De todas
estas experiencias uno recoge los frutos de la sabiduría y aprende a mantener
el centro de la conciencia cada vez más estabilizado en un nivel por encima de
las alternancias de placer y dolor. Finalmente podemos adquirir la capacidad de
identificarnos con la Vida Universal, con el Ser supra-individual, con el
Supremo, que trasciende todos los "opuestos" en la dicha inefable.
Si
examinamos más de cerca las polaridades específicas del ámbito emocional,
podemos distinguir claramente dos tipos de solución. Uno se realiza en el mismo
nivel; se le puede llamar "el camino del medio" del compromiso, la
mezcla de los dos polos. La otra solución se logra en un nivel superior y es, a
su vez, de dos tipos:
1.
Un control y del uso de las
dos fuerzas opuestas.
2.
La fusión de estas en una
síntesis superior.
El método
de la habilidad usando las fuerzas contrarias se explica en un curioso libro
sobre la magia, que ⎯ además de su tema específico contiene material
psicológico interesante:
Con el fin
de equilibrar las fuerzas, es necesario mantener de forma simultánea y
utilizarlas en alternancia. Cuanto más sea suave y tranquilo, su ira será más eficaz; cuanto
más fuerte sea, más delicado será; a más sea indiferente, más fácil será que otros lo amen".
Por
supuesto, el uso correcto y constructivo de este método presupone buenos
motivos y pureza de intención.
Ø Ejemplos
El segundo
método, que es la síntesis, es análogo,
en cierto sentido a una combinación química, que reabsorbe los dos elementos en
una unidad superior dotada de cualidades diferentes a las de cualquiera de ellas.
La diferencia entre las soluciones realizadas a través del compromiso y los
producidos a través de la síntesis puede estar claramente indicada por un diagrama
triangular. Se muestran algunos ejemplos en la figura 1
La
polaridad entre la mente y corazón, entre la razón y sentimiento (Logos y
Eros), se regula en el primer lugar por el reconocimiento de sus respectivas
funciones y del legítimo campo de acción de cada una de las dos funciones, de
modo que la una no domine a la otra. Esto puede ser seguido por una cooperación
e interpenetración mutua y creciente entre los dos, llegando finalmente a la
síntesis tan bien expresado por Dante en las palabras "luz intelectual
llena de amor."
La
polaridad fundamental entre la personalidad humana en su conjunto y el yo
espiritual también puede ser resuelta en una unidad, pero esto sólo se puede
lograr a través de un largo proceso de transmutación, que implica una
prolongada serie de conflictos, enfoques y contactos produciendo fusión una
parcial o más expandida; en definitiva, un proceso de "psicosíntesis espiritual".
Esto constituye el esfuerzo noble, el
drama central del hombre, que, consciente o inconscientemente, aspira a este
alto objetivo, o se empuja hacia ella por su incapacidad para encontrar satisfacción
duradera o una verdadera paz hasta que haya alcanzado.
Las fases y
métodos de tales psicosíntesis han sido tratados en un ensayo sobre
"Psicoanálisis y Psicosíntesis" y otros escritos. Aquí sólo
mencionaremos que la interacción entre el Ser y la personalidad crea una serie
de relaciones "triangulares" similares a las indicadas anteriormente.
Algunas de ellas se muestran en la Figura 2.
Las diversas
equilibraciones, ajustes y síntesis se pueden producir de diferentes maneras. En
muchos casos, son precedidos por crisis y conflictos intensos. En otros casos,
se alcanzan de manera más gradual y armoniosa por medio de una disminución gradual
de las oscilaciones del "péndulo". Una clara comprensión de este
proceso de psicosíntesis le permite a uno conseguir que sea más fácil y rápidamente.
El requisito esencial, como se mencionó anteriormente, es evitar identificarse
con cualquiera de los dos polos opuestos y de controlar, transmutar y dirigir
sus energías a partir de un centro superior de conciencia y poder.
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