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CAPÍTULO 3
LA LUNA DEVORADORA por Judy Hall
Tanto en hombres como en mujeres, la dificultad para liberarse de la madre resulta en temor al poder femenino y a la profundidad de la naturaleza femenina. Pero las mujeres pueden sentir una compulsión por explorar esas profundidades, mientras que los hombres las temen tan profundamente que terminan atrayendo precisamente aquello que más temen y son absorbidos por ellas. Para ambos sexos, la sanación reside en la entrega voluntaria a este proceso. Al adentrarse en las profundidades y encontrarse reflejados en los oscuros rincones que conforman la identidad interior, el Hades se convierte en la morada del ser, el lugar donde nos nutrimos, el sitio de nuestra separación e individualidad. Solo allí se puede encontrar la verdadera libertad de la madre, una libertad que puede proyectarse al mundo exterior.
DIFERENCIAS DE GÉNERO
No cabe duda de que, aunque las resonancias básicas sean las mismas, hombres y mujeres experimentan diferentes manifestaciones de la energía de Plutón-Luna y responden en consecuencia. UNA MADRE CON LA LUNA EN HADES PUEDE SER SOBREPROTECTORA Y ASFIXIAR A TODOS SUS HIJOS. PERO LOS TRATA DE UNA MANERA SUTILMENTE DIFERENTE. A una hija hay que protegerla a toda costa. Lo que puede ser apropiado para una niña se mantiene en la edad adulta. A un hijo, en cambio, se le puede animar a convertirse en una figura materna desde muy pequeño. Sobre todo si, como suele ocurrir, el marido/padre ha abandonado el hogar.
También existe una enorme confusión entre la imagen arquetípica de la madre que proyecta el hijo y la madre real. La madre, y las mujeres en general, son percibidas a través del prisma del arquetipo de la madre devoradora. Como dice LOREN PEDERSEN:
«LO QUE PROBABLEMENTE MÁS CONFUNDE A UN HOMBRE EN SUS INTENTOS POR COMPRENDER SU RELACIÓN CON SU MADRE, ASÍ COMO CON OTRAS MUJERES, ES EL PAPEL QUE LA MADRE ARQUETÍPICA SIGUE DESEMPEÑANDO INCONSCIENTEMENTE. ESTA PODEROSA IMAGEN EJERCE SU EFECTO EN SU PSIQUE DE UNA MANERA QUE EXAGERA LA FORMA EN LA QUE SU MADRE U OTRAS MUJERES SE LE PRESENTAN. INCLUSO DESPUÉS DE QUE LA MADRE REAL HAYA QUEDADO ATRÁS, E INCLUSO SI HUBIERA MUERTO, LA MADRE ARQUETÍPICA SIGUE SIENDO UNA PODEROSA IMAGEN DE DIOSA».
En contraste, toda la vida no viva de la madre se proyecta en su hija. Se espera que ella concreta lo que la madre no ha podido vivir. Por lo tanto, las carreras profesionales se orientan hacia lo que la madre habría querido. O se le imponen parejas matrimoniales adecuadas a una joven inexperta. COMO LA MADRE SE SIENTE TAN A MENUDO FRUSTRADA Y DECEPCIONADA DENTRO DE SU PROPIO MATRIMONIO, QUIERE ASEGURARSE DE QUE SU HIJA TENGA UNA EXPERIENCIA DIFERENTE. PERO LA DINÁMICA INCONSCIENTE ATRAE A UNA PAREJA QUE REPITE EL PATRÓN.
No obstante, muchas madres con la Luna en Hades desean que su hija permanezca soltera. El motivo oculto es tener un cuidador fiel para su vejez. En tales casos, se advierte a las hijas sobre los hombres, a quienes se les presenta a través de la perspectiva distorsionada del amor materno. El sexo es un tabú incluso cuando la hija es completamente madura; la desaprobación moral puede encubrir una aversión innata. Un disgusto tácito, pero claramente palpable, impregna cualquier posibilidad de relación. Pero muy a menudo, la desaprobación es una estrategia inconsciente de Deméter para proteger a su hija del conocimiento interno que el contacto con Plutón podría traer. Quiere mantener a la hija atada firmemente, lo que equipara con seguridad y con amor. Tal "programación" puede ser una coerción flagrante y abierta desde el punto de vista de la madre.
Pero también puede ser tan sutil que una mujer no perciba su existencia en lo más profundo de su ser. Sin embargo, es plenamente consciente de las relaciones traumáticas y dolorosas que genera a medida que madura.

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