Nunca será bueno encontrar el signo de Escorpión en el Ascendente, para el exacto momento del cierre de un medio de comunicación. Es el signo que suele emparentarse con la muerte, pero igual, es el único que avala el renacimiento desde la cenizas, tal cual lo hace el ave fénix. El problema para el Ascendente en Escorpión, es saberlo dentro de la debilitante vía combusta, que quema o destruye todo lo que toca. En nuestro caso las cosas son mucho más graves al saber a Marte, regente del Ascendente, peregrino y retrógrado. En mi caso no me esperanzaría mucho de la ubicación angular de Marte, pues se adentra en la casa del Estado, el mismo que ordenó el cierre de la programadora. Las cosas se siguen agravando, y no sólo por saber a Marte bajo la total disposición del Sol, sino a éste último en cuadratura partil con el Ascendente. Como si a Marte los males no le fuesen suficientes, resulta que aún está dentro del grado de orbe de la influencia de la cuadratura que la Luna le extiende. No cabe duda, que todo, y por ahora, está en contra de Marte, la programadora; lo afecta, sin compasión alguna. Menos mal, que estamos ante el planeta más capaz de ir a la guerra, al que en nada le importan las condiciones que en suerte le sean impuestas.
Veamos un poco al planeta que ha de representar a quien haya ordenado el cierre del canal. El Sol, el máximo símbolo del poder y regente de la casa diez, con todo derecho puede representar al Estado y por ende, al presidente de los venezolanos. En Acuario, su signo de detrimento, no tiene fuerza alguna, está peregrino. Es claro, ese Sol jamás podría justificar ningún motivo como valorable para cerrar el canal. Si el Sol no tiene fuerza alguna por su ubicación en Acuario, entonces de dónde obtiene la capacidad de imponerle a todos sus condiciones, las mismas que han llevado al cierre, a su fin, a la programadora venezolana. La respuesta, entiendo bien, se esconde única y exclusivamente en saberlo como el más poderoso en el signo Leo, lo que le permite controlar a Marte a su antojo. Lo anterior, debemos sumárselo a su conjunción cercana con la cúspide de la casa cuatro, la que marca el final de todo.
No deja de ser interesante que el Sol y Marte tengan que ir a la oposición: el enfrentamiento. Será un enfrentamiento sin nada de fuerza para ninguno de los dos contendores. Me pregunto, ¿qué podría resultar de la confrontación en la que ambos rivales carecen de la fuerza suficiente para ganar e imponer sus condiciones? La respuesta, tal vez pueda estar en la Luna, la que antes de salir de Tauro no logra ningún aspecto con planeta importante, luego está vacía de curso, lo que nos hace pensar que las cosas se quedan tal cual ahora están: un canal cerrado y sin la opción de ser abierto nuevamente.
La verdad, es que por ahora no hay nada que pueda ayudarle a Marte a salir de sus dificultades, nada puede salvarlo. Hacia delante, en el tiempo tan sólo podría esperarse algo cuando Marte ingrese en Escorpión, especialmente, cuando cruce su quinto grado (septiembre 21 de 2010); será para cuando Marte con su tremenda fuerza mande e imponga sus condiciones. Propongo entonces, que revisemos de nuevo esta Carta pasado el mes de septiembre, por ser la única oportunidad, de existir la misma, que tiene Marte de volver a la vida, de resucitar de las cenizas en que ahora ha quedado.
Una opción adicional, pero que en nada depende de Marte, descansa en la recepción mutua existente entre Venus y Saturno. La recepción nos ubicaría a Saturno en los 04º31’ de Acuario, a escasos minutos de ser contactado por el Sol. En mi opinión, teniendo en cuenta que en Acuario Saturno es el que manda, sería como un freno o un muro muy difícil de sortear para el Sol. La pregunta del millón sería, ¿quién o qué es ese Saturno reinstalado en Acuario? Saturno, inicialmente, actúa con gran fuerza desde la oculta casa doce (exaltado, conjunto a su cúspide y en la casa de su gozo), es decir, por ahora no podemos saber a ciencia cierta de sus mejores intenciones. Regenta, entre otras, la casa tres, la destinada a representar los medios de comunicación, hablados o escritos, de un país. Tal vez, todavía sigue siendo valido aquello de que la unión hace la fuerza. Anotemos que la recepción mutua, como tal, no tiene tiempo de vencimiento o de realización, pues su efecto y sus consecuencias pueden sucederse inmediatamente o tardarse una eternidad.
Lo normal es que una recepción hable de la ayuda que nos brindan, favores que recibimos, o en últimas de un cambio de las condiciones iniciales. Si Saturno frena al Sol, es claro que su pronta confrontación con Marte carecería de valor o necesidad. Saturno es la pesadez y el cansancio en todo sentido, y está en nuestro mundo recordándonos una de las principales leyes que siempre nos controla: la gravedad, la que nos advierte que todo ha de caer por su propio peso, y nadie puede salvarse.
Giovanni Londoño Romero
Santiago de Cali - Colombia, enero 26 de 2010.
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