LA LUNA DE HADES LXVII

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CAPÍTULO 3

LA LUNA DEVORADORA por Judy Hall

La ambivalencia y la dependencia de John finalmente se proyectaron en YOKO ONO, a quien siempre llamó "Madre". Esto representaba un punto de apoyo perfecto para todas sus proyecciones. Ambos creían haber estado juntos en vidas anteriores. En la carta astral de su relación (basada en un punto medio en el tiempo), que describe cómo funcionará la relación, la Luna en el último grado de Sagitario forma un QUINCUNCIO casi exacto con Plutón en Cáncer en la casa 12. La maternidad es a la vez inevitable y fuente de un inmenso conflicto. LOS PODEROSOS ASPECTOS INTERRELACIONADOS SOL-URANO, EN AMBOS SENTIDOS, INDICAN UN ANTIGUO DILEMA ENTRE LIBERTAD Y COMPROMISO, Y LOS ASPECTOS REPETIDOS SOL-PLUTÓN DESCRIBEN UNA ANTIGUA LUCHA POR LIBERARSE DE LA DEPENDENCIA SIMBIÓTICA. Sin embargo, con los contactos Saturno-Venus en ambos sentidos, su encuentro debió sentirse como una señal del destino. La Venus de John estaba en conjunción con el Nodo Sur de YOKO, y el Venus de ella formaba un trígono con el Nodo Norte de él. Con esto, y tantos aspectos inter - aspectivos entre Neptuno y su planeta personal, no es de extrañar que se sintieran almas gemelas. Con su Plutón en la casa 10 cayendo sobre la casa 4 de John, y la Luna de John en la casa 4 de ella, cerca de su Saturno, YOKO era la figura materna poderosa y controladora que él anhelaba y, a la vez, temía. Sus Lunas forman un aspecto SEPTIL (52°), uno de los aspectos que indican intención KÁRMICA. La Luna de YOKO forma un trígono con el Plutón de John, describiendo claramente su papel como el "poder en la sombra", además de madre sustituta.

 

Ambos tenían una relación simbiótica y profundamente KÁRMICA. John, al más puro estilo Libra, creía que YOKO era, literalmente, su otra mitad: la parte de su alma que Platón describe como separada a la fuerza por los dioses. Algunos biógrafos han sugerido que YOKO fomentó en su marido una dependencia infantil, incluso fetal, una opinión respaldada por amigos personales. En cierto momento, ambos acudieron juntos a terapia primal para liberar la angustia emocional de John. EL GRITO PRIMAL, UNA TERAPIA CATÁRTICA DE INSPIRACIÓN PLUTÓNICA, SE BASABA EN LA IDEA DE QUE SI ALGUIEN PUDIERA REGRESAR A LA INFANCIA Y AULLAR EL DOLOR DE LAS NECESIDADES INSATISFECHAS, PODRÍA RENACER. Aunque la terapia duró relativamente poco, Lennon canalizó las percepciones que obtuvo en canciones que expresaban su dolor. Como dice Albert Goldman: «LA MUSA DE LENNON SIEMPRE HABÍA SIDO UNA MUSA DE FUEGO, UN DEMONIO AULLADOR QUE HABITABA EN UN POZO DE LAVA FUNDIDA EN LO MÁS PROFUNDO DE SU ALMA».²

 Pero, aparentemente por instigación de YOKO, la terapia se interrumpió y Lennon tuvo que lidiar con los demonios que se habían desatado. Inmediatamente después, John, en su trigésimo cumpleaños, tuvo su primer encuentro cara a cara como adulto con su padre biológico, quien lo había estado apoyando económicamente durante algún tiempo. La Luna en tránsito estaba en conjunción con la Luna natal, activando la oposición Luna-Plutón-Quirón. Urano en tránsito estaba en conjunción con su Nodo Norte natal. El encuentro no fue un éxito. Toda la rabia primigenia de Lennon hacia su padre se desató. No volvió a hablarle hasta que su padre estuvo en su lecho de muerte. Pero, como dice Goldman, liberado su espíritu demoníaco, surgió la voz de la inspiración. El resultado fue el álbum «PRIMAL SCREAM» («Grito primigenio».). Un álbum de miedo y rabia: emociones lunares básicas, propias del Hades. La primera canción recreaba el abandono de su madre; la última, finalmente, reconocía su muerte. Los Lennon se mudaron a Nueva York y Lennon se fue desintegrando lentamente. Estaba en el abismo de Plutón. Con Plutón en conjunción con Neptuno natal, su renacimiento quedó en suspenso. Finalmente, incluso YOKO lo rechazó. La pareja se separó durante dieciocho meses por instigación de ella, supuestamente para que él pudiera “aprender lo que tenía que aprender”.

 Cuando se reconciliaron, John le dijo a MAY PANG, con quien vivía: “Mamá me ha permitido volver a casa”. Poco después, YOKO quedó embarazada. Ya había sufrido varios abortos espontáneos, pero amenazó con abortar. Lennon no quería eso, así que ella le dijo que el bebé sería su responsabilidad. El bebé nació por cesárea el día del cumpleaños de John, un mes antes de tiempo, para cumplir con la creencia de YOKO de que el niño heredaría el alma de su padre al morir si compartían cumpleaños. Albert Goldman afirma que YOKO sufría síndrome de abstinencia de heroína en ese momento. Ella vio el nacimiento como su “encuentro cercano con la muerte”. No es de extrañar que, cuando nació Sean Lennon, Plutón en Libra formara un sextil con la Luna en conjunción con Neptuno en Sagitario. El tránsito de la Luna y Neptuno se unió a la Luna natal de YOKO. El tránsito de Plutón en conjunción con el Nodo Norte de John Lennon. Había algo profundamente KÁRMICO en la relación de este niño con sus padres. El nacimiento de Sean marcó el inicio de la etapa de Lennon como un solitario «amo de casa», durante la cual no compuso ni grabó ninguna canción. Se volvió cada vez más dependiente de YOKO, quien administraba sus asuntos comerciales. Su vida estaba literalmente en manos de su madre. Durante cinco años sufrió un bloqueo creativo insuperable. Este finalmente se superó cuando YOKO lo envió a Bermudas durante seis meses. Lennon entró en un frenesí creativo y regresó con las canciones que conformarían su último álbum.