- Tema: Transmilenio calle 26
- Fecha: Febrero 19 de 2010
- Hora: 07:00 a.m.
- Lugar: Bogotá – Colombia
- Longitud: 74ºW05’
- Latitud: 04ºN36’
- Diferencia GMT: + 5 horas
- Sistema de Casas: Placidus
- Ascendente: 13º25’ de Piscis
Júpiter representa a la empresa Conalvias, la que de entrada se observa muy poderosa en Piscis, una de sus dos regencias. La doce es la casa de las grandes problemáticas, para las cuales se exigen grandes soluciones, de lo contrario nada sirve, nada importa. La casa doce, como tal, es contraria a toda actividad, siendo normal la reducción de la misma, como por ejemplo, lo que sucede cuando alguien se enferma de gravedad o pierde su libertad; nada se puede hacer o esperar. Es increíble, que Júpiter con tanta fuerza esencial no pueda hacer nada por la razón de que las circunstancias le son adversas. Si a lo anterior, le sumamos que está bajo combustión solar, entonces, estamos acercándonos a muy serios impedimentos para avanzar hasta terminar la tarea encomendada. La citada combustión toma para sus haberes los temas de la casa sexta, que por tratarse de una obra civil alude a sus materia primas, mano de obra y maquinarias, entre otras.
La obra a terminar, una vía por la cual circularan los buses articulados de Transmilenio, estará bajo la representación del planeta Venus, regente de Tauro. Lo observamos exaltado en Piscis, bastante cercano al grado del Ascendente. No obedece a los mismos problemas que aquejan a Júpiter, pues su cercanía al Ascendente lo saca de la casa doce, y no está en combustión solar, mas si está bajo rayos solares. A entender por ahora, que la carretera se observa más fuerte, o con menos problemas, que sus hacedores: Conalvias. Visualmente, Júpiter se interpone entre el Sol y Venus, en un gesto que puede ser entendido como de cubrirle la espalda a Venus, evitarle que se acalore y se derrita, que es lo mismo que se pierda totalmente la hechura de la obra.
Considero que en la Luna (corregente personal de la empresa Conalvias), es donde pueden estar las opciones salvadoras para todos los implicados en la ejecución de la obra. La Luna dentro de la casa dos y exaltada en Tauro, es un indicador suficiente de la condición financiera necesaria para reanudar la obra. La cuadratura que la Luna hará con Marte, regente del potencial económico de Conalvias, es la mejor forma de aceptar y/o corroborar los temores de los detractores de que la empresa no tiene la solvencia financiera suficiente.
Marte peregrino y retrógrado es un excelente símbolo, en nuestro caso concreto, de una economía insuficiente y en retroceso. Pero más allá de lo anterior, está el hecho de que la Luna no sólo hará aspectos positivos con Júpiter y Venus, sino que además logrará formar uno de los mejores aspectos posibles en horaria: la buena conexión con el Sol; adicional, la conjunción con la Parte de la Fortuna dentro de la casa dos. Sin duda, lo anterior, habla de que a pesar de que la empresa no cuente con los dineros suficientes, al final podrá contar con los recursos que le permitan avanzar hasta su final la importante obra. El valor del aspecto de sextil con el Sol tiene a su favor que es un aspecto inmediato e ininterrumpido, lo que aumenta considerablemente su fuerza y posibilidades. Exceptuando con Marte y Mercurio, los otros aspectos importantes de la Luna ayudaran a que la obra, financieramente hablando (Luna en Tauro y casa dos) sea viable. Insistimos, que la cuadratura con Marte es algo normal para una caso donde la empresa contratada carece de los fondos suficientes, pero que sin duda recibirá ayuda en las cantidades necesarias. La idea es que la obra de la calle 26 sea terminada a cualquier costo y sin importar lo que haya que hacer para lograrlo.
Queda claro que actuar desde Júpiter no conduce a nada bueno, es actuando desde la Luna como se puede lograr la finalización de la obra. Dos medidas de tiempo son importantes para mantener el control de la obra: sextil de la Luna a Venus, y la conjunción de la Luna con la cúspide de la casa tercera; 10 y 18 meses respectivamente, contados a partir del día de la consulta.
Giovanni Londoño Romero
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