EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y EL ESCUADRON DE LA ESTRELLA DE LA MUERTE por el Rabino Philip S. Berg
La conciencia de nuestro cuerpo
es un canal motivador para el Deseo de Recibir para Sí Mismo. El cuerpo es una
entidad física. Lo que lo hace crecer y funcionar trasciende la operación
celular y el componente genético. A esta fuerza se le llama “energía del
cuerpo”, la cual, como el Deseo de Recibir para Sí Mismo, es la raíz de todo
mal. La razón de ello es que las personas quedan sujetas a las limitaciones de
tiempo, espacio y movimiento, como resultado de esta conciencia de fuerza.
Su energía es la misma que la de
la tierra, que mediante la fuerza de gravedad desea engullir todo lo que está a
su alcance. Únicamente cuando la conciencia del alma domina a la conciencia del
cuerpo éste queda integrado al todo, transformándolo en un Deseo de Recibir con
el Fin de Compartir.
Cada cuerpo celeste consiste de
una formación idéntica de alma interna y conciencia de cuerpo. Dependiendo de
nuestra capacidad para establecer contacto con la energía-inteligencia cósmica
positiva, así también debemos darnos cuenta de la .afluencia de
energía-inteligencia negativa del cosmos. El cosmos canaliza hacia los seres
humanos todo tipo de negatividad disponible. Recurrir a métodos que nos
permitan repeler sus ataques es de primerísima importancia para asegurar
nuestro bienestar físico y mental. Las preguntas que nos hacemos
respecto de enfermedades y malestares son las mismas que, en esencia, podemos
hacer extensivas a accidentes aéreos o automovilísticos, u otro tipo de
infortunios que pudieran acaecernos: ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? Sin embargo,
antes de seguir explorando esta liga tan vital de las causas de las tragedias
que asolan a la humanidad, perspectiva zohárica de la vulnerabilidad.
La persona debe tener cuidado de
no hacerse visible a las fuerzas negativas y destructoras que arremeten contra
el mundo, y de no atraer su atención, pues ellas están autorizadas para destruir
todo lo que pase frente a ellas. Esto está en concordancia con la observación
del Rabino Shimón bar Yojai, de que una persona que mira con mal de ojo trae
dentro de sí el ojo de la fuerza negativa destructora, y por lo tanto se le
llama “destructora del mundo”, y la gente debe estar en guardia contra ellas y
no acercárseles, para no resultar dañada.
Está prohibido acercarse (al que
tiene mal de ojo) al descubierto (sin un escudo de protección). Si es necesario
cuidarse de la gente con mal de ojo, que puede actuar como canal para la
energía negativa, ¡cuánto más debemos cuidarnos del canal de la muerte!
Un ejemplo de un hombre con mal
de ojo fue Balaam, de quien está escrito: “Así dijo el varón cuyo ojo está
cerrado”. Esto significa que él era un canal del mal de ojo, y al que le pusiera
la vista encima le atraía la fuerza negativa destructora. Sabedor de ello,
buscó fijar su vista sobre la nación de Israel, de manera que pudiese destruir
todo aquello sobre lo cual pusiera su vista.
Por lo tanto, está escrito: “Y Balaam levantó su ojo”, para
que su mal de ojo cayera sobre Israel. Israel, sin embargo, era inmune; pues
está escrito: “Y vio a Israel morar tribu por tribu”. Esto significa que vio la
Shejiná (el escudo protector) rondando sobre ellos y mantenida en posición por
las doce tribus, y que su ojo no tuvo poder sobre ellos.
“¿Cómo”, se dijo, “puedo triunfar
sobre ellos, si veo que la Fuerza de lo alto descansa sobre ellos y los protege
con sus alas?” Números, 24:3. Lo que
parece emerger del Zóhar es que cuando se formulan las preguntas “¿Por qué a
mí?” o “¿Por qué ahora?”, la respuesta se encuentra en el umbral de la víctima.
El Zóhar declara que la ignorancia de esta
causa principal (la falta de un escudo de protección) es la razón fundamental
de todo infortunio y toda enfermedad. No se puede ignorar ni
subestimar la necesidad crítica de confrontar el problema de la canalización y
las influencias cósmicas. Con el conocimiento correcto y apropiado de la
Cabalá y de la cosmología es posible superar la influencia de las estrellas que
marcan la influencia cósmica.
En este contexto se encuentra la
respuesta a las preguntas anteriores. Para la mayoría de nosotros, un esfuerzo
concertado y la concentración y el enfoque de la atención en zonas de peligro
cósmico representan las primeras medidas de seguridad a tomar para evitar los
catastróficos infortunios que actualmente asolan a la humanidad. Cuando el proceso de Tikún dicta la
retribución y el pago por la actividad negativa del pasado, en ese momento el
individuo debe estar preparado para enfrentar el embate de sus propias
influencias negativas. Si en ese preciso momento no están colocados los escudos
de seguridad, entonces seremos vulnerables a los sucesivos factores de tensión,
enfermedad e infortunio.
No tenemos a nadie a quien culpar
más que a nosotros mismos o a esa gente que se la pasa convenciendo a los
desafortunados de que el estudio de la Cabalá “puede ser peligroso para la
salud”. El ataque a nuestro sistema inmunológico no es tan “inoportuno” como
algunos médicos o científicos les quieren hacer creer.
Nuestra vida presente es
simplemente una reproducción en cassette de nuestras encarnaciones anteriores
En el preciso momento en que debemos hacer una retribución, más nos vale estar
preparados para corregir nuestra actividad negativa de una vida pasada. ¿Cómo podemos saber cuándo esta energía
negativa va a asomar su horrible cabeza? Siempre que nuestra conciencia se
enfrenta a la oportunidad de cometer un acto inmoral, una acción estrechamente
conectada con el Deseo de Recibir para Uno Mismo.
Si en ese momento fallamos en el
proceso de Tikún, por esa ocasión habremos creado para nosotros un espacio
vacío, donde no puede haber conexión con la Fuerza. Estos puntos son blancos prioritarios
para el Señor de la Obscuridad y su Escuadrón de la Estrella de la Muerte.
En tales momentos nos volvemos vulnerables a una invasión de ese escuadrón” malévolo.
No hay manera de explicar cómo se manifestará su ataque en nuestras vidas
personales.
William Lilly - Master Astrologer |