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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA
Aleister Crowley y Evangeline AdamsURANO EN SAGITARIO
En el signo de Sagitario reside gran parte de la naturaleza del caballo y del venado; tímido, delicado, orgulloso, valiente y veloz. Sólo lo repentino de su acción se asemeja de algún modo a nuestra típica fuerza uraniana; pero el signo mismo, si su Señor Júpiter está felizmente aspectado, puede tener mucho poder para vencer lo que parece duro y frío en el planeta. Frío, decimos nosotros, porque la crueldad de Urano es calculada y deliberada, para lograr el bien espiritual del nativo, mientras que la de Marte es la crueldad caliente de una pasión mucho más "humana". Pero Sagitario nunca deja de dar vivacidad al Temperamento; es un Ascendente celta como Leo o Piscis; más, de hecho, que este último; así encontramos en él lo que se podría llamar caprichosamente un Urano "reformado"; etérea y sublimada. Pero, por supuesto, los malos aspectos y un Ascendente discordante debilitarán y corromperán estas cualidades.
Por ejemplo, el horóscopo de la reina Victoria muestra arrogancia y petulancia, impaciente por la contradicción. Géminis está ascendiendo, el signo de oposición de Sagitario, y Neptuno en la Casa 8 está dentro de los 5° de Urano en la Casa 7. Saturno cuadratura a ambos, pero afortunadamente Venus está en trígono, de lo contrario su Temperamento hubiera sido imposible. Mercurio está en la Casa 12 y no es particularmente fuerte; es muy evidente que el Temperamento juega un papel mucho mayor que la Personalidad.
George Eliot tiene a Escorpio en el Ascendente, y el Sol, Venus, Mercurio, Urano y Neptuno están todos en el este, no muy lejos por debajo del horizonte. Urano en conjunción con Neptuno está en cuadratura con Saturno. Marte está en Leo, en trígono con Venus, pero con la oposición de Júpiter y la Luna. El resultado es, naturalmente, un problema muy confuso, del que es difícil resolver una resultante verdadera separada; una vida tormentosa y una carrera mixta de alegría, tristeza, fracaso y triunfo son los efectos visibles de esta complicada cadena de causas.
Sir Richard Quain es un ejemplo de lo contrario, una carrera plácida y exitosa, sin gran riqueza de incidentes dramáticos. Aquí sale Leo, y el Sol está entre Marte y Júpiter, dentro de los 18° en total. Venus está semisextil con él y se acerca a Urano, que está en la cúspide de la Casa V. Aquí no hay nada muy importante, pero lo que hay, es agradable. No hay obstáculo que superar.
Ahora consideremos el horóscopo de Shakespeare, con el ascendente Virgo. Mercurio, Señor del Ascendente, está en Aries, en trígono con Urano y en sextil con Neptuno. No hay planeta ascendiendo; Urano está en la Casa 4 en oposición a Neptuno, un aspecto que sacude al mundo; Venus está con Neptuno dentro de los 6° y en sextil con una conjunción de Saturno y Júpiter. Aquí entonces vemos un Temperamento tremendo y una Personalidad insignificante.
Otra mente maestra fue la de Herbert Spencer. Urano está en la cúspide exacta del Ascendente, 28° Sagitario, y Neptuno está ascendiendo sólo dos grados por debajo de él, nuevamente en un aspecto tremendo. De ahí el carácter trascendental de su filosofía. El hombre mismo se estaba retirando -Júpiter, el Señor del Ascendente, estando en Piscis, suavizado por la cuadratura de Venus- y no se indica ningún conflicto de ningún tipo entre el Temperamento y la Personalidad. Por lo tanto, era libre de trabajar en la espléndida promesa de su notable horóscopo.
Bismarck tiene el Sol, Señor de su Ascendente Leo, en cuadratura con la Luna en Capricornio, y muy cerca del trígono de Urano. Aquí hay, nuevamente, una excelente armonía, salvo que la Luna en Capricornio da algo de brusquedad. En general, es una disposición que probablemente producirá los mejores resultados desde el punto de vista de una carrera.
Aún más estremecedor es el colosal Lutero. Leo está ascendiendo una vez más (este signo, por supuesto, está en trígono con Sagitario y, por lo tanto, simpatiza con él), pero Saturno y Venus están en conjunción con Marte y Júpiter. Así, tanto la Personalidad como el Temperamento son tremendamente fuertes y armonizan uno con el otro. El resultado lo conocemos.
Una figura mucho más tranquila es la de Cornelio Agripa. Virgo está ascendiendo y Mercurio, su Señor, no está especialmente fuerte en la 2ª Casa. Urano está cerca de la cuadratura del Sol y dentro de los 9° de la oposición de Marte. Pero no hay nada que culmine en la figura, y así tenemos erudición y pensamiento profundo sin más manifestación que unos libros, más curiosos que revolucionarios, y la adquisición de una gran y no muy merecida reputación de mago.
John Ruskin es una persona muy diferente. Tiene el Ascendente Acuario crítico con el Sol cerca de la cúspide, éxito temporal, nada más. Urano está en cuadratura con Saturno por lo que sus ideas eran tontas, y Marte y Mercurio están en oposición a Luna, haciéndolo pendenciero y débil, violento y obstinado, pero sin visión clara. ¡Una lamentable ruina de buen material! Por supuesto, la incompatibilidad obvia de Sagitario y Acuario ya se le habrá ocurrido al lector.
Un ejemplo interesante de Temperamento más fuerte que la Personalidad se ve en Nell Gwyn, con Capricornio ascendente. Pero Urano está exactamente en conjunción con Neptuno en la cúspide de la Casa 11, dando al temperamento una enorme fuerza para trabajar a través del favoritismo. Como el Señor del Ascendente, Saturno, está en trígono con el Sol, ella tenía la fuerza de Carácter para hacer uso de sus poderes principalmente para el bien. Aunque era cortesana, probablemente fue la mejor influencia en la vida de Carlos II y una amiga constante de la gente común.
Guillermo III de Inglaterra tiene a la Luna saliendo en Leo, en trígono con Mercurio, con el Sol en conjunción con Júpiter. Urano y Neptuno están exactamente unidos -esto, dicho sea de paso, a menudo representa una gran e inesperada oportunidad, como se ve, en efecto, en el caso anterior- y la figura entera es muy favorable, de modo que de un pequeño principito de otro país él se convirtió en rey de Inglaterra. Marte está en cuadratura con la posición Neptuno-Urano, un testimonio de que no fue por ningún encanto de temperamento que llegó a ganar tal posición.
El zar Alejandro II es un tipo muy notable. Una vez más, Leo asciende y el Sol está en trígono con Júpiter, en sextil con Marte, estando los dos últimos planetas en oposición. Saturno también está en sextil con el Sol. Por otro lado, Urano no recibe gran ayuda de ninguna parte. Por lo tanto, la Personalidad del hombre era fuerte y valiente, pero su trabajo lo llevó a la ruina. Sin embargo, al menos lo logró, y si no pudo controlar la tormenta que levantó, quién lo culpará, ya que la tempestad que volcó su barca fue el aliento de la Libertad.
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