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8 ARIES
MITO Y ZODIACO
Quizás la irónica perspectiva que ofrece este relato reside en que la violenta batalla entre los machos, surgida de su propia relación e identidad secreta más que de la competencia por una mujer o un premio, conduce finalmente a la misma fuente de vida. Freud parece no haber dado mucha importancia al origen de la maldición que recayó sobre Edipo, pero me inclino a creer que es sumamente importante. El rey Layo cometió un pecado, y este fue perpetrado contra un macho, convirtiendo a otro macho en su víctima. Así, violó las leyes de anfitrión e invitado al violar al hijo de Pélope, y también violó las leyes de su propio sexo debido a la violencia de la agresión. Es esta infracción de las «reglas» masculinas la que finalmente conduce al nacimiento de Edipo y al terrible destino que le aguardaba. Aquí, el «pecado ancestral» está del lado del padre, no de la madre, y debe ser expiado por el hijo. El padre no tiene una relación «correcta» con el principio masculino; se ha vuelto verdaderamente terrible, y el hijo debe luchar contra él. Según mi interpretación del mito de Edipo, es, desde su inicio, una historia de padre e hijo.
LA BATALLA DE EDIPO EN EL SENO FAMILIAR PARECE SER UNA REPRESENTACIÓN FUNDAMENTAL DEL PATRÓN DE ARIES, Y LA HE VISTO DESARROLLARSE TANTO EN HOMBRES COMO EN MUJERES. PERO EL OBJETIVO DE LA BATALLA NO ES TANTO LA POSESIÓN DEL PROGENITOR DEL SEXO OPUESTO. ES LA DESTRUCCIÓN DEL ANTIGUO ORDEN Y LA AFIRMACIÓN DEL ESPÍRITU INDEPENDIENTE E INDIVIDUAL; Y ESTO SE MANIFIESTA COMO LA FEROZ COMPETITIVIDAD DEL SIGNO.
Yahvé declara que su pueblo no debe adorar a ningún otro dios; y lo mismo hace Aries, quien a menudo no soporta a ninguna pareja de su mismo sexo a menos que esta sea tan diferente que no le genere competencia, o lo suficientemente inferior como para no representar una amenaza. Así como los triángulos amorosos son comunes en Libra por razones que exploraremos a su debido tiempo, también lo son en Aries, por diferentes razones. El rescate de la damisela en apuros (o del hombre sensible en apuros) es un patrón de vida favorito de Aries, al igual que la defensa del desvalido y la causa perdida.
Pero el amante en apuros es menos relevante que la batalla misma. Si no hubiera batalla, es dudoso que Aries se molestara con la damisela. Por supuesto, no tiene por qué ser una damisela física; para algunos Aries, lo que debe ser redimido de las garras del Padre Terrible es una idea, una filosofía o una contribución creativa que no es valorada por los "padres" del mundo en general. Es el propio Aries quien siente la angustia y la proyecta sobre un objeto externo, pues el Padre Terrible que castra a su hijo lo hace impidiéndole alcanzar la realización personal y la victoria. Como dice Neumann: Él [el Padre Terrible] actúa, por así decirlo, como un sistema espiritual que, desde más allá y por encima, captura y destruye la conciencia del hijo. Este sistema espiritual se presenta como la fuerza vinculante de la antigua ley, la antigua religión, la antigua moral, el antiguo orden; como la conciencia, la convención, la tradición o cualquier otro fenómeno espiritual que se apodera del hijo y obstruye su progreso hacia el futuro. Cualquier contenido que funcione mediante sus dinamismos emocionales, como la garra paralizante de la inercia o la invasión del instinto, pertenece a la esfera de la madre, a la naturaleza. Pero todo contenido susceptible de realización consciente, un valor, una idea, un canon moral o alguna otra fuerza espiritual, se relaciona con el sistema paterno, nunca con el materno.
EL DRAMA PADRE-HIJO REAPARECERÁ MÁS ADELANTE EN EL ZODÍACO, EN PARTICULAR EN LOS SIGNOS DE LEO Y CAPRICORNIO. La dimensión que encontramos aquí en el primer signo es la batalla inicial por la libertad, pues solo hay espacio para un dios en el cielo. El poder de Zeus, Amón y Yahvé carecería de sentido si existieran otras deidades que compartieran la tarea, y para Aries existe y nunca puede existir otra que una sola deidad, «la oculta», que se manifiesta como su propio poder fálico. Dado que su batalla es contra Dios Padre, Aries debe ser plenamente consciente de lo que hace y debe reverenciar a la deidad contra la que lucha. En otras palabras, debe ser «devoto», en lugar de simplemente iracundo. SI ACTÚA CON LA ARROGANCIA DE LA SOBERBIA, COMO HIZO JASÓN CUANDO DESPRECIÓ A MEDEA Y LUCHÓ POR EL REINADO DE CORINTO, ENTONCES SUS ACCIONES SERÁN INFALIBLEMENTE EN VANO. Pero su encuentro con el Padre Terrible crea personalidad y «autoridad» interior; Entonces podrá asumir la responsabilidad del reinado por el que ha luchado. Sin esta lucha, seguirá siendo el eterno hijo de su padre, el eterno rebelde que lanza piedras a través de las ventanas desde afuera, pero jamás podrá entrar al lugar donde se esconde el vellón que encarna su propia hombría.
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