CORAZON VALIENTE
Les quiero participar de la siguiente historia, triste e injustificable: a un niño de sólo dos años de edad, le diagnosticaron un soplo en su corazón. Nació con una deficiencia cardiaca que le obstruye sus arterias. En la mañana del cinco de abril de 2010 fue operado (a corazón abierto), y cuando todo parecía ir bien, horas después de la operación, empezó a sangrar copiosamente, lo que hizo que temieran por su vida. Se insinúo una segunda operación. Los especialistas advertían que era necesario esperar las siguientes setenta y dos horas para evaluar los resultados; que cualquier cosa podía suceder, y nada se garantizaba ni aseguraba.
- Tema: Problemas del Corazón
- Fecha: Abril 05 de 2010
- Hora: 01:55 p.m.
- Lugar: Cali – Colombia
- Longitud: 76ºW32’
- Latitud: 03ºN27’
- Diferencia con GMT: + 5 horas
- Sistema de Casas: Placidus
- Ascendente: 09º51’ de Leo
La hora de la 01:55 p.m., es cuando me entero de la problemática en su totalidad. Sin duda, un mejor Ascendente no podría esperar encontrar, pues es el signo que regenta el corazón. La Carta entonces es correcta en su comienzo, apta para ser juzgada. El Sol asume la regencia del niño, lo que nos llena de confianza al saberlo ubicado en Aries, su signo de exaltación. Con la seguridad de que si las cosas se llegaran a complicar mucho más puede recepcionar mutuamente con Marte, su carta de salvación. Tras el cambio de signos, el Sol no sólo se haría muy fuerte en Leo, su regencia, sino al ubicarse dentro de la casa uno, que le concede la fuerza de la angularidad. En la novena el Sol está en su casa de gozo, lo que le ayuda y fortalece mucho más. Es claro, al menos para mi, que el niño goza de la fuerza y vitalidad suficientes para enfrentar lo que sea que fuera menester. No pasemos nunca por alto que la novena es la casa de la protección divina, simplemente, es la casa de Dios.
En estos casos tan urgentes y dramáticos se hace necesario observar al regente de la casa ocho, la de la muerte, pues esa posibilidad hay que tenerla en cuenta. Júpiter la regenta. Por suerte, para el niño, Júpiter no sólo es la gran fortuna, sino que además se ubica en uno de sus signos de regencia, luego lo observamos y leemos en positivo. Lo positivo ayuda, mientras que lo negativo nos perjudica. Mejor aún, Júpiter no contacta ni al Sol ni al Ascendente, luego la muerte, como una opción importante, empieza a ser descartada.
La lectura de los problemas médicos del niño se entienden al revisar la Luna, pues sería como ilógico que tratándose de algo tan delicado la Carta no lo mostrara de manera contundente. La Luna está en su signo de exilio, debilitada entonces. La vemos en conjunción cercana con la cúspide de la casa sexta, la asignada para las enfermedades y dolencias. Tan solo en las horas de la noche es que la Luna puede arreglar, y tan solo un poco, su malograda posición; pues de día es contraria a la salud del niño, no tiene forma alguna de ayudarlo a superar su momento.
Es una bendición que el nodo Norte de la Luna se ubique dentro de la casa sexta, lo que hace apuntar que todo irá bien, que las cosas pueden superarse y sanarse.
En esta Carta Saturno, regente de la casa sexta, no está mal ubicado por signo, se exalta en Libra. Lo podemos traducir como un maléfico que no puede causar mucho mal, no está en su poder o propósito generar mucho dolor, intenso sufrimiento.
Aunque la Carta tiene muchas cosas a favor, no podemos negar lo incomodo y perjudicial que resulta el inmediato aspecto de la Luna: cuadratura con el Sol, pues al momento del partil la Luna ya estará dentro de la casa sexta, lo que nos permite asegurar que el proceso de sanación y/o recuperación no será fácil ni mucho menos rápido, seguro, requerirá de los mayores cuidados, en especial de mucho tiempo y paciencia, como son las exigencias de Capricornio y Saturno. Luego del aspecto al Sol es que viene el positivo aspecto a Júpiter, el siempre inmortal, con la capacidad suficiente de vencer a Saturno: el dolor y la consecuente muerte que espera. Mi apreciación, era que a pesar de lo grave de la situación las posibilidades para el niño eran altas, lo que equivale a esperar que pueda superar su actual momento. La Carta nos deja una sensación positiva, la confianza de que todo puede ser superado.
¿Qué pasó entonces?
Contra todo pronostico, negativo en su mayoría, el niño pasó las setenta y dos horas requeridas, su recuperación se puede aceptar de milagrosa. Ahora que escribo, se me ha indicado que el niño va muy bien en su recuperación, que incluso, no parece dar muestra de haber estado días atrás luchando por su vida.
Lo anterior, sólo puede ser entendido y aceptado al saber a los tres principales planetas ubicados en signos del zodíaco que les mejoran su fuerza: Sol, Júpiter y Saturno; especialmente el Sol, significador del niño, que tiene en reserva su recepción mutua con Marte. No perdamos de vista que el Sol es el símbolo máximo de la vida, nunca de la muerte.
Giovanni Londoño Romero
Santiago de Cali – Colombia, abril de 2010.
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