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MITO Y ZODIACO
CAPRICORNIO. BY LIZ GREENE
EL TEMA MÍTICO DE LA EXPIACIÓN CON EL PADRE ES UNO SOBRE EL QUE JOSEPH CAMPBELL ESCRIBE ELOCUENTEMENTE EN EL HÉROE DE LAS MIL CARAS. CAPRICORNIO CASI SIEMPRE PARECE DECEPCIONAR A SU PADRE PERSONAL, AL IGUAL QUE LEO, PUES EL PADRE QUE BUSCA ES NADA MENOS QUE DIVINO. PERO LA IRA DE ESTE PADRE ES UN ASUNTO PROFUNDAMENTE SIGNIFICATIVO PARA CAPRICORNIO. SATURNO ES EL TERRIBLE PADRE TIERRA, Y SU ROSTRO DEVORADOR Y DESTRUCTOR, SUS CELOS, PARANOIA Y ANSIA DE PODER PROVOCAN LA EXPERIENCIA DE CULPA Y PECADO QUE PARECEN ESTAR TAN ARRAIGADAS EN LA PSICOLOGÍA DE CAPRICORNIO.
El aspecto ogro del padre es un reflejo del propio ego de la víctima, derivado de la sensacional escena infantil que ha quedado atrás, pero proyectada antes; y la idolatría fijadora de esa no-cosa pedagógica es en sí misma la falla que nos mantiene inmersos en un sentimiento de pecado, impidiendo que el espíritu potencialmente adulto tenga una visión más equilibrada y realista del padre, y con ello, del mundo. La expiación (unión) consiste simplemente en abandonar ese doble monstruo autogenerado: el dragón que se cree Dios (superyó) y el dragón que se cree Pecado (ello reprimido). ... Hay que tener fe en la misericordia del padre y luego confiar en esa misericordia.
Entiendo que Campbell dice con esto que la polaridad padre-hijo, el Legislador vengador cuyas estrictas y estructuradas reglas de vida chocan con los deseos lujuriosos y libidinosos del hijo, semejantes a los de una cabra, existe dentro del individuo. La moral y la vergüenza, la ley y la anarquía, parecen comprender algunos de los polos opuestos de Capricornio. EL HIJO DEBE AFRONTAR EL CASTIGO DEL PADRE, SOLO PARA DESCUBRIR QUE EL PADRE ESTÁ DENTRO DE SÍ MISMO; Y EL PADRE, EL VIEJO REY, DEBE AFRONTAR LA REBELIÓN DEL HIJO, SOLO PARA DESCUBRIR QUE ES SU PROPIO ESPÍRITU JUVENIL EL QUE CREÍA HABER SUPERADO HACE MUCHO TIEMPO. La iniciación del hijo por parte del padre es una experiencia interior que, al parecer por destino, Capricornio a menudo se ve negada en la relación parental, por lo que debe buscarla en su interior a un nivel más profundo. Con esta descripción, como de costumbre, no me refiero solo a los hombres, pues esta constelación padre-hijo pertenece tanto a la mujer y a su capacidad de eficacia y autosuficiencia en el mundo como al hombre.
Cuando el niño supera el idilio popular del pecho materno y se enfrenta al mundo de la acción adulta especializada, pasa, espiritualmente, a la esfera del padre, quien se convierte, para su hijo [o hija], en el signo de la tarea futura... Sea consciente o no, y sin importar su posición en la sociedad, el padre es el sacerdote iniciador a través del cual el joven ser se integra al mundo exterior.
Este rito de iniciación, con su revelación inicial del padre como ogro y perseguidor, su exigencia de aceptar las "reglas" y condiciones del mundo, y su visión definitiva de un Padre misericordioso y un alma inmortal, parece ser el sendero saturnino arquetípico. El joven o la joven no desean observar las condiciones ni los preparativos necesarios; debe hacerse ahora, debe suceder ahora,
- ¿POR QUÉ ESPERAR?
Esta es la cualidad del PUER, para quien todo debe ser instantáneo y espontáneo. Pero la iniciación de Capricornio no se logra con la ingenuidad infantil o femenina. Para cualquiera que experimente un tránsito o progresión que involucre a Saturno, este ritual se ofrece en el nivel más profundo; para Capricornio, se repite una y otra vez en la vida, pues cada cosa que vale la pena poseer debe ser abordada por la ruta que serpentea más allá del trono del Padre. Ven, oh Ditirambo (alabado), entra en mi vientre masculino, clama Zeus a DIONISO, su hijo, en las Bacantes de Eurípides. Esta entrada en el mundo del Padre y la separación de la Madre constituyen el leitmotiv del paso de Capricornio por la vida. A menudo, la manifestación de este movimiento se da en el ámbito laboral: el compromiso con una vocación y con la vida mundana.
ACEPTAR LA RESPONSABILIDAD Y LAS LIMITACIONES TERRENALES ES TAMBIÉN EL PROCESO DE TRANSICIÓN DE HIJO A PADRE, DE NIÑO A HOMBRE, DE ESPÍRITU SIN FUNDAMENTO A LA CONTRIBUCIÓN ACTIVA EN LA ENCARNACIÓN. La encarnación también implica un sentido de comunidad, una especie de servicio, y uno de los aspectos más difíciles del descenso es la participación en la vida comunitaria, que para el PUER es irritante y amenazante porque parece arruinar su singularidad y singularidad, y ofende su enfoque narcisista. PARADÓJICAMENTE, EL «ENCARCELAMIENTO» QUE CONLLEVA TAL COMPROMISO ES TAMBIÉN UNA LIBERACIÓN. Es la expiación con el Padre, sin la cual ninguna fe genuina puede entrar en la vida. De lo contrario, el espíritu permanece como un ideal "allá arriba", y se desmorona al ser sometido a la prueba del desafío, el conflicto y el fracaso. El fracaso es un aspecto necesario del camino de Capricornio, pues su fe carece de sentido a menos que se ponga a prueba contra su desesperación
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