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MITO Y ZODIACO
VIRGO BY LIZ GREENE
La paradoja inherente de Virgo se expresa bellamente en el texto gnóstico del siglo IV llamado EL TRUENO, MENTE PERFECTA. Se trata de un discurso revelador impartido por una figura femenina que parece personificar la idea de Sofía, o la sabiduría... Porque soy la primera y la última.
- Soy la honrada y la despreciada.
- Soy la ramera y la santa.
- Soy la esposa y la virgen.
- Soy la madre y la hija.
- Soy los miembros de mi madre.
- Soy la estéril y muchos son sus hijos.
- Soy aquella cuya boda es grandiosa, y no he tomado marido.
- Soy la partera y la que no da a luz.
- Soy el consuelo de mis dolores de parto.
- Soy la novia y el novio y es mi esposo quien me engendró.
- Soy la madre de mi padre y la hermana de mi esposo, y él es mi hijo.
Durante algunos meses tuve la oportunidad de trabajar con una mujer muy inteligente, cuyo Sol y ascendente están en Virgo. En su horóscopo natal, también presenta una conjunción de la Luna, Saturno y Urano en Géminis en la décima casa, lo cual se relaciona con la experiencia de ser madre. De esta madre, mi analizada, a quien llamaré SUSAN, aprendió que el gran «ellos» reinaba en la tierra y en el cielo, y que los códigos de la moral convencional no podían romperse sin un severo castigo. La propia madre —como lo sugiere la poderosa y contradictoria conjunción en la décima casa— tenía una considerable ambivalencia sobre la cuestión del conformismo y, en un nivel más profundo, sobre el «rol» de ser mujer, para empezar. SUSAN también sentía esta ambivalencia, pero era muy inconsciente de ella; al parecer, cuando la conocí, solo deseaba un esposo, un hogar, hijos y una seguridad inquebrantable para el resto de su vida.
POR DESGRACIA, SEGUÍA ENAMORÁNDOSE DE HOMBRES CASADOS U HOMOSEXUALES QUE, AL FINAL, NO PODÍAN PROPORCIONARLE LO QUE BUSCABA. AUNQUE ERA UNA MUJER ATRACTIVA Y ENCANTADORA, PARECÍA NO VALORAR SU PROPIO CUERPO, LANZÁNDOSE LITERALMENTE A LOS BRAZOS DE CUALQUIERA QUE LE MOSTRARA UN POCO DE AFECTO; POR LO TANTO, ERA UNA PROSTITUTA EN EL SENTIDO MÁS NEGATIVO, YA QUE NO OBTENÍA PLACER DE ESTOS ENCUENTROS, SINO QUE LOS SENTÍA «ESPERADOS» Y EL PRECIO NECESARIO PARA «CONSEGUIR» MARIDO. Tras varios años de este triste y autodestructivo comportamiento, se enamoró de nuevo de un hombre casado, pero este nuevo amante mostraba signos de profundo apego y se disponía a dejar a su esposa para ofrecerle una relación más permanente. Esto, lejos de deleitar a SUSAN, la llenó de una profunda ansiedad. También la atormentaba la culpa, porque romper el matrimonio de un hombre le parecía un pecado imperdonable.
No me extenderé en las implicaciones parentales de la inclinación de SUSAN por los triángulos, ni en la falta de reflexión sobre sus propias contradicciones, tan característica en ella.
DESPUÉS DE UNOS DOS MESES DE TRABAJO, ME TRAJO EL SIGUIENTE SUEÑO:
Voy a formarme como prostituta. Llego a la escuela donde todas las mujeres aprenden artes sexuales. La fachada es una especie de tienda, a cargo de un hombre agradable. Me siento extrañamente feliz, pero le explico que temo recibir a un hombre repulsivo como mi primer cliente. Me dice que no tengo que acostarme con nadie que no desee. También debo elegir unos pendientes del escaparate. La mayoría son muy ornamentados, pero elijo unos sencillos anillos de oro.
Este sueño parece anunciar una especie de iniciación. La culpa que SUSAN experimentaba estaba relacionada con su fuerte apego erótico a su padre, que se volvía intolerable no solo por las críticas celosas de su madre, sino también porque su identificación con ella —reflejada por la Luna en la décima casa— la llevaba a asumir la misma moralidad colectiva. La nueva relación había despertado estos sentimientos eróticos, que habían permanecido completamente reprimidos a pesar de una larga cadena de amantes. El hecho de haber encontrado al hombre que ella misma deseaba, en lugar del hombre que imaginaba que podría desearla, la sumió en una crisis. El sueño presagiaba el inicio de una mayor conciencia de su propio cuerpo, dotado de leyes y deseos válidos, en lugar de un objeto que podía ofrecerse a cambio de amor y seguridad.
La iniciación de SUSAN en la tienda, símbolo moderno del antiguo templo, la conduce a la experiencia de la diosa, quien reclama al primer amante como afirmación de lo femenino antes de que la mujer pueda vincularse a un esposo. Aquí, el ÁNIMUS es el iniciador, disfrazado del dueño de la tienda, y afirma su derecho a seguir los mandatos de su propia naturaleza. Solo necesita aparearse con quienes ella misma desea. Los pendientes de oro sugieren no solo anillos de boda —lo que de nuevo implica una paradoja—, sino también su propia plenitud, su Ser. El sueño, por lo tanto, sugiere que este encuentro con la prostituta mítica que lleva dentro, constelado por su nueva relación, marca el inicio del desarrollo individual de SUSAN. Este tipo de sueño no es raro en Mujeres de cualquier signo que han enfrentado problemas maternales como los que SUSAN ha experimentado. Pero he citado el sueño aquí porque representa en gran medida el «destino» de Virgo. La cuestión de otorgar los dones o la generosidad según se desee, según las leyes internas, en lugar de satisfacer expectativas para obtener recompensas, parece fundamental para la figura mítica de la Virgen. Esther HARDING, en su libro «Misterios de las Mujeres», escribe sobre la diosa virgen:
La característica principal de la diosa en su fase creciente es su virginidad. Su instinto no se usa para capturar ni poseer al hombre que atrae. No se reserva para el hombre elegido que debe corresponderla con su devoción, ni para obtener la seguridad de un esposo, un hogar y una familia. Permanece virgen, aun siendo la diosa del amor. Es esencialmente una en sí misma... Su poder divino no depende de su relación con un dios-marido, y por lo tanto, sus acciones no dependen de la necesidad de conciliar a dicho hombre ni de estar en consonancia con sus cualidades y actitudes. Pues ella porta su divinidad por derecho propio.
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