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MITO Y ZODIACO
LEO - BY LIZ GREENE
Esta historia describe, en su inicio, un estado de enfermedad espiritual. El viejo rey no puede ayudar a su tierra ni a su pueblo, y la prueba recae sobre los hombros de un joven. Pero la prueba no es una hazaña de armas. Es una cuestión, es decir, la capacidad de tomar conciencia del significado de las cosas, una cualidad de reflexión. Parsifal comienza su historia sin padre, criado por su madre en un bosque aislado. Este comienzo sin padre (o sin principio paterno, aunque puede haber un padre físico presente) es algo que he visto en la vida de muchos Leos. El padre está ausente o herido en un nivel más profundo, y no puede proporcionar la sensación de renovación creativa de la vida que el hijo o la hija necesita; por lo tanto, el niño debe salir en busca de este principio, en la forma de la aventura de su vida.
Cinco caballeros de brillante armadura llegaron cabalgando por el bosque, y cuando Parsifal los vio, se sintió abrumado y decidió convertirse en caballero. Naturalmente, su madre, como Tetis con Aquiles, intentó impedir su partida, pero Parsifal no era hijo de madre. Ni se enfurruñó ni se disfrazó de mujer para ocultarse, sino que simplemente se marchó sin siquiera despedirse. Su madre murió de pena al instante. Esto parece un rito de paso necesario para León, aunque al principio de sus aventuras Parsifal es torpe y grosero. Es, de hecho, el rey en su forma TERIOMÓRFICA o animal, el futuro gobernante inconsciente, dominado por la emoción. Parsifal luchó entonces contra el Caballero Rojo, quien, por el color de su armadura, parece ser otra imagen de la ardiente emotividad de León, con el color de la sangre, el fuego y la vida. Al igual que Heracles, Parsifal se puso la armadura de su enemigo derrotado. Entonces se encontró con una hermosa mujer en apuros y recibió su iniciación en las artes eróticas; pero abandonó a su dama con la misma torpe insensibilidad con la que abandonó a su madre, una vez más necesariamente ciega. Finalmente, Parsifal llegó a un río profundo, sin cruce visible; el destino lo había conducido al final del camino. Había sido conducido al lugar de su posible misión. Vio a un pescador que le indicó el camino al castillo del Grial; y el castillo apareció de repente donde antes no había nada. La puerta estaba abierta, pues lo esperaban misteriosamente, y el sufriente Rey Pescador lo aguardaba.
El rey de la historia fue herido en la ingle o el muslo: no puede procrear, pues su virilidad está herida. Esta es una imagen apenas disimulada de la castración. Entonces, Parsifal tuvo una visión: una espada, una lanza que goteaba sangre, una doncella portando un Grial de oro con piedras preciosas engastadas, y otra doncella portando una bandeja de plata. LOS ESTUDIANTES DE TAROT RECONOCERÁN ESTOS CUATRO OBJETOS SAGRADOS COMO LOS CUATRO PALOS DE COPAS, ESPADAS, BASTOS Y PENTÁCULOS, Y LOS ESTUDIANTES DE JUNG RECONOCERÁN LA CUATERNIDAD QUE SIMBOLIZA LA TOTALIDAD DEL SER. Mientras estos cuatro objetos sagrados pasaban, Parsifal no se atrevió a decir nada. Se retiró a la cama y, al despertar, encontró el castillo desierto; al salir, otra mujer que conoció le contó el fracaso que acababa de cometer. Si se hubiera preguntado: "¿A QUIÉN SIRVE EL GRIAL?", el rey habría sanado y la tierra habría sido renovada. Ante su destino por primera vez, Parsifal, como dicen, lo ha echado a perder. Solo pudo encontrar el castillo de nuevo después de haber alcanzado la madurez y la compasión necesarias. Al principio, nada de esto le significó nada; era simplemente un espectáculo para su entretenimiento. En su libro, La leyenda del Grial, EMMA JUNG Y MARIE-LOUISE VON FRANZ destacan la incapacidad de sufrir que caracteriza al joven Parsifal. Wagner, en su gran ópera de redención, abordó este tema de la falta de compasión de Parsifal. El héroe entra en escena tras haber abatido a un inocente cisne por pura diversión, y es duramente reprendido por los Hermanos del Castillo del Grial por su insensibilidad.
JUNG Y VON FRANZ DICEN:
Su verdadera ofensa residía en la primitiva claridad de su comportamiento, derivada de la inconsciencia del problema interno de los opuestos. No era lo que hacía, sino su incapacidad para evaluar lo que hacía. !La insensibilidad de Parsifal hacia su madre, hacia el Caballero Rojo (a quien mata sin motivo personal —no es su disputa—, sino simplemente por presumir), hacia Blanca flor (la mujer a la que rescata y luego abandona) y hacia el propio Rey del Grial (por quien aún no experimenta compasión ni la inevitable pregunta que surge de ella) se encarna en la imagen alquímica del león, la forma animal del futuro rey. Esta ingenua torpeza es, en mi opinión, parte integral del joven o inmaduro Leo, al igual que la ausencia de un padre; sin embargo, incluso con esta torpeza, el destino lo elige para la visión del Grial antes de que esté listo para comprenderlo. SEA CUAL SEA EL GRIAL —UN SENTIDO DE DESTINO PERSONAL, UN ÉXITO TEMPRANO, UN ESPÍRITU JUVENIL— LA CUALIDAD PARECE LLEGAR PRONTO A LEO, NO MEDIANTE EL ESFUERZO, SINO A MENUDO GRACIAS A LOS DONES NATURALES Y LA INTUICIÓN DEL SIGNO. PERO LUEGO SE PIERDE, PORQUE NO SE HA PROFUNDIZADO EN SU SIGNIFICADO, Y EL EGO SE ARROGA EL ÉXITO. POR LO TANTO, DEBE REENCONTRARSE EN LA CONCIENCIA, A MENUDO A TRAVÉS DE MUCHAS DIFICULTADES.
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