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SATURNO EN EL ERMITAÑO
PRIMERA PARTE
La leyenda de la imagen del MANDALA deja claro su contenido astrológico-alquímico. Se refiere a la piedra preciosa central como la Piedra Filosofal, y equipara los cuatro ríos con las 'cuatro corrientes' de Acuario, cuyo regente es Saturno: Esta piedra, tan bellamente engastada, es sin duda el LAPIS PHILOSOPHORUM. Es más duro que el diamante. Pero se expande en el espacio a través de cuatro cualidades distintas, a saber, anchura, altura, profundidad y tiempo. Por lo tanto, es invisible y puedes atravesarlo sin darte cuenta. Las cuatro corrientes de Acuario fluyen de la piedra.
68 FIGURA 4.2 Mandala con la Piedra Filosofal
Los cuatro ríos, que reflejan una referencia bíblica a los ríos del Jardín del Edén en Génesis 2:10–14, han recibido una connotación astrológica en LIBER NOVUS. La referencia astrológica parece insinuar la comprensión de Jung de las posibilidades para la humanidad inherentes al nuevo AION de Acuario: la integración de la personalidad individual con el Ser, para lo cual llegó a considerar el LAPIS PHILOSOPHORUM de la alquimia como un símbolo primario. La cuaternidad de los ríos también pueden relacionarse con la percepción de Jung de los potenciales ofrecidos por la mitología y la psicología más personales del signo zodiacal que estaba ascendiendo en el momento de su nacimiento. Mientras que Jung tenía un ojo firmemente enfocado en la comprensión y resolución de sus propios conflictos internos, el otro ojo estaba fijo en el colectivo y el 'Camino de lo que está por venir'.
LAS PINTURAS: (2) ATMAVICTU
La segunda pintura es a diferencia de cualquier otra imagen que Jung creó para el Liber Novus (ver Lámina 7). Representa un rostro casi humano, cuasi animal, barbudo y de nariz larga, y aparentemente construido con rocas y piedras moteadas. Pequeños cuernos brotan de la cabeza.
Las pupilas de los ojos son horizontales, una característica limitada a solo unos pocos mamíferos: la mangosta, el hipopótamo, la oveja y la cabra y, de estos, la combinación de barba negra larga y cuernos rechonchos sugiere que la cabra es el criatura que Jung tenía en mente. Este rostro, que mira al espectador, flota sin cuerpo sobre un fondo de piedras grisáceas, y está rodeado de antiguos cuchillos de pedernal u obsidiana y los fósiles de AMMONITAS y otras criaturas prehistóricas. Los colores son los de la tierra: gris, marrón óxido, ocre y negro. Tanto la leyenda de la imagen como los rasgos parecidos a la cabra sugieren referencias simbólicas específicas a Saturno.
Este es el reverso de la gema. El que está en la piedra tiene esta sombra. Este es ATMAVICTU, el antiguo, después de haberse retirado de la creación. Ha vuelto a la historia sin fin, donde tomó su comienzo. Una vez más se convirtió en un residuo pétreo, habiendo completado su creación.
SONU SHAMDASANI señala que ATMAVICTU se le apareció por primera vez a Jung como una visión en 1917, aunque la pintura no se completó hasta diciembre de 1919.
EN EL LIBRO NEGRO FECHADO EN 1917, JUNG ESCRIBIÓ:
La serpiente dice que ATMAVICTU fue su compañera durante miles de años. Primero fue un anciano, luego murió y se convirtió en un oso. Luego murió y se convirtió en nutria. Luego murió y se convirtió en un tritón. Luego murió de nuevo y entró en la serpiente. La serpiente es ATMAVICTU. . . . La serpiente dice que ella es el núcleo del yo. De la serpiente, ATMAVICTU se transformó en Filemón.
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