¿A QUÉ TEMPERAMENTO PERTENECE SU HIJO?
AL TEMPERAMENTO SENSORIAL
Lo contrario del elemento fuego es el elemento tierra que en la psicología Junguiana corresponde al temperamento sensorial. Para estos niños la inercia, el materialismo, la contracción, la condensación, los límites, la forma, la disciplina, la fijación, la resistencia, la inercia, la inmovilidad, la determinación, la fosilización, la cristalización, el dogmatismo, el conservadurismo, la rigidez, el pragmatismo, la acumulación, el método, y organización son palabras, conceptos y términos que tendrán mucha relevancia e importancia.. Responden a todo lo que exige esfuerzo, paciencia y rutina.
Este temperamento los hace ser sensuales, realistas, muy organizados y aficionados al dinero, la seguridad, las comodidades y experiencias sensoriales. Se sienten cómodos con las cosas, son responsables y manejan el mundo con dinero. Tienen capacidades de organizar un plan y concretarlo con resultados asombrosos.
Como el temperamento sensorial tiene la intuición como función inferior, estos niños tienden a ser desconfiados, no tendrán fe en el mañana ( a menos que usted intervenga y les de confianza y seguridad) les aterra la incertidumbre (Ya incertidumbre es sabia y es tener fe), se esfuerzan, ahorran, calculan, diseñan, y se defienden contra las posibles eventualidades de la vida; es decir, reprimen totalmente la función intuitiva y viven en un mundo de obligaciones, responsabilidades y rutinas; es una vida que puede llegar a ser hueca, dedicada a acumular y acumular objetos pero con un tremendo vacío espiritual y de significado por la vida.
Estos niños se adherirán con fanatismo al lema clásico del materialismo: sólo creo en lo que los sentidos me reportan. Su principal falla cuando estén adultos si no se corrige a tiempo es su falta de visión y su insistencia en lo práctico, quieren olvidar que el futuro contiene una gama de infinitas posibilidades que siempre está a favor del hombre.
El temperamento sensorial tiende a confiar más en sus sentidos y en su razón práctica que en sus inspiraciones, consideraciones teóricas o intuiciones. Están armonizados con el mundo de las formas de tal manera que los sentidos y la mente práctica las consideran como reales; su comprensión innata de cómo funcionan el mundo material le da más paciencia, autodisciplina y orden.
Conclusión:
Este temperamento los hace ser sensuales, realistas, muy organizados y aficionados al dinero, la seguridad, las comodidades y experiencias sensoriales. Se sienten cómodos con las cosas, son responsables y manejan el mundo con dinero. Tienen capacidades de organizar un plan y concretarlo con resultados asombrosos.
Como el temperamento sensorial tiene la intuición como función inferior, estos niños tienden a ser desconfiados, no tendrán fe en el mañana ( a menos que usted intervenga y les de confianza y seguridad) les aterra la incertidumbre (Ya incertidumbre es sabia y es tener fe), se esfuerzan, ahorran, calculan, diseñan, y se defienden contra las posibles eventualidades de la vida; es decir, reprimen totalmente la función intuitiva y viven en un mundo de obligaciones, responsabilidades y rutinas; es una vida que puede llegar a ser hueca, dedicada a acumular y acumular objetos pero con un tremendo vacío espiritual y de significado por la vida.
Estos niños se adherirán con fanatismo al lema clásico del materialismo: sólo creo en lo que los sentidos me reportan. Su principal falla cuando estén adultos si no se corrige a tiempo es su falta de visión y su insistencia en lo práctico, quieren olvidar que el futuro contiene una gama de infinitas posibilidades que siempre está a favor del hombre.
El temperamento sensorial tiende a confiar más en sus sentidos y en su razón práctica que en sus inspiraciones, consideraciones teóricas o intuiciones. Están armonizados con el mundo de las formas de tal manera que los sentidos y la mente práctica las consideran como reales; su comprensión innata de cómo funcionan el mundo material le da más paciencia, autodisciplina y orden.
Conclusión:
El desequilibrio del elemento tierra se manifiesta como una falta de energía o tendencia a no confiar de la vida. La alegría de vivir está ausente lo que da falta de fe y optimismo. Los desafíos asustan, cualquier problema grave los lleva durante largo tiempo para que lo venzan. La tendencia es la de confiar en demasía como las cosas parecen ser, dando por resultado una visión estrecha, interés obsesivo por lo material.
En la vida lo importante para ellos es que aprendan que mañana será un día tan válido como el de hoy, de saber que no puede ocurrirles nada grave. Buscarán la seguridad en todas las cosas y naturalmente también la seguridad de la cuestión económica. Es por ello que otras personas posiblemente los vayan a ver como personas materialista, que únicamente piensan en el dinero, las comodidades y las posesiones. Enséñelos a que no teman por el futuro.
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