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EL SYSTEMA DE TODOS LOS MUNDOS Y EL HORÓSCOPO NATAL DE JUNG
LOS GLIFOS PLANETARIOS
Dentro del marco astrológico del diagrama Sistema, Jung distribuyó los glifos planetarios tradicionales, ubicándolos en hemisferios y cuadrantes particulares de acuerdo con su comprensión individual de sus significados y expresiones. No es posible saber hasta qué punto la percepción de Jung de estos significados se basó en los textos astrológicos que estaba leyendo en ese momento, o hasta qué punto su interpretación de los 'dioses' planetarios estaba enraizada en sus observaciones del funcionamiento astrológico en su propio mundo y la vida de sus pacientes. Los glifos, que aparecen en el diagrama pero, como era de esperar, faltan en la pintura, revelan la incorporación de Jung de símbolos astrológicos en el fundamento mismo de la cosmología representada en el Sistema y explicada por Filemón en los siete sermones de 'Escrutinios'.
En las anotaciones al diagrama, Jung describió los planetas, representados por sus glifos, como 'dioses, estrellas sin números'. En una entrada del Libro Negro, Jung declaró explícitamente su comprensión de los planetas como divinidades:
El sol y la luna, es decir, sus símbolos, son dioses. Todavía hay otros Dioses; sus símbolos son los planetas. . . Los Dioses son favorables y desfavorables, impersonales, las almas de las estrellas, las influencias, las fuerzas, los abuelos de las almas, los gobernantes en el mundo celestial, tanto en el espacio como en la fuerza. No son ni peligrosos ni bondadosos, fuertes pero humildes, clarificaciones del PLEROMA y del eterno vacío, configuraciones de las cualidades eternas.
Aunque no están incluidos en la HÉPTADA estrellada que domina tanto el hemisferio superior como el inferior del Sistema, Jung agregó a su diagrama los glifos de dos planetas conocidos solo en los tiempos modernos: Urano y Neptuno. Urano fue descubierto en 1781 y Neptuno en 1846, y los textos astrológicos escritos desde el avistamiento de estos 'nuevos' planetas han ofrecido interpretaciones diversas y a menudo contradictorias de sus significados. Alan Leo favoreció a Urano como el planeta de los "pensadores avanzados", pero también lo asoció con "sucesos repentinos e inesperados" que pueden resultar destructivos para el orden y la estabilidad.
No se refirió a Urano como un maléfico, pero estaba claramente inquieto por su naturaleza, prefiriendo creer que era demasiado distante para tener alguna relevancia excepto para almas especialmente evolucionadas con muchas encarnaciones detrás de ellas. Leo fue aún más ambivalente acerca de Neptuno, señalando su relación con la obsesión, la voluntad débil, las tendencias MEDIÚMNICAS, la impresionabilidad y la "inmoralidad excepcional"; solo aquellos que están "muy avanzados psíquicamente" pueden aprovechar su dimensión espiritual sin sufrir los aspectos más traicioneros de su naturaleza.
MAX HEINDEL, como Alan Leo, creía que solo los evolucionados espiritualmente podían responder a Urano y Neptuno, pero su visión de estos planetas era esencialmente positiva: HEINDEL entendía que Urano era la 'octava superior' de Venus, preocupada por el amor universal más que por el personal, y que abarcaba 'toda la humanidad independientemente del sexo o cualquier otra distinción'. Neptuno, a su vez, representa la 'conciencia cósmica' La ubicación de Jung de ambos planetas en el hemisferio de oscuridad sugiere una interpretación menos optimista.
JOHN THORBURN, en su interpretación del horóscopo natal de Jung, asoció a Neptuno con el misticismo, e informó a Jung que el ángulo tenso entre el Sol y Neptuno en el horóscopo natal de Jung indicaba un "complejo místico" de la oscuridad y la esencia espiritual de los 'dioses de las estrellas'. Jung parece haber asociado a Neptuno con la receptividad ambigua del medio del trance, que entendía reflejaba una porosidad peligrosa pero potencialmente inmensamente creativa para el inconsciente colectivo.
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