Accidente en Buenos Aires por Giovanni Londoño Romero
En un asunto de un choque, cualquiera que fuera el caso, es claro que asistimos a lo que se puede entender como un enfrentamiento entre dos fuerzas, en algunos casos muchas más. Siempre que se presenta un choque entre dos vehículos o similares necesariamente uno ha sido el imprudente y el otro la victima de dicha imprudencia. Siempre en un accidente uno de los dos involucrados no respetó su turno de avanzar, por el contrario, invadió al otro al no respetar su derecho de paso. Si hablamos de un enfrentamiento, en primer lugar tenemos que ubicar al que hemos de situar en el lugar del Ascendente; pues en el Descendente situaremos al oponente. En el Ascendente ubicaremos al local, no necesariamente debemos ubicar al afectado, pues en nuestro caso los dos han sido afectados, pero por ahora no sabemos cuál de los dos en últimas es el responsable. ¿Cómo entonces determinamos a cuál de los dos ubicamos en el Ascendente? La respuesta en si es sencilla, pues que yo sepa en cualquier lugar del mundo y en todo paso a nivel siempre el tren tiene el derecho de paso, la vía. Es algo así como si el tren siempre jugara de local. Entonces tenemos que sea o no la víctima o bien el infractor, el tren debe ser ubicado en el lugar del Ascendente, para entonces el bus colectivo lo debemos ubicar en el Descendente.
Desde antaño siempre se ha considerado que el Ascendente y la Luna representan el medio de transporte en el que nos estamos movilizando, y el planeta regente del Ascendente a su tripulación. Estamos viendo que ni el Ascendente ni la cúspide de la casa siete están siendo dañados o afligidos por planeta alguno, así entonces podemos concluir que tanto el tren como el bus estaban en buen estado de funcionamiento mecánico. En los significadores primarios (Mercurio y Júpiter), es donde empezamos a observar muy serias diferencias, las que nos llevan a acercarnos a la idea de fallas o de errores por parte del conductor del bus. Veamos y entendamos el por qué de lo anterior:
Mercurio está en su mejor signo, Virgo, donde además de ser regente adquiere su estado de exaltación. Súmele a lo anterior que se ubica en sus propios términos. Sin duda entonces estamos ante un Mercurio muy fuerte, muy bueno en todo sentido. Tenemos claro que cuando un planeta está en su mejor ubicación esencial, es proclive desde todo punto de vista a hacer muy bien las cosas, a actuar de excelente manera; por el contrario, un planeta debilitado y sin importar si es un benéfico o un maléfico, tiende a actuar mal y genera mucho daño con su proceder. Puedo aceptar entonces que Mercurio, fuerte en Virgo y fuerte por su angularidad en la casa primera, es la muestra de un conductor del tren muy profesional y capaz, haciendo fielmente lo que le había sido encomendado; y sin pasar por alto la gran exigencia de Virgo, signo dado al orden, a la precisión, a tenerlo todo en su lugar y limpio, no se puede mover en ambientes caóticos y fuera de su control. Que Mercurio esté tan pegado al Ascendente, es la sentencia del cuidado extremo con que el conductor conducía su tren. Por el contrario, Júpiter, el conductor del bus, no se observa tan poderoso como su antagonista, pues en la casa ocho no se ubica en su mejor casa, pero lo peor es saberlo retrógrado, algo que lo debilita e impide su correcto actuar, mas no su capacidad para actuar. Retrógrado puede bien ser interpretado literalmente como irse para atrás, ir en contravía, al contario de la condición normal. Los pecados normales que puede cometer Júpiter son: excederse y/o no respetar la ley ni las normas, pasarse todo limite o toda ley, el exceso de confianza. Tras lo anterior nos es muy fácil empezar a aceptar que la culpa del fatal accidente recae necesariamente sobre Júpiter, que por su sola ubicación dentro de la casa ocho nos advierte que cualquier error sería como tentar a la mismísima muerte, casa ocho. En sí, digamos que Júpiter no está nada bien, ni hace las cosas bien.
Regresemos sobre Mercurio, el conductor del tren, del que ya dijimos que por su formidable ubicación en Virgo y la casa uno nos describe a un excelente conductor, ordenado, preciso, muy capaz, exacto y bastante cuidadoso en su proceder. No pasemos por alto que Mercurio se ubica en su casa de gozo o de disfrute, lo que hace que pensemos que el conductor no sólo hace bien su trabajo sino que lo disfruta mucho, se encanta de su labor. Pero siempre hay un pero, y Mercurio no podría estar ausente de uno de ellos, el mismo que se representa por la afectación a que se ve sometido por los rayos solares. No podemos hablar de una gran debilidad en contra de Mercurio, de algo que ponga en entredicho su excelente labor, no, nada de eso. Vayamos por partes y entenderemos: Si hubiera sido una combustión solar la que lo afectara, entonces estaríamos viendo como el poder de Mercurio estaría siendo quemado, se diría inutilizado, lo que nos daría pie a pensar en un fallo o error humano del maquinista. Los rayos aunque debilitan al planeta que los sufre, no lo hacen con la misma intensidad que lo hace la combustión. Los rayos merman el poder de un planeta, pero no lo anulan o inutilizan como si lo hace la combustión solar. Los rayos solares no nos dejan actuar bien, nos impiden u obstaculizan, lo que puede ser traducido en nuestro caso como una disminución en la capacidad de reacción de Mercurio. El conductor no tuvo forma o tiempo, y a pesar de su gran capacidad y profesionalismo, de enfrentar y sortear con éxito el percance que se le presento en cuestión de segundos, pues de un momento a otro se vio frente a lo inevitable y sin poder hacer nada para evitarlo. Por la regencia del Sol sobre la casa doce, aceptamos que para el conductor del tren el bus se le ofrece como un enemigo oculto que sale de su escondite y nos afecta cuando menos lo esperamos y de la manera menos creíble. No perdamos de vista que el Sol está peregrino en Virgo, no se acomoda fácil a él ni a todo lo que pueda significar, similar a lo que podría suceder cuando un rey (Sol) pierde su poder y se ve abocado a ganarse la vida haciendo las cosas que hacen aquellos que son sus sirvientes (Virgo). El Sol le hace perder el orden y la precisión a Mercurio, que da muestras en la carta de tener todo bajo control; rompe su orden y desbarata su rutina de un momento para otro. Para el maquinista sin duda debe ser algo bastante rutinario cubrir la ruta donde se ha accidentado.
Tras revisar la anterior, la primera de dos líneas de investigación posibles, nos quedamos convencidos de que el conductor del bus es culpable hasta más no poder del fatal accidente que ha dejado once muertos y cientos de heridos. Para terminar esta primera línea de investigación y centrarnos en la segunda, revisemos el argumento que la empresa del bus acoge como la causa del accidente: fallos en la barrera de contención de los vehículos. Un reten, un muro, una barrera o bien todo lo que nos impide avanzar ha sido y será siempre representado por el planeta Saturno. Cuyo solo simbolismo nos acerca a la idea de un reten abajo, cerrado e impidiendo el paso. Júpiter, la antípoda de Saturno, es todo lo contrario, el reten o la barrera arriba, levanta facilitando el paso. Inicialmente Saturno goza de buena fuerza, está en su exaltación y face, lo que nos hace pensar en un maléfico que actúa bien o que por lo menos no tiene la intención de hacernos gran daño ni nada que sea irreparable. No observo manera alguna en la que Saturno pueda afectar y bien al Descendente o a su regente, Júpiter. Ni siquiera con su antiscia o contrantiscia consigue Saturno dañar a los significadores del bus o a su conductor. Es más, Júpiter no está ubicado en ninguna de las dignidades esenciales de Saturno, como para pensar que la barrera pudiera tener algún grado de control o de influencia sobre Júpiter, no, nada de eso, la barrera no tiene forma de influir o de controlar a Júpiter. Por el contrario, Saturno si está ubicado en una de las dignidades de Júpiter, no necesariamente la más fuerte de todas, pero si cuenta que se ubique en los términos de Júpiter, lo que nos acerca a la idea de que el conductor del bus si tiene poder o control de decisión sobre la barrera. Nunca podría este conductor decir que no vio la barrera. Júpiter entonces es quien decide que hacer frente a la barrera, es su decisión cruzarla o no cruzarla, y Júpiter optó por cruzarla; dañada o no, la cruzó. Entiéndase que un Saturno en Libra no es contundente para significar una barrera que se cae o que está en muy mal estado, se necesita de un Saturno en Aries (su signo de caída) como para significar una barrera caída o dañada que no cumple con la función para la cual fue instalada. Justo en este punto he de llamar la atención sobre Venus, pues es el planeta que dispone y tanto de Saturno, la barrera, como de Júpiter, el conductor del bus. Ya profundizaremos sobre Venus, pues en él se leen las claves de la segunda línea de investigación a la que me he referido algunos renglones atrás. Venus exalta a Saturno. Entonces aceptamos que la tal barrera sólo se debilita y deja de hacer bien su función si Saturno se halla ubicado en Aries, Cáncer o Leo, pues mientras se ubique en Capricornio, Acuario o Libra está funcionado como es debido. Puedo ver que en últimas Saturno no tiene forma alguna de afectar a Júpiter, mientras que Marte si lo puede hacer, pues Tauro es su signo de exilio o debilidad.
Al revisar de nuevo la casa uno nos encontramos con que el único planeta en problemas o que causa problemas es Venus, el que de inmediato se convierte en nuestra segunda línea de investigación de las causas que ocasionaron el accidente. Venus en Virgo está caída, en su peor signo, luego aceptamos que no está haciendo las cosas bien, se ha convertido en un riesgo para todos. Para entender un poco mejor la debilidad de Venus en Virgo, invito a que piensen en Venus como aquel elemento social, siempre alegre y fiestero, bien vestido, ataviado con lujosas prendas y joyas, nada dispuesto a esfuerzo alguno, es un buena vida que sólo gusta de las buenas cosas, y Virgo tan solo le ofrece a Venus una oportunidad o un sitio de trabajo, un taller o el campo donde se cosechan los alimentos. Venus no está dispuesta a desprenderse de sus hermosas y lujosas prendas para usar a cambio un rustico y feo uniforme (un overol) y disponerse a cumplir con un horario estricto de trabajo, una rutina que lo agote y aleje de su mundo color de rosa. Venus ama todo, menos trabajar en aquello que enmugre sus manos y ni que decir lo mucho que le cuesta estar bajo las ordenes de un jefe. Ese mundo lleno de pequeños detalles (de botones y controles) y minucias de Virgo entristece en demasía a Venus, quien sólo piensa en gastar a manos llenas. Para Venus no hay peor castigo que tenerse que ir de la fiesta porque tiene que madrugar al otro día para ir a trabajar. Sin duda, muy agotador le resulta a Venus ese exigente mundo que le ofrece el signo Virgo. “Se cansa muy rápido y hasta se enferma y requiere de una pronta incapacidad, de lo contrario es mejor que busquemos otro empleado”, es la evaluación que de Venus se hace por parte de Mercurio, el regente de Virgo.
William Lilly y los autores del libro Conplido, nos enseñaron que el barco o bien la nave en la que viajamos (un tren o un bus), está representada por el Ascendente y la Luna, y que el regente del Ascendente representa a su tripulación. Venus entonces al situarse dentro de la primera casa de inmediato se convierte en un serio problema para Mercurio, regente del Virgo. Mercurio recibe en Virgo a Venus, lo que es lo mismo que Mercurio no gesta el problema, no es en sí la causa del mismo, pero a él le llega hasta sus dominios. El problema entonces, representado en Venus es un gran problema por estar en su signo de caída, llega hasta la casa de Mercurio y lo afecta. Mercurio no tiene la culpa de que Venus se caiga en Virgo, pero si resulta seriamente afectado. Téngase en cuenta que Venus regenta las casas dos y nueve desde el lado del tren, pero desde el lado del bus colectivo regenta las casas tres y ocho. Ahora bien, si sólo fuera por la presencia de Venus en la casa uno tendríamos que abrirnos a la opción de que otro fuera el factor clave del accidente, pero la verdad es que el siguiente factor es demasiado contundente como para dejarlo pasar sin mencionarlo. Me refiero a que Venus contacta por antiscio a la Luna, que es lo mismo que tomarla por conjunción y oscurecer y/o dificultar al máximo su libre accionar. Si tenemos en cuenta que Venus está lo más mal que pudiera estar por ubicarse en Virgo, entonces no podemos menos que aceptar que la pesada influencia de su antiscio sobre la Luna es demasiado negativa e imposible de evitar. Destroza el accionar de la Luna, el tren, y lo lleva a vivir su peor tragedia. Venus entonces nos deja claro que representa la causa oculta (antiscio: lo oculto) que gesta el fatal accidente. Venus es el que está disponiendo o controlando a Júpiter, el conductor del bus. Lo tiene bajo su poder. Venus tiene dos maneras claras de recordarnos su regencia sobre el reten o la barra de contención del tráfico: la primera por su disposición sobre Saturno, la segunda por su regencia sobre la casa dos, la casa de todo aquello que funciona como la aduana o el control del ingreso a un lugar. La casa dos es la de la garganta, la que se encarga de controlar el ingreso de los alimentos en nuestro cuerpo, ella actúa como una aduana que revisa los alimentos y permite o bien impide su ingreso. Desde el lado del Descendente estamos ante la casa ocho, la de la muerte. Luego entonces aduana y muerte son parte de la misma cosa. Llama poderosamente nuestra atención descubrir que en Aries, el signo de ubicación de la Luna, tanto Saturno como Venus se debilitan, allí son mal recibidos, proclives a complicar y/o complicarse la vida ellos mismos. La Luna entonces deviene como muy afecta por su ubicación en Aries, y ni que decir que también deviene afectada por su ubicación dentro de la casa séptima, lo que nos dice que está en las manos del rival, del otro que entendimos es el bus colectivo que imprudentemente cruzó la barrera y termina embestido por el tren.
A partir de todo lo analizado, seguro nos estamos acercando a la siguiente conclusión: Júpiter, el chofer del bus, acepta y entiende a Venus, lo ama si se quiere, pero éste lo lleva directo al error, pues se ha ubicado justo en el signo donde tanto Júpiter como Venus se debilitan, en Virgo, pues ya sabemos de sobra que Venus en Virgo carece de toda precisión, del buen hacer de las cosas, del trabajo diligente, etc. Que en Tauro, ubicación de Júpiter, Marte se debilite, es una muestra de la imprudencia o de la acción temeraria que realizo el conductor del bus. Marte en esta carta tiene control entre otras de la casa tres, la de todos los medios de transporte, de las vías y de la movilidad en general.
Giovanny Londoño Romero
Santiago de Cali – Colombia, septiembre 18 de 2011.
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