LOS ESTUDIOS DE JUNG EN ASTROLOGÍA LXVI

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4 CONVOCACIÓN DEL DAIMON

Jung creía que el ego necesita poseer tanto voluntad como capacidad para soportar una confrontación con los niveles más profundos del inconsciente. Al igual que los EPITEDEIOTES  ('aptitud' o 'receptividad' de JÁMBLICO, esto implica tanto aptitud como receptividad. Si la conciencia es demasiado frágil, la psicosis puede sobrevenir a través de la abrumadora presión del ego por parte de los dominantes arquetípicos del inconsciente colectivo. Pero si la conciencia se defiende con demasiada rigidez, el inconsciente puede somatizar sus irrupciones o expresarse a través de compulsiones experimentadas como "destino".

Del mismo modo, el individuo no puede simplemente convocar a los arquetípicos dominantes mediante un acto de voluntad, sino que debe esperar el síntoma significativo, el sueño, la visión o la crisis vital, expresada como KAIROS, el "MOMENTO ADECUADO". La capacidad de discernir este "momento adecuado" parecería depender en parte de las cualidades apropiadas del tiempo (en otras palabras, la  configuración astrológica correcta), y en parte de EPITEDEIOTES. Tanto JÁMBLICO como Jung enfatizaron una relación dinámica entre lo individual y lo universal. En esta relación, la conciencia humana es un receptor activo, no una víctima pasiva y renuente. Las imágenes de los dioses, según JÁMBLICO, toman entonces posesión de la fantasía, permitiendo una experiencia de verdadera revelación. Las implicaciones psicológicas y filosóficas de la idea de EPITEDEIOTES son profundas. El ser humano, debidamente preparado y protegido por el SUMBOLA apropiado, es capaz de afrontar el reino arquetípico, no como el sujeto impotente del destino astral o psíquico, sino como un co-creador respetuoso.

EL "AMO DE LA CASA"

 La TEURGIA, en opinión de JÁMBLICO, va de la mano de la astrología, aunque no es la astrología de la predicción HOROSCÓPICA. Siguiendo una tradición que se originó en Platón y retomó PLOTINO y Porfirio, JÁMBLICO habló de un "DAIMON personal" (οικειος δαιμων o ιδιος δαιμων), el "supervisor y líder de nuestra alma", que dirige la vida del individuo y actúa como " el cumplidor de los diversos niveles de vida del alma'. El DAIMON no guía sólo una u otra parte de nuestro ser, sino todas a la vez, y nos extiende toda la administración de nosotros, tal como lo ha hecho. nos han sido asignados de todas las regiones del universo.

PLOTINO había descrito anteriormente el DAIMON personal como "el poder que consuma la vida elegida", insistiendo en que "no está enteramente fuera de nosotros". . . nos pertenece como perteneciente a nuestra Alma'. Siguiendo esta idea del DAIMON como una potencia interior intensamente individual, JÁMBLICO, en una carta a un destinatario desconocido, se refirió a este ser divino como 'el DAIMON asignado a cada uno en la vida'.

EN DE MYSTERIIS FUE MÁS ESPECÍFICO. EL ALMA TIENE SÓLO UN DAIMON GOBERNANTE EN UNA VIDA PARTICULAR; PARA CUMPLIR CON SUS REQUISITOS, UNO DEBE PRIMERO RECONOCERLO Y DESARROLLAR UNA RELACIÓN CON ÉL. ESTO PUEDE LOGRARSE PLENAMENTE SÓLO A TRAVÉS DE LA TEURGIA (Especie de magia de los antiguos gentiles, mediante la cual pretendían tener comunicación con sus divinidades y operar prodigios), DURANTE LA CUAL EL DAIMON 'REVELA SU MODO PARTICULAR DE ADORACIÓN ASÍ COMO SU NOMBRE', Y 'ENSEÑA LA MANERA PARTICULAR DE INVOCARLO". EL DAIMON PERSONAL O GUARDIÁN ES SINÓNIMO DEL DESTINO DEL INDIVIDUO, LA "PERSONALIDAD SUPRA-RACIONAL QUE CONTROLA LA TOTALIDAD DE NUESTRAS VIDAS".

 La relación con el "DAIMON personal" parece ser precisamente lo que Jung pretendía en su invocación de Filemón.