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CAPÍTULO 1 - A LA LUZ DE LA LUNA LIGERAMENTE DESVANECIDA - JUDY HALL
Todo se relacionaba con la muerte de mi madre de cáncer cuando yo tenía 14 años, el suicidio de mi hermano cuando yo tenía 21, y luego la locura y muerte de mi padre cuando yo tenía unos 25. No expresé ninguna emoción en ese momento en relación con ninguna de estas cosas, excepto que lloré una vez cuando murió mi madre. Así que ninguna de esas emociones había sido gestionada; esa fue la conexión intelectual que hice. La emoción de repente surgió como estos sentimientos horribles, y finalmente como ira. Al reconocer que la ira era energía bloqueada, me fue más fácil liberar la ira que llorar. La sensación en ese momento era que nunca volvería a estar bien, que siempre estaría sufriendo el miedo y la tensión, e incluso pensar en ello ahora se siente horrible [tuvo que encerrarse en una burbuja rosa protectora para contármelo]. Desde entonces, lo más importante ha sido seguir aprendiendo a expresar y a vivir con los sentimientos, en lugar de luchar contra las cosas o con ellas o lo que sea. Permitir es el mejor término descriptivo que encuentro para abordar los sentimientos bloqueados. Permitir que las cosas sucedan, que sean, se muevan o lo que sea, en lugar de intentar controlarlas y retenerlas.
Durante gran parte de ese tiempo, allá por el 83-84, me sentí sujetado y agarrado. No podía simplemente sentir, fluir y relajarme; era abrumador y horrible.
La otra cosa, por supuesto, es poder comprender mucho mejor las miserias de los demás una vez que uno mismo ha pasado por algo así. Muchas veces las personas tienen problemas o sentimientos desagradables, o están pasando por traumas emocionales y en realidad no ha sucedido nada; los eventos simplemente se vinculan a los sentimientos en lugar de causarlos. Después de tres o cuatro años de eso, es mucho más fácil ayudar a los demás.
Ronald combinó entonces dos ocupaciones extremadamente plutonianas. Investigó el control de la contaminación y se convirtió en terapeuta, llevando a sus clientes a lugares muy profundos y oscuros. Conociendo íntimamente el territorio, no temía el inframundo que encontraba. En 1996, cuando Plutón formó sextil con la conjunción Sol-Luna y Urano con ella, Ronald renovó su relación con Mary, una Escorpio que había estado en el Hades y sobrevivió. De repente, dejó un trabajo muy estresante y se mudó a Australia, poniendo fin a su aislamiento acuariano al reunirse con su antigua amante. Después de un año, se casaron, algo que nunca hubiera creído posible en 1983. Se convirtió en un terapeuta a tiempo completo de gran éxito, un uso mucho más positivo de sus energías plutonianas. No es necesario que haya una conexión natal directa entre Plutón y la Luna para que surjan problemas relacionados con la Luna en el Hades durante los tránsitos de Plutón. Esto es especialmente cierto si la Luna natal está en Escorpio (una Luna Hádica en sí misma).
Un joven descubrió que su abuelo materno, quien lo había criado, falleció cuando Plutón en tránsito estaba en conjunción con su Luna en Escorpio, lo que precipitó otro colapso en su madre, mentalmente inestable, y lo obligó, a los 15 años, a depender de sus propios recursos internos y externos. Sin embargo, Plutón en tránsito siguió adelante y, a los 22 años, cuando Plutón en tránsito hizo sextil con su Plutón natal, su padre biológico, a quien no había visto en veintiún años, lo llamó repentinamente para decirle que su abuela paterna se estaba muriendo y quería verlo. Esto precipitó el contacto con su padre ausente, abriendo el camino para la sanación y la reconciliación de todo el dolor que albergaba esa Luna en Escorpio y sus aspectos difíciles con el Sol.
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