LA BÚSQUEDA DEL CORAZÓN LV

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LA BÚSQUEDA DEL CORAZÓN
TRADUCIDO Y EDITADO POR BENJAMIN N. DYKES, PHD

CAPÍTULO 11.4: CONFIGURACIONES PLANETARIAS Y RESPUESTA A PREGUNTAS

Capítulo 11.4. 1: Introducción y vista previa  

Pero toda cuestión de astronomía se divide generalmente en dos: ya que está en el pensamiento o en el habla. Pero aparte del contexto de prácticamente todo tipo de preguntas, lo que se demanda en [cada] circunstancia es el dónde y el qué de lo oculto. Pero [dadas estas] dos formas, [si] se expresa en el habla, la segunda (materia) rara vez es necesaria [declarar] . Por lo tanto, aparte de lo mucho que hemos descrito [sobre esto] en su propio lugar, [estamos] proporcionando el siguiente tratamiento de lo que se tiene en común [entre los dos tipos de preguntas]. Las cosas comunes [tanto a los pensamientos como a las preguntas por voz] son siete en total, de las cuales:

[1] Como la naturaleza de todo es, la primera trata de si llegará a ser.

[2] La segunda, ya sea en su totalidad o en parte.

[3] En tercer lugar, si es en parte, qué parte.

[4] Cuarta, cómo llegará estar, en qué lugar.

[5]Quinta, dónde.

[6] Sexta, de dónde.

[7] Y luego séptimo, el final del asunto. Lo cual si se niega [el asunto], sea lo que sea de la otra parte que se lo impida.

Por lo tanto, Umar al-Tabari sigue este orden, después de Hermes, Doroteo, Ptolomeo y Masha´allah, a cuyo trabajo no agregamos nada necesario de los demás)

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EL ASTROLOGO ZAPATERO  III

Dio la casualidad de que pasaba el joyero del rey. Estaba muy angustiado, habiendo perdido el rubí más rico perteneciente a la corona. Se habían hecho todas las búsquedas para recuperar esta joya inestimable, pero sin ningún resultado y como el joyero sabía que ya no podía ocultarle al rey su pérdida, esperaba la muerte como algo inevitable. En este estado desesperado, mientras deambulaba por la ciudad, se acercó a la multitud que rodeaba a Ahmed y preguntó qué le pasaba. "¿No conoces a Ahmed el zapatero?" dijo uno de los transeúntes, riendo; "Se ha inspirado y se ha convertido en astrólogo".

Un hombre que se está ahogando agarrará una caña rota: el joyero apenas escuchó el sonido de la palabra astrólogo, se acercó a Ahmed, le contó lo que había sucedido y le dijo: “Si entiendes tu arte, debes ser capaz de descubre el rubí del rey. Hazlo y te daré doscientas piezas de oro. Pero si no lo logras en seis horas, usaré toda mi influencia en la corte para que te maten por impostor".

El pobre Ahmed estaba atónito. Estuvo largo rato sin poder moverse ni hablar, reflexionando sobre sus desgracias y lamentando, sobre todo, que su esposa, a la que tanto amaba, le hubiera llevado, por su envidia y egoísmo, a una alternativa tan terrible. Lleno de estos tristes pensamientos, exclamó en voz alta:

“¡OH MUJER, MUJER! ¡ERES MÁS FUNESTA PARA LA FELICIDAD DEL HOMBE QUE EL DRAGÓN VENENOSO DEL DESIERTO! "