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EL AÑO 2010 |
A lo largo de 2010, se prevé que no será posible el buen funcionamiento de las operaciones bursátiles. Una oposición Saturno-Urano en abril será seguida por una oposición Júpiter-Saturno en mayo, y ambos estarán en cuadratura con el centro galáctico. Estos dos aspectos de tira y afloja configurados con este importante punto de la galaxia sugieren una tensión extrema que se manifestará en cuestión de semanas en forma de tensión política, económica y social en la Tierra.
El potencial de interrupción de los servicios (probablemente debido a la actividad militar o incluso terrorista) es mayor hacia fines de junio y durante los primeros días de julio. Las operaciones bursátiles en el sentido más tradicional podrían ser extremadamente problemáticas. Sin embargo, aquellos expertos en técnicas de gestión de crisis deberían encontrar un mercado listo para sus servicios durante ese verano. La actividad bursátil diaria puede verse interrumpida a fines de junio y principios de julio, y es probable que la tensión continúe hasta fines de agosto de 2010. Los jefes ejecutivos deberían tomar nota. Es posible que los llamen de vacaciones si corren el riesgo de estar lejos de sus escritorios en este momento crítico. Es probable que los acontecimientos cambien a un ritmo vertiginoso. En particular, se necesitarán dotes de liderazgo en los distintos “controles de misión” del mundo bancario. Trabajar a distancia puede no ser en absoluto viable, y ciertamente no aconsejable.
Una vez más, todo parece indicar que “reducción” será la palabra clave. Los bancos –y empresas– que aún no han tomado la decisión de reducir sus operaciones podrían hacerlo en agosto de 2010. De las pocas empresas capaces de ampliar sus operaciones, las dedicadas a la producción de armamento podrían tomar la iniciativa. Esto sin duda plantearía cuestiones éticas incómodas tanto para los inversores privados como para los gestores de fondos. En el caso de los primeros, muchos inversores pueden preferir formar parte del plan de crecimiento de empresas locales más pequeñas que prestan servicios básicos no militares, en lugar de mantener la relación con conglomerados que luchan por salir adelante durante este período difícil y que pueden tener vínculos con las industrias armamentísticas.
Huelga decir que los gestores de fondos sin duda encontrarán este período extraordinariamente estresante. Identificar qué empresas son menos vulnerables a las fuerzas dominantes y establecer contacto con aquellas que probablemente prosperarán en un entorno caótico no será fácil. Puede ser útil observar con atención a aquellas empresas cuyo personal directivo superior nació durante ese período crítico de mediados de la década de 1960, cuando comenzó el ciclo actual de Urano-Plutón. (Este grupo de individuos ha sido identificado en otra parte de este libro, véase la pág. 000.)
La combinación planetaria bajo la que nacieron por última vez ocurrió alrededor del año 3000 a. C. Piensan de manera muy diferente a sus padres, abuelos e incluso tatarabuelos y más allá. Su perspectiva es única. Es concebible que su contribución en este momento de estrés sea extraordinaria. La búsqueda de individuos con imaginación, determinación y voluntad de pensar en términos igualitarios y humanitarios podría resultar menos desafiante para los cazatalentos si se concentran en aquellos nacidos a fines de la década de 1960. Quienes se encuadran en esta categoría podrían ser los líderes ideales no sólo para este período de intensa actividad y desafíos, sino también para el nuevo mundo empresarial que surge cuando pasan los momentos críticos. De hecho, invertir en empresas capaces de encontrar esta experiencia podría resultar una de las mejores decisiones que jamás hayan tomado los inversores.
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