros poco a poco comienzan a comprender la naturaleza metafórica de los símbolos astrológicos y apreciarlas en su calidad. Con el tiempo, la trayectoria de la interpretación de muchos practicantes ilustra la ruptura lenta de la astrología como un reflejo de la realidad externa y su sustitución por una comprensión más sutil de la naturaleza del simbolismo. Este movimiento  de lo literal a lo alegórico y de ahí a las categorías más místicas de  interpretación revela a la astrología como un camino de la sabiduría mediante el trazado de un arco de fuego, lo cual aclara los reinos oscuros de la adivinación.

Por incorpora tanto el problema de los niveles y la cuestión de la división sujeto / objeto en cuatro pliegues de la interpretación de la astrología, Cornelius ofrece nada menos que un mapa de este terreno difícil. Es a este modelo hermenéutico al que nosotros debemos volver.

La interpretación de cuatro pliegues de la Astrología
1. Simbolismo pagano y cristiano

Puede parecer extraño en un primer momento pensar en usar una hermenéutica cristiana para comprender la lógica no lineal de la adivinación. Después de todo, la astrología ha tenido una relación difícil con el cristianismo, que también se ha distanciado de su propia tradición oracular.

Además, el desarrollo de la astrología horoscópica ciertamente es anterior a la revelación cristiana y a la formulación de Ptolomeo, lo que podría hacer que uno se pregunte por qué Cornelius nos iluminó sobre este particular con la hermenéutica, más que algunas estrategias de interpretación pre cristianas o paganas.

William Lilly se esforzó para conectar al cristianismo con la astrología lo que puede proporcionar una respuesta parcial. Cornelius nos informa que "Lilly grabó en su libro el nombre de Astrología cristiana lo que genera una interpretación sin ambigüedades de la relación profética de la astrología al cristianismo." Por otra parte, es consciente de que Lilly escribió durante la última fase histórica en Occidente, donde el cristianismo cómodamente se convivió con una visión mágica del mundo. Como hemos señalado, Cornelius se refiere a la brecha entre la astrología y la imaginación mágico-religiosa y su renacimiento de esta hermenéutica cristiana medieval, como un intento explícito de volver a conectarlos.

Mediante la explotación de la conexión histórica de la astrología para la magia y religión, Cornelius nos permite reconocer con claridad el empobrecimiento del pensamiento simbólico provocado por la revolución científica y su funesta influencia en posteriores prácticas astrológicas.

La reactivación de una hermenéutica cristiana por Cornelius es un intento de volver a conectar a los profesionales contemporáneos con una mayor y matizada comprensión del simbolismo. Si bien es consciente de las actuales prácticas hermenéuticas, la falta de una genuina metafísica aterrizada parece que lo dejara frío. Sin embargo, en la resurrección de este modelo de interpretación de la edad cristiana, también revive algunas de los persistentes tensiones que existe entre ese punto de vista religioso y lo pagano, sensibilidad abrazada por muchos astrólogos en su visión del mundo. Por tratar de unir estos dos puntos de vista, Cornelius utiliza medios esencialmente paganos para alcanzar los fines cristianos. En otras palabras, en su modelo adivinatorio de interpretación, la contemplación de los horóscopos se convierte en una carretera que conduce a una comprensión espiritual más grande, tanto para el cliente como para el astrólogo. A diferencia de la mayoría de los lectores postmodernos de "textos".

Sin embargo, Cornelius parece estar más interesado en una hermenéutica del alma y por lo tanto las palabras y las imágenes del cristianismo juegan un papel importante en los dos capítulos dedicados a los Cuatro pliegues de la hermenéutica. El título de su capítulo lo hace claro, Cornelius desea establecer un vínculo entre nuestra astrología moderna secular y la transubstanciación del cristianismo. Si bien ambos capítulos que tratan de este tema se titula "El cuarto símbolo", el primero es subtitulado "La adivinación y la Alegoría", mientras que el segundo se subtitula "El agua en vino". Al igual que con la revelación cristiana, tiene la intención de demostrar que la astrología también, va desde la literalidad a la alegoría, y que sus expresiones requieren una mayor sintonía con mensajes más sutiles. De una manera análoga a la de Dante, cuya Divina Comedia fue inspirada en la hermenéutica cristiana, Cornelius tiene igualmente la intención de demostrar que, como la poesía de Dante, la astrología también, tiene una capacidad de profecía y adivinación.

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