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PARTE TRES
PRONOIA DESTINO Y SINCRONICIDAD BY LIZ GREENE
Me parece que, al enfrentarme inicialmente a esta compleja visión teológica de un destino que no es destino, pero que se comporta como tal, y en realidad lo es, si se pudiera usar otra palabra, VARIOS PADRES DE LA IGLESIA MUY EMINENTES SE ESFORZARON ENORMEMENTE POR RECONCILIAR LA EXPERIENCIA DE LA BIENAVENTURANZA EN LA VIDA CON UNA PERSPECTIVA RELIGIOSA QUE NECESARIAMENTE DEBÍA EXCLUIR EL DESTINO, PORQUE TAL CREENCIA EROSIONABA EL INTERÉS Y LA DEPENDENCIA DE LA IGLESIA COMO MEDIO DE SALVACIÓN.
Eso, sin duda, forma parte de ello. Pero la Providencia quizá no sea exactamente lo mismo que Moira, después de todo, pues LAS LEYES DE MOIRA, TAL COMO SE EXPRESAN EN LA MITOLOGÍA GRIEGA, SON CAUSALES. ES DECIR, EDIPO ESTÁ DESTINADO DESDE SU NACIMIENTO A ASESINAR A SU PADRE Y CASARSE CON SU MADRE, Y PUESTO QUE ESTO ESTÁ ESCRITO POR EL DESTINO, DEBE, POR NECESIDAD, CUMPLIR EL ORÁCULO. Agustín se esfuerza por señalar que la presciencia divina no induce a los hombres a pecar. Se asemeja más al «conocimiento absoluto» del inconsciente del que habla Jung, que, al existir en un «continuo espacio-temporal irrepresentable», percibe pasado, presente y futuro simultáneamente y crea las coincidencias externas e internas de la vida perpetuamente nuevas en cada instante, porque cada instante es un instante eterno.
AHORA BIEN, JUNG FUE SUMAMENTE CUIDADOSO AL INSISTIR EN QUE LO QUE DESCRIBÍA ERA EL INCONSCIENTE, NO A DIOS; UNO NO PODÍA, COMO PSICÓLOGO, PRETENDER CONOCER LO INCOGNOSCIBLE. PERO LAS FORMAS EN LA QUE LOS SERES HUMANOS EXPERIMENTAN A DIOS, EN CONTRAPOSICIÓN A LA NATURALEZA DE DIOS, PERTENECEN SIN DUDA AL ÁMBITO DE LA PSICOLOGÍA, Y ESTA EXPERIENCIA HUMANA POSTULA UN DIOS QUE SE MANIFIESTA A TRAVÉS DE LA SINCRONICIDAD Y PARECE POSEER UN «CONOCIMIENTO ABSOLUTO», PERO QUE NO HACE PECAR A LOS HOMBRES EN EL SENTIDO EN QUE MOIRA LOS OBLIGA A CUMPLIR UN DESTINO ESPECÍFICO.
Así, la PRONOIA O PROVIDENCIA se convirtió en una especie de contrapunto al antiguo concepto estoico de HEIMARMENI, el destino escrito en los cielos.
Aunque todo, incluida la salvación, puede estar predeterminado desde el principio en la Mente de Dios, no es lo mismo que la compulsión planetaria, porque la voluntad de Dios, en el sentido cristiano, no predestina a las personas a pecar; conoce de antemano sus pecados, lo cual es diferente. Así, la famosa Oración de CENATE, que Russell cita como ejemplo de creencia pagana en la Providencia, podría ser fácilmente una oración cristiana con un ligero cambio de nombres:
Guíame,
cualquier tarea que me encomiendes,
Guíame.
Te seguiré sin temor, o, si por desconfianza
yendo y no quiero, aun así debo seguirte.
ESTO SE HACE ECO DE JUNG CUANDO DECLARÓ QUE EL LIBRE ALBEDRÍO ES LA CAPACIDAD DE HACER CON ALEGRÍA AQUELLO QUE UNO DEBE HACER.
Parece haber una especie de progresión o evolución expresada en la transición del destino causal y concreto de Moira al destino sincrónico de la Providencia divina. Moira, aunque menos atractiva para la conciencia del siglo XX, es más fácil de comprender.
LA DEFINICIÓN DE SINCRONICIDAD DE JUNG ES LA OCURRENCIA SIMULTÁNEA DE UN ESTADO PSÍQUICO DETERMINADO CON UN EVENTO EXTERNO (O EVENTOS) QUE SE PRESENTA COMO UN PARALELO SIGNIFICATIVO AL ESTADO SUBJETIVO. Esto es, en esencia, lo que encontramos al interpretar cualquier posición en la carta natal, y en particular al considerar factores pronósticos como progresiones y transiciones, cartas horarias y retornos solares. Al igual que el problema del joven que vio a la Muerte en el mercado de Isfahán, la cuestión de si una situación particular podría evitarse o cambiarse se vuelve, en cierto sentido, irrelevante. Bien podríamos preguntarnos si, de haber rechazado el Dr. Adler la invitación a la fiesta de su amigo, se habría producido algún otro "arreglo" que lo hubiera enviado a Zúrich. Ciertamente me he preguntado, de no haber conocido a la SRA. HICKEY, qué se habría "arreglado" para introducirme en la astrología. Pero estas son preguntas imposibles, porque, al igual que con las imágenes peculiarmente precisas y 'correctas' que surgen en los sueños, las situaciones que realmente ocurrieron fueron absolutamente y sin lugar a dudas apropiadas tanto para la persona como para el momento.
Hay innumerables ejemplos de SINCRONICIDAD que surgen en el trabajo astrológico, que cualquier practicante experimenta tarde o temprano.
Forman parte de la asombrosa fascinación del estudio. Todos los ejemplos de sueños que coinciden con tránsitos críticos que he citado son ejemplos de SINCRONICIDAD. Lo mismo ocurre con los fenómenos 'ordinarios' que muchos astrólogos y también psicoterapeutas experimentan, tan difíciles de explicar al profano, pero que suceden con tanta frecuencia que uno deja de cuestionarlos.
En cambio, a veces se ríe. Por ejemplo, uno siempre parece atraer clientes cuyos problemas reflejan o se conjugan con los suyos, incluso si esos clientes entran en su vida a través de algo tan impersonal como un anuncio en el periódico. Todo analista tiene experiencia de este tipo de cosas, así como de la manera casi mágica en la que, si el analista logra algún tipo de avance o tiene una mayor comprensión de sus propios problemas, sus analizantes también la tienen, sin que intercambien palabra alguna al respecto. Aquí nos encontramos con el peculiar UNUS MUNDUS del inconsciente, que conecta al analista y al analizante con un apretón de manos secreto y ambiguo, de modo que a veces resulta difícil distinguir qué psique influye en quién. También he oído a muchos colegas quejarse de esas "semanas malas" en las que los pacientes, los clientes, el cónyuge, la madre e incluso el cajero del banco se vuelven groseros, intransigentes y difíciles sin razón aparente; pero donde, si se examina el horóscopo, se revela una situación en la que la persona está atravesando algún cambio o crisis importante y el mundo exterior representa para ella la naturaleza de su propio conflicto. Son los momentos en los que ocurren los "accidentes", llega la factura de impuestos por correo, el ladrón entra a robar en casa, se rompe la tubería principal de agua y se inunda el sótano, y uno empieza a sentir que definitivamente algo está al acecho.

