miércoles, 13 de marzo de 2024

LOS ESTUDIOS DE JUNG EN ASTROLOGÍA - CXIII

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CONCLUSION:

EL PROPÓSITO DE TAL TRABAJO INTERNO, PARA JUNG COMO PARA SUS PREDECESORES DE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA, ERA UNA TRANSFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD A TRAVÉS DE LA INTEGRACIÓN DE LA CONCIENCIA CON EL CENTRO PSÍQUICO MÁS AMPLIO QUE JUNG ENTENDÍA COMO EL YO.

Aunque JÁMBLICO y sus compañeros teúrgos interpretaron de diversas maneras ese centro como un dios o DAIMON, o como el Platónico del que emana todo lo demás, su búsqueda de este proceso de integración mediante el uso de símbolos e imágenes, firmemente basado en el fundamento de la idea de SUMPATHEIA, reaparece en el concepto de individuación de Jung y el trabajo que sugirió que podría realizar el individuo para facilitar un viaje que de otro modo sería natural pero inconsciente, a veces innecesariamente doloroso e incluso infructuoso. A Jung le gustaba citar el axioma alquímico:

"LO QUE LA NATURALEZA DEJA IMPERFECTO, EL ARTE LO PERFECCIONA" y, teniendo en cuenta su preferencia por la idea de totalidad en lugar de la idea de perfección, este es el objetivo de la psicoterapia que desarrolló y practicó.

Jung entendió el destino en general, y el destino astral en particular, como una paradoja. Desde la perspectiva del astrólogo, uno no puede devolver su horóscopo y pedir uno nuevo, a menos que adopte una convicción religiosa que prometa un nuevo horóscopo coincidente con un nuevo "renacimiento" espiritual, como lo hizo el teólogo cristiano TACIANO en el siglo II d.C. Aunque algunos astrólogos aceptan la idea de que el destino es concreto y fijo, los astrólogos más inclinados a la psicología entienden el destino como algo negociable y de múltiples niveles. EN OPINIÓN DE JUNG, EL DESTINO HOROSCÓPICO PRESENTA UN PROFUNDO ENIGMA. EN ÚLTIMA INSTANCIA, UNO DEBE "HACER CON GUSTO Y LIBERTAD LO QUE DEBE HACER"; pero esos adverbios operativos, 'con gusto' y 'libremente', implican una cooperación consciente y voluntaria con los 'hechos eternos' –los arquetipos mismos– que no pueden ser coaccionados ni erradicados mediante ningún esfuerzo humano.

EL LIBRE ALBEDRÍO, PARA JUNG, IMPLICABA RESPETO Y ACEPTACIÓN DE LA VOLUNTAD DEL DAIMON, AL MISMO TIEMPO QUE ABARCABA UN DIÁLOGO Y UNA TRANSFORMACIÓN POTENCIAL QUE PODRÍA PERMITIR QUE TANTO LA PERSONALIDAD COMO EL DAIMON FLORECIERAN DE LA MANERA MÁS CREATIVA POSIBLE.

EN EL CONTEXTO DE JUNG, ESTE MATRIMONIO DE LA PERSONALIDAD CON EL YO NO DEPENDE DE LA PERFECCIÓN NI RESULTA EN ELLA, Y LA SUGERENCIA DE QUE UNO PUEDE "TRASCENDER", "SUPERAR" O "CURAR" LAS DIFÍCILES DIMENSIONES DE UN HORÓSCOPO NATAL LE HABRÍA PARECIDO IGUALMENTE ABSURDA COMO INCLINAR LA CABEZA Y ACEPTAR UN SUFRIMIENTO IMPUESTO POR EL DESTINO SIN INTENTAR COMPRENDER POR QUÉ. La plenitud era el ideal al que aspiraba Jung, y requiere vivir con los conflictos simbolizados por el horóscopo de maneras que a veces pueden implicar lucha y fracaso, pero que en última instancia reconocen el significado y la teleología de esos conflictos, junto con la lealtad a la verdad de uno mismo. El I Ching, que Jung consideraba el equivalente oriental de la astrología occidental, ofrece una percepción paradójica similar:

Ellos [los santos sabios] se ponen de acuerdo con el tao y su poder, y de conformidad con éste establecen el orden de lo que es bien. Al pensar en el orden del mundo exterior hasta el final y al explorar la ley de su naturaleza hasta lo más profundo, llegaron a comprender el destino.

Tanto en el ámbito psicológico como en el astrológico, la experiencia, para Jung, en última instancia llevaba consigo mayor peso que la especulación intelectual y las metodologías científicas, incluso frente al argumento racional más persuasivo, e incluso cuando ese argumento fue presentado por su propio intelecto científicamente entrenado. En octubre de 1959, hacia el final de su vida, Jung fue entrevistado por el presentador de televisión JOHN FREEMAN PARA un programa de la BBC titulado FACE TO FACE (Cara a Cara). FREEMAN preguntó a Jung si todavía creía en Dios, y Jung respondió:

¿Ahora? Difícil de responder. Lo sé. No necesito, no necesito creer. Lo sé. FREEMAN no preguntó a Jung si "creía" en la astrología. Pero es probable que la respuesta hubiera sido la misma.

 

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