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MITO Y ZODIACO
LIBRA. BY LIZ GREENE
Ya hemos conocido a Atenea en este papel, en la historia de Orestes; su corte humana, que vota sobre el destino del joven príncipe, es algo «nuevo», algo diferente de los dioses pendencieros y furiosos. Es como si el mito sugiriera que en esta facultad de juicio racional, eminentemente humana aunque «antinatural», reside una posible resolución, o un punto de equilibrio, entre las colisiones y conflictos dentro de la psique inconsciente que los griegos tanto gustaban de representar como deidades en disputa y maldiciones familiares.
LA DIOSA ASTREA TAMBIÉN POSEE ALGO DE ESTA CUALIDAD DE JUICIO DISCRIMINATORIO, AUNQUE, COMO HEMOS VISTO, SE ENCUENTRA EN UNA ESFERA DIFERENTE; PERO, EN MI EXPERIENCIA, TANTO VIRGO COMO LIBRA COMPARTEN UNA SENSACIÓN SIMILAR DE INDIGNACIÓN ANTE LA RUPTURA DE LAS REGLAS.
SIN EMBARGO, LIBRA PARECE PROYECTAR ESTA VISIÓN DE LA JUSTICIA A LA VIDA DE FORMA MÁS INTENSA. CONSTITUYE LA BASE DEL INTENSO IDEALISMO DEL SIGNO Y SU CREENCIA EN LA EQUIDAD DE LA VIDA. Nunca he sentido que Libra se preocupara, como nos dicen algunas descripciones populares, por el amor romántico, las flores y la luz de las velas, salvo como una preocupación abstracta por los rituales apropiados del cortejo según una concepción ideal. EL "SENTIMIENTO" ROMÁNTICO NO ES PROPIO DE LIBRA. EL SIGNO ESTÁ MUCHO MÁS CONECTADO CON CUESTIONES DE ÉTICA Y MORALIDAD, JUICIO Y DISTRIBUCIÓN. Este tema de la moralidad es uno que he encontrado muchas veces en la vida de los Libra, pues existe algo dentro del signo que anhela la verificación de esta deidad que sostiene la balanza del juicio perfectamente equilibrada; y para lograr tal experiencia, el desequilibrio, los extremos y la violación de la ley son sucesos necesarios de los que Libra no escapa fácilmente.
La imagen mítica de Osiris juzgando las almas de los muertos es una representación del juicio de los dioses sobre el hombre e implica la existencia de principios universales del bien y del mal por los que debe regirse la vida humana. Estos principios no son "naturales" en el sentido de que no son las leyes del reino de la naturaleza. Pero pertenecen al ámbito del espíritu humano y su visión de la perfección.
Osiris y la balanza de Maat
Hay dos relatos míticos que me gustaría explorar ahora, cuyo tema principal es el juicio del hombre sobre los dioses, y estos mitos, en mi opinión, influyen en los patrones que configuran el desarrollo de Libra. En estos relatos, un ser humano es llamado a decidir sobre un asunto en disputa entre los dioses, de forma similar a como el jurado humano de Atenas debe pronunciarse entre Apolo y las Erinias. El conflicto que surge tras tal juicio también es un tema relevante en los mitos, e implica que juzgar a los dioses no es un asunto sencillo ni carente de consecuencias. EN LA FIGURA DE OSIRIS Y LA BALANZA DE MAAT podemos ver una visión muy querida para Libra: el cosmos es, en última instancia, justo y equitativo, y el bien es recompensado y el mal castigado. No hay signo tan orientado hacia el «bien, la verdad y la belleza», como lo expresa Platón, aunque la definición de ese bien depende, en última instancia, de la definición que cada individuo le dé. Libra, sin embargo, no lo ve como una cuestión individual, sino como la búsqueda de una ética universal que trascienda la mera elección humana.
Pero en las historias de Paris y Tiresias encontramos a dos humanos que, gracia a su experiencia y percepción superiores, son llamados a hacer algo que los propios dioses no pueden hacer. ASÍ, LA VISIÓN DE UN COSMOS JUSTO ES ALGO QUE EL ESPÍRITU HUMANO PUEDE APORTAR A LA VIDA Y A LOS DIOSES, Y NO AL REVÉS. Tanto Paris como Tiresias sufren consecuencias que me parecen típicas del tipo de enredos en los que los LIBRANOS tienden a caer. Pues juzgar, como sugieren estas historias, es una ocupación arriesgada porque los propios dioses no siguen las reglas.
Paris era hijo del rey Príamo y la reina HÉCABEDO de Troya. Un oráculo o sueño había advertido a su madre que, al crecer, sería la ruina de su país. Por lo tanto, el niño fue expuesto en el monte Ida, donde fue salvado y amamantado por una osa. Pero su origen real fue finalmente reconocido por la excepcional belleza, inteligencia y fuerza del joven príncipe. Debido a su destreza con las mujeres y su capacidad superior de juicio, Zeus lo eligió para arbitrar entre tres diosas olímpicas en disputa. Un día, el joven pastoreaba su ganado cuando Hermes, acompañado de Hera, Atenea y Afrodita, se presentó ante él. Hermes le entregó una manzana de oro y le transmitió el mensaje de Zeus: «PARIS, YA QUE ERES TAN HERMOSO COMO SABIO EN LOS ASUNTOS DEL CORAZÓN, ZEUS TE ORDENA QUE JUZGUES CUÁL DE ESTAS DIOSAS ES LA MÁS BELLA Y QUE LE OTORGUES A LA GANADORA LA MANZANA DE ORO».