LA LUNA DE HADES IV

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 CAPÍTULO 1 - A LA LUZ DE LA LUNA LIGERAMENTE DESVANECIDA - JUDY HALL

Trasladarme a un hospital privado fue como entrar en los Campos Elíseos, pero un miedo enorme afloró en mi cuerpo. No era miedo a la muerte (eso habría sido un alivio bienvenido). Era mucho más antiguo y atávico que eso. La experiencia había activado problemas de mi infancia y vidas pasadas. Oleada tras oleada de emociones abrumadoras y pánico físico me invadieron. A nivel celular, sentí como si estuviera liberando el terror de siglos. Mi mente racional se apagó. Todo lo que pude hacer fue dejarme llevar por esos sentimientos al centro de mi ser, llegando finalmente a la orilla de la aceptación. Estaba, de hecho, en el reino de Plutón, exactamente donde se suponía que debía estar. Con la puntualidad habitual, había encontrado un editor y me comprometí a entregar un manuscrito. Así que mi forma de sanar fue terminar de escribir este libro. Inevitablemente, supongo, al tratarse de Plutón, llegué a un punto en que el libro se hacía cada vez más profundo, más y más largo. Aún no había tocado la mitad de los temas que había planeado. El parto se retrasó. El nacimiento se detuvo. Estaba compulsivamente atrincherada en el Inframundo. Finalmente, un amigo astrólogo me dijo:

"ACÉPTALO, JUDY, con tu carta astral te estás pasando la vida explorando cuestiones plutónicas. No es posible abarcarlas todas en un solo libro. Es hora de parar y soltar. Que lo que has dicho sea suficiente".

ME DETUVE. ESTE LIBRO ES EL RESULTADO.

No quiero que sea un libro teórico, así que la historia de la Luna de Hades se cuenta a través de las experiencias de las personas. Estas experiencias son omnipresentes y universales, y participan todos aquellos que tienen un conocimiento íntimo de Hades. Para aprovechar al máximo el libro, necesita leer con apertura y empatía, dejando de lado su mente racional. Este no es un tema para "darle sentido" desde una perspectiva intelectual. Sumérjase, únase a mí, a mis amigos y clientes, en un viaje al Inframundo. Comparta esta exploración del mito y el espacio interior, ya que puede llevarlo a un conocimiento intuitivo de lo que es tener una Luna en el Hades.

CAPÍTULO 1

A LA LUZ DE LA LUNA LIGERAMENTE DESVANECIDA

Plutón en cualquier aspecto con un planeta personal significa que hay un aumento de consciencia, una especie de renacimiento, con respecto a la parte de uno mismo simbolizada por el otro planeta.

— Stephen Arroyo1

Una CARTA ASTROLÓGICA es un mapa del sistema solar visto desde la perspectiva de la Tierra. Las luminarias parecen girar alrededor del centro de la carta: la Tierra sin nombre ni marca, y su Inframundo; con el enigmático Plutón acechando en las profundidades del espacio, interior y exterior. El macrocosmos se ve a través de una lente finamente enfocada: el microcosmos del individuo cuya carta se está considerando. Por lo tanto, la carta natal es un mapa de la consciencia individual que se manifiesta desde el mar del inconsciente colectivo que la rodea, una consciencia coloreada y moldeada por la relación de sus distintas partes. TRES LUMINARIAS Y LA TIERRA

Desde la Tierra, el Sol y la Luna parecen tener el mismo tamaño. Ambos eran fuente de admiración y poder NUMINOSO para nuestros antepasados, PERO LA LUNA FUE VENERADA MUCHO ANTES QUE EL SOL. VINCULADA A LA FERTILIDAD Y LA MUERTE, LA LUNA ERA CONSIDERADA PRINCIPALMENTE "FEMENINA" Y LA MAYORÍA DE LAS DEIDADES ASOCIADAS CON ELLA SON FEMENINAS, AUNQUE EL ANTIGUO EGIPTO CONTABA CON UNA AMPLIA GAMA DE DIOSES LUNARES Y DIOSAS SOLARES. LA LUNA ES UNA DEIDAD CÍCLICA. AL IGUAL QUE LAS MAREAS, FLUYE Y REFLUYE. TIENE SU ROSTRO NUEVO Y JOVEN Y SU FORMA ANTIGUA Y ATEMPORAL.

El tiempo es diferente en la Luna. Allí, el brillo del "día" y la oscuridad de la "noche" duran catorce días cada uno: la mitad de un ciclo lunar. El Sol presenta una cara omnipresentemente brillante a la Tierra, pero la rítmica Luna muestra una cara que aparentemente cambia, creciendo y menguando misteriosamente, de oscura a creciente a llena, y luego regresa a la oscuridad. Esto se debe a que la Luna presenta la misma cara a la Tierra todo el tiempo y su luz se refleja en el Sol. A medida que la Tierra se interpone de vez en cuando entre la Luna y el Sol, vemos una cara cambiante. Estas dos luminarias y la Tierra tienen una relación especial entre sí. AUNQUE LA LUNA GIRA ALREDEDOR DE LA TIERRA, SU CENTRO GRAVITACIONAL ES EL SOL; POR LO TANTO, LA TIERRA Y LA LUNA SON "ALMAS GEMELAS" QUE ORBITAN ALREDEDOR DE UNA ATRACCIÓN MUTUA: EL SOL. De manera similar, el planeta Plutón y su Luna, Caronte, son cuerpos gemelos que orbitan alrededor del Sol. Caronte, al igual que la Luna de la Tierra, no orbita directamente el centro gravitacional de Plutón. Ambos danzan en una compleja relación alrededor de un punto de gravedad mutuo, muy alejados del Sol, consciente de sí mismo. SIMBÓLICAMENTE, LA TIERRA PUEDE CONSIDERARSE COMO LA REPRESENTACIÓN DE LA ENCARNACIÓN FÍSICA Y LA VIDA MATERIAL. SUS ENERGÍAS MÁS PROFUNDAS E INSTINTIVAS CONSTITUYEN UN NIVEL COLECTIVO, ARCAICO E INTRÍNSECO DE LA CONCIENCIA TERRENAL (EL INFRAMUNDO PLUTONIANO); MIENTRAS QUE EL SOL ES LA ATRACCIÓN HACIA EL ESPÍRITU Y EL SER, UNA DIFERENCIACIÓN EN INDIVIDUALIDAD Y CONCIENCIA SEPARADA. Es el dador de vida, una fuente de poder e indicador del destino. La receptiva Luna actúa como puente y mediadora entre ambos. Nadie puede mirar al Sol directamente sin quedar cegado. Así, la reflexiva Luna vitaliza y fertiliza la Tierra al atenuar la luz solar. Luego destruye y aniquila la consciencia apagando esa luz brillante para que las fuerzas del inframundo instintivo puedan surgir por un tiempo y sumergir la Tierra. Este ciclo rítmico mantiene el equilibrio de las polaridades encarnadas en la aparente dualidad de la existencia terrenal: sexo y género; luz y oscuridad, día y noche; dios y diosa; vida y muerte, funciones cerebrales izquierda y derecha, etc.