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CAPÍTULO 4
LA LUNA RECHAZADA
El desafío en el punto Plutón es dejar atrás el pánico ante la posibilidad de pérdida y permitir que la fuerza del cambio nos invada. Abandonar los mecanismos de defensa que nos han mantenido a salvo y aceptar el cambio necesario incluso hasta el punto de que parezcamos aniquilados por él.
- STAN RIDDLE
COMO VIMOS EN LA HISTORIA DE JOHN LENNON, EL ABANDONO DE UN HIJO POR PARTE DE LA MADRE TIENE REPERCUSIONES PARA TODA LA VIDA. DICHOS ABANDONOS OCURREN DE MUCHAS MANERAS. LA MUERTE ES UNA, EL NUEVO MATRIMONIO DE LOS PADRES ES OTRA, Y LA ADOPCIÓN NOS ADENTRA EN EL TRAUMA DEL DESPOJO MATERNO. LA MADRE NO TIENE QUE IRSE DE CASA PARA ABANDONAR A SU HIJO. EL RECHAZO EMOCIONAL ES TAN DOLOROSO COMO LA PÉRDIDA FÍSICA. Pero con demasiada frecuencia, el niño (o el adulto) con la Luna en el Hades se encuentra en una situación que saca a la superficie todos los problemas de abandono y rechazo. Esta Luna está programada para resonar con el rechazo y la pérdida, independientemente de cómo ocurra. EL PROPÓSITO KÁRMICO ES IMPULSAR A LA PERSONA CON LA LUNA EN EL HADES A UN LUGAR DONDE PUEDA SOLTAR LA NECESIDAD DE CUIDADOS MATERNALES EXTERNOS Y APRENDER A CUIDAR DE SÍ MISMA. Es un tema que recorre el árbol genealógico. En el programa de televisión "EXTRAÑO PERO CIERTO", KEVIN TAYLOR contó la historia de su búsqueda de estas raíces. Había sido adoptado al nacer; cuando rastreó a su madre, ella también lo había sido; pero, aún más extraño, también lo había sido su madre antes. No pudo rastrear a la familia más atrás. Kevin Taylor tiene la Luna en conjunción con Plutón en Virgo. RECHAZO, ABANDONO... Y ALIENACIÓN
En un nivel muy profundo, la combinación Plutón-Luna se siente extraña, de alguna manera diferente. Existe un poderoso miedo a ser rechazado por no pertenecer, ante lo cual la persona con Luna en Hades suele rechazar la intimidad por temor a provocar rechazo. Tuve una clienta que, de niña, se encontró en una habitación de hospital gritando de dolor y mirando suplicante a su madre, que acababa de llegar. Su madre dijo: "No puedo soportarlo" y salió corriendo de la habitación. Durante las dos semanas que la niña estuvo en el hospital, la madre se mantuvo alejada. Durante muchos años, la niña pensó que era su culpa, que no debería haberle dado a su madre ese susto. Como resultado, nunca permitió que otras personas se acercaran a ella. Pero, en el fondo, siempre albergaba un sentimiento de rechazo y nunca más se atrevió a mostrar dolor ni sentimientos. Cuando finalmente lo habló con su madre, esta le dijo que el dolor de su hija la había destrozado y que no podía soportarlo.
También he trabajado con personas, a veces adoptadas, pero a veces no, que han tenido un hermano adoptado y que se sintieron totalmente rechazadas por sus padres al haber decidido traer a una "extraña" a la familia. En un caso, la mujer se sintió tan afectada que maldijo a su madre y deseó su muerte. La cuidó cuando tuvo cáncer, literalmente la consumió, pero nunca la perdonó. Cuando era adolescente, su madre trajo a otra niña a casa. No hubo explicación de su origen. Solo las palabras: "Ahora se queda con nosotros". La niña, profundamente angustiada, fue introducida en la cama de la mujer, como ella misma dijo, y se orinó. La adolescente fue culpada por no darse cuenta de que la niña quería ir al baño. Este fue el comienzo de una batalla de cinco años por parte de la mujer para expulsar a esta intrusa. Fue una batalla que no ganó. El resentimiento la consumió no solo a ella, sino también a ella misma, y más de cuarenta años después seguía amargada e IRRECONCILIADA con su pasado. Al explorarlo, la situación se remontaba mucho al pasado. Pero, como no estaba dispuesta a trabajar en ello, fue imposible cambiar la dinámica, y sin duda continuará en una vida futura.
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