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LOS PRINCIPIOS GENERALES DE ASTROLOGÍA
Aleister Crowley y Evangeline Adams
MERCURIO EN SAGITARIO
Al considerar a Mercurio en Sagitario, debe recordarse cuán brillante y repentino es el efecto de Sagitario, pero cuán parecido a un relámpago y transitorio. De hecho, los astrólogos más antiguos incluso atribuyeron el relámpago a Aries, dejando sólo el arco iris para Sagitario, como si el efecto no fuera simplemente rápido sino hasta cierto punto ilusorio; sin embargo, este es sólo el caso de un Mercurio mal aspectado. No se debe dar demasiada importancia al hecho de que Mercurio en este signo siempre se ha considerado en su detrimento, pues hemos visto que este planeta se desequilibra con mucha facilidad, y la influencia jupiteriana de Sagitario parece actuar más bien como la mano restrictiva de un padre sobre un hijo impetuoso y descarriado. Mucho, sin embargo, siempre dependerá de los aspectos.
LAS CUALIDADES GENERALES DE ESTA POSICIÓN SON LA FRANQUEZA DE PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN. LAS PERSONAS CON MERCURIO ASÍ COLOCADO SUELEN HABLAR SIN REFLEXIONAR; TIENDEN A DECIR LO QUE LES VIENE A LA CABEZA. NO HIEREN DELIBERADAMENTE, COMO LAS PERSONAS CON MERCURIO EN ESCORPIO; SIMPLEMENTE NUNCA SE LES OCURRE PENSAR CÓMO SUS COMENTARIOS PUEDEN AFECTAR AL OYENTE. La calidad de sus pensamientos es igualmente inmadura. Sus pensamientos son como hongos o estrellas fugaces. Están impacientes; hablar de prisa y arrepentirse en el ocio. NO SE MOLESTAN EN FORMULAR UN JUICIO Y, EN CONSECUENCIA, LO QUE DICEN PARTICIPA DEMASIADO A MENUDO DE LA NATURALEZA DE LA FORMA SUPERFICIAL DEL EPIGRAMA. Esta misma ausencia de la cualidad reflexiva los hace extremadamente simples, honestos y sinceros (la duplicidad por su propia naturaleza implica el equilibrio de la verdad y la falsedad), y si estas personas mienten, solo lo hacen en el calor del momento. Un curso largo y continuo de engaño está completamente fuera de su poder. Sería, también, repugnante a su naturaleza.
Otra dificultad causada por esta posición es que los pensamientos están desconectados, y aunque el nativo puede prometer con sinceridad, o concebir compromisos con seriedad, a menudo no tiene la paciencia que le permita hacer bueno. Sin embargo, lo que piensa y dice a veces es notablemente correcto, casi se podría decir irracionalmente. Puede hablar como un oráculo, y su intuición es a menudo tan extraordinariamente aguda que reemplaza con creces las debilidades generales de las facultades de la memoria y del raciocinio. Otro rasgo característico que confiere esta posición es el hábito de la interrupción. Tan pronto como estas personas escuchan algo, les asalta un pensamiento, y tienen que decirlo sin demorar un momento. La cualidad discontinua y vacilante de este tipo de mente está muy bien demostrada por el anarquista Vaillant, cuyos pensamientos probablemente tenían razón a su manera, pero que era totalmente incapaz de sopesar un pensamiento contra otro y lograr un equilibrio. Un ejemplo casi igualmente malo es Marie Bashkirtseff, quien fracasó totalmente en comprender el universo en el que nació debido a un defecto similar. Su diario está lleno de cosas brillantes, amargas y satíricas, todas las cuales son perfectamente verdaderas en sí mismas y, sin embargo, totalmente falsas porque no se equilibran con el peso del gasto general.
Otra mente brillante, pero breve y desequilibrada fue la de Thomas Chatterton, cuyo genio, si hubiera estado acompañado por una mente capaz de trabajar con paciencia, podría haberlo colocado en el pequeño primer círculo de poetas ingleses. El caso del Dr. Zamenhof es un buen ejemplo. En Esperanto, inventó un idioma que es eminentemente conveniente y fácil de aprender, y tiene todas las demás ventajas que debe tener un idioma. Tiene un solo defecto, y es que realmente no es un idioma en absoluto, y nadie parece querer hablarlo.
Para mostrar esta cualidad de incapacidad para la reflexión en su más completo absurdo, solo necesitamos recordar el comentario de Marie- Antoinette, que tenía a Mercurio en esta posición, y quien, al ser ofrecida una exquisita pastelería por el principal pastelero de París, exclamó: "La gente estúpida siempre se queja de que no puede conseguir pan, pero ¿por qué no comen estos deliciosos pastelitos?" Otro monarca casi igualmente tonto y desafortunado con esta posición es Carlos I, cuya inconstancia en su política interior le costó el trono y la vida.
Afortunadamente, sin embargo, esta posición no siempre resulta en una estupidez tan brillante. Tenemos tres grandes personas en el mundo del arte y la literatura con este puesto, Sir David Wilkie, Alfred de Musset y Rudyard Kipling. No obstante, la limitación sigue siendo visible. Tanto los escritores franceses como los ingleses sobresalen en cuentos y poemas, pero ninguno ha escrito grandes novelas. Del mismo modo, Sir David Wilkie, pintor admirable como era, nunca logró la ejecución sostenida de un gran lienzo. Otro ejemplo está en Mercurio de Juana de Arco, aunque el hecho de que el planeta esté a 29° puede haber hecho algo para estabilizar las cosas. Sin embargo, no hay necesidad de hacer esta reserva, ya que su carrera fue singularmente irregular y dependía completamente de la inspiración.
La mayor excepción a todo lo que se ha dicho es Sir Isaac Newton, pero aquí Mercurio está en la Casa 3, con una sextil de Venus y una cuadratura de Saturno. Júpiter, Señor de la 3ra, está dentro de los 6° de la conjunción de Saturno, y está exactamente en trígono con Urano, mientras que el Sol, también en la 3ra Casa, está en sextil con los tres. Toda la configuración es del poder más extraordinario, con cada planeta en el cielo que tiende a la estabilidad incluido en ella, incluso Marte en Tauro ayudando haciendo un sextil cercano con la Luna. Con tan grandes dignidades la influencia del signo mismo se reduce al mínimo. El hecho de que el Señor del signo esté en conjunción con Saturno tiende a alterar su naturaleza misma, por lo que no tiene comparación con los casos ordinarios, donde la acción de Mercurio es más o menos aislada. En el horóscopo de María Antonieta, Mercurio está en trígono con Neptuno, pero en cuadratura con Urano, lo que le quita todas sus cualidades más serias. Hay una ligera ayuda de un semisextil de Venus y un sextil de Júpiter, pero como bien se ha dicho, Mercurio sin Saturno es como un huevo sin sal.
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